El origen del cooperativismo agrario almeriense tiene un nombre: CASI
Cursos de Verano de la UAL 2019
La UAL pone el acento en este sistema socioeconómico en uno de sus cursos con motivo del 75 aniversario de esta cooperativa almeriense
Durante tres días, la Cooperativa Agrícola San Isidro (CASI) será el epicentro de uno de los cursos de verano de la Universidad de Almería, el correspondiente a ‘El éxito del cooperativismo en el modelo agrario almeriense: balance en el 75 aniversario de la CASI’.
Hoy ha arrancado esta iniciativa, que se desarrollará en la sala de subastas de CASI Aeropuerto, un lugar emblemático para todos los asistentes, que podrán visitar las instalaciones de este centro que la entidad que preside Miguel Vargas tiene como buque insignia de su modernización por considerarse uno de los más avanzados en el manipulado automatizado de frutas y hortalizas de toda Europa, con el tomate como producto estrella.
Durante estos tres días, la UAL y CASI servirán de ejemplo de las sinergias que se generan como fruto del trabajo conjunto, codo con codo, entre la universidad y el tejido empresarial almeriense, una línea de acción que está sirviendo para situar a la universidad almeriense como referente en materia de investigación y transferencia de conocimiento desde hace años, tal y como recordó el rector de la UAL, Carmelo Rodríguez, durante la inauguración del curso.
Rodríguez señaló que la UAL está desarrollando en la actualidad más de 30 proyectos de investigación específicos de agroalimentación y recordó que ya hay trabajando más de un millar de investigadores repartidos en más de cien grupos de investigación, de los que una cifra superior al 25% corresponden a I+D enfocado al sector agropecuario.
El rector de la UAL apuntó que este curso se enmarca dentro de las actividades de conmemoración de los 75 años de historia de CASI y, para ello, se firmó hace un año un contrato de investigación entre ambas entidades, capitaneado por el catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la UAL Andrés Sánchez Picón, con el objetivo de desgranar el origen y la evolución del cooperativismo agrario almeriense, con especial hincapié en la cooperativa de tomate más importante de Europa, que como “cooperativa decana de Almería” plasmará el resultado de esta investigación en un libro que verá la luz en las próximas semanas.
Historia de CASI
Sánchez Picón, que además dirige este curso de verano de la UAL junto al presidente de CASI, Miguel Vargas, explicó a Diario de Almería que, en el transcurso de la investigación que han llevado a cabo, han observado que los primeros vestigios del cooperativismo agrario almeriense se remontan nada menos que a 1904, cuando un grupo de agricultores de la vega de Almería unieron sus fuerzas para comercializar, principalmente, la patata que se producía en esa zona. “Hubo una sociedad de agricultores que ya tenía un puesto en el mercado; algunos de los fundadores de esta sociedad, denominada La Violeta, en 1904, fueron después los que formaron parte de la constitución de la CASI en 1944, lo que significa que si tenemos en cuenta ese precedente, aunque sea con una forma jurídica diferente, la CASI no es que tenga 75 años, es que es más que centenaria”, apuntó.
A pesar de que La Violeta y CASI tengan formas jurídicas diferentes, Sánchez Picón destaca que hay “un hilo conductor, una conexión que está en las personas, en el grupo social que está detrás de La Violeta, que es el mismo que está detrás de la CASI, que es el agricultor, no el dueño de tierras, sino el explotador, el colono, el arrendatario, aparcero, el cultivador o el muy pequeño propietario”.
El presidente de CASI, Miguel Vargas, también evocó la historia de la cooperativa, aludiendo que, a pesar del tiempo, “el modelo sigue funcionando”, pues aunque “ha habido que adaptar algunas cuestiones, siempre se ha sustentado en una base: la unión, para aglutinar fuerzas desde los agricultores”. Por ello, recordó a los más de 3.000 profesionales que trabajan bajo el sello de CASI, desde los profesionales del campo a los encargados del transporte, el manipulado, los técnicos de campo y un largo etcétera.
Vargas destacó la importancia de la capacidad de adaptación de CASI a lo largo de su historia y, ejemplo de ello, ha sido la ampliación continua de sus instalaciones, incorporando tecnología y automatización, así como la apuesta por los nuevos cultivos. En este sentido, alabó el modelo cooperativista agrario como “generador de riqueza y empleo”, así como “el mejor vehículo para redistribuir y repartir la renta en el campo”, aunque recordó la amenaza que se cierne desde hace algunos años sobre la agricultura almeriense en forma de más países que compiten con el modelo almeriense, incluso, en el periodo de invierno, antes prácticamente monopolio exclusivo de Almería, y que en su caso, además, lo hacen, en muchos casos, desde unos costes de producción más bajos, por su mano de obra barata, como es el caso de Marruecos.
Nuevas ayudas para impulsar la concentración
La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, anunció una nueva línea de ayudas “demandada por el sector” para respaldar la fusión de empresas, incentivos que se prevé poner al servicio del sector en el mes de septiembre y en la que se incluirán cuestiones que han solicitado los representantes de la cadena agroalimentaria. “Hasta el momento esta línea no ha funcionado porque era muy dificultosa de cumplir” y poco atractiva, ha explicado, añadiendo que el nuevo Gobierno andaluz está trabajando a través de la interlocución con el sector para “hacer una línea mucho más novedosa que permita la unión de empresas”.
Durante su intervención en la inauguración del XX Curso de Verano de la Universidad de Almería ‘El éxito del cooperativismo en el modelo almeriense: balance en el 75 aniversario de la CASI’, Crespo resaltó la influencia que tiene en el precio la actual atomización del sector y ha apostado por fomentar la concentración de la oferta, “fundamentalmente, de cara a la comercialización”.
Un precio justo por el producto
La consejera de Agricultura apuntó la necesidad de ser “competitivos, innovadores y vender lo que quiere el mercado: un producto que aporte salud, sostenibilidad y sabor”. Atendiendo también a la “calidad en el producto” y la importancia de contar con “un canal de producción y comercialización que sea cada vez más efectivo”, remarcó. El reto final es, como afirmó Carmen Crespo, lograr que la remuneración que percibe el agricultor sea “el precio justo por su producto”.
En su discurso, Crespo apuntó que el Gobierno andaluz persigue “ayudar desde todos los puntos de vista” a las cooperativas y a la industria agroalimentaria y, entre otros ejemplos de actuaciones dirigidas a esta finalidad, se encuentra el aumento de presupuesto de las ayudas que respaldan iniciativas de I+D+i en este ámbito. Además, ha mostrado el deseo de la Junta de Andalucía de “liderar una plataforma público-privada” que se están poniendo en marcha desde la Consejería como “germen de la innovación en una de las provincias más pujantes del sector agroalimentario”.
Carmen Crespo se refirió a la Cooperativa Agrícola San Isidro como “una de las cooperativas más importantes de España”, ha resaltado que celebra sus “bodas de platino” y explicé que entre los retos de estas empresas se encuentra la internacionalización.
En el caso de Almería, valoró el aumento de 16% en el valor de las exportaciones hortofrutícolas en la campaña 2018-2019, unas ventas que han ascendido a 2.340 millones de euros entre septiembre del pasado año y el mes de abril del presente. “Tenemos una provincia eminentemente exportadora, con muchas posibilidades de presente pero con muchas más de futuro”, apuntó.
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