Las Palmerillas, 40 años al servicio del agricultor
La Estación Experimental de Cajamar abrió sus puertas en 1975 con el objetivo de dar soluciones al sector El Centro se ha convertido en un referente mundial en horticultura
Cuarenta años dedicados a la investigación en el sector agrícola. La Estación Experimental Las Palmerillas, ubicada en El Ejido, abrió sus puertas en 1975 con la intención experimentar y transferir ese conocimiento al tejido productivo de la provincia. Y vaya si lo ha hecho. Después de cuatro décadas este centro se ha convertido en un referente en cuanto a investigación hortícola en Europa, pero también en el mundo. Fe de ello da que por el Centro pasan del orden de 4.000 visitantes al año provenientes de más de 40 países diferentes para aprender del modelo almeriense y comprobar, in situ, unas instalaciones que son referencia en cuanto a tecnología de invernaderos pasivos.
La idea era ayudar al agricultor con experimentos que mejorasen la eficiencia y rentabilidad de su cultivo sin necesidad de asumir riesgos económicos para ello por si no terminaban siendo fructíferos. Así, Las Palmerillas es hoy punto de encuentro para unos productores ávidos de respuestas, desde los emprendedores que quieren aventurarse con los cultivos alternativos, como aquellos que quieren mejorar la calidad de su producto y la rentabilidad de su producción.
Nadie escapa a que el desarrollo tecnológico que vive la sofisticada horticultura almeriense se debe en una medida muy importante al apoyo tanto tecnológico como a la hora de asesorar que le ha brindado los ensayos desarrollados en las instalaciones de Las Palmerillas en estas últimas décadas. Unas investigaciones que han estado siempre enfocadas a las necesidades reales de los sistemas productivos de la provincia, tales como las encaminadas a optimizar el uso del agua, mejorar los sistemas de cultivo y sus producciones, búsqueda de nuevos métodos contra las plagas, mejora de las condiciones de climatización de las plantas, ahondar en las aplicaciones de la industria auxiliar como puede ser en plásticos o estructuras, conocer nuevas aplicaciones de cultivos, tales cono las algas mejorar el rendimiento de la energía consumida y, así, un larguísimo etcétera.
Para realizar sus ensayos e investigaciones, además de para transferir todo el conocimiento que aquí nace, el Centro cuenta con una superficie de 14 hectáreas y un total de 32 invernaderos, algunos de apenas 500 metros y otros de hasta más de 2.000 metros cuadrados con características diversas, como el habitual parral hasta los más sofisticados como el Multitúnel. Un amplio abanico de posibilidades para la investigación eligiendo uno u otro dependiendo de las necesidades que cada ensayo requiera.
Todo lo que en Las Palmerillas se 'cuece' va destinado a la ayuda de los más 14.000 agricultores que hay en Almería y, por ende, a una mejora de la competitividad de un tejido productivo como es el agrícola que en la provincia está en vanguardia gracias a la incuantificable aportación que desarrolla por este la Fundación Cajamar.
La investigación no tendría sentido si la transferencia de ese conocimiento. Para ello, Cajamar tiene diseñada una estructura anual de jornadas en las que se pone de manifiesto toda la información y conclusiones realizadas por el equipo de investigadores del Centro, y donde las cooperativas y empresas tienen un papel fundamental, ya que actúan como vehículo para llegar de una manera directa al agricultor.
Las acciones para difundir el conocimiento se dividen en dos: por un lado las jornadas de transferencia, dirigidas a productores y técnicos especialmente, y que permiten poner al día sobre los últimos avances que ha realizado la Estación y se celebran de la mano de empresas o cooperativas. Por otro lado, están los seminarios técnicos agronómicos, que son de periodicidad mensual y están dirigidos fundamentalmente a profesionales del sector agrícola. Desde su instauración en 2.003 ya se han organizado un centenar de citas.
La labor que se desarrolla dentro de la Estación, tanto desde el punto de vista de la investigación y el de transferencia de ese conocimiento, queda estructurada en cuatro grandes campos, que son : 'Tecnología de invernadero', 'Biotecnología'; 'Fruticultura Subtropical Mediterránea' y Agricultura y Medio Ambiente.
El área de Tecnología de Invernaderos trabaja en el desarrollo de estructuras invernadas cada vez más eficientes, que incrementen la rentabilidad y sostenibilidad de la agricultura intensiva como principal objetivo.
El área de Fruticultura Subtropical Mediterránea tiene como objetivo fomentar la mejora y renovación de la estructura productiva del área mediterránea, trabajando con especies de clima subtropical y mediterráneo. Entre los ensayos que se están desarrollando últimamente, su equipo de investigadores está estudiando en una superficie de 1.300 metros cuadrados la viabilidad del cultivo de papaya bajo plástico, la tercera fruta más consumida del mundo, y de momento los resultados son más que positivos disipando la duda de si sería viable en estas condiciones.
El área de Biotecnología tiene un doble objetivo. Por un lado, explorar el uso de microorganismos para la obtención de productos de valor, incluyendo la selección de productos y microorganismos adecuados, el estudio del proceso de producción, el desarrollo de la tecnología necesaria para la valorización o aprovechamiento y el desarrollo de aplicaciones. Desde hace unos años se trabaja en la aplicabilidad comercial de las microalgas, tratándose de desarrollar procesos industriales de producción de estos microorganismos. Por el otro, se está trabajando en la puesta en valor de las propiedades funcionales de las hortalizas, mediante la identificación de aquellos frutos con un mayor contenido en determinados componentes bioactivos y la posible extracción de dichos componentes en los frutos no aptos para la comercialización en fresco.
Por último, en cuanto al área de Agricultura y Medio Ambiente el objetivo primordial es la difusión de la cultura de la sostenibilidad. Un compromiso que se materializa en la investigación que desarrolla el Centro en el ámbito de la producción integrada, el control biológico de plagas, la restauración ambiental de zonas áridas o la creación de islas de vegetación autóctona alrededor de los invernaderos, que ayuden a la recuperación de la biodiversidad perdida.
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