Todo el Mediterráneo español a una contra la política europea en materia de pesca
Protesta de los pescadores en Almería
Las flotas amarradas y las lonjas cerradas mientras que sus trabajadores piden la dimisión del comisario de Pesca Virginijus Sinkevičius
La Junta pide al Ministerio firmeza en la UE para modificar el plan para la pesca de arrastre
El alcalde de Almería apoya a la pesca, en huelga por las “decisiones injustas de Europa”
Almería/Flota amarrada y lonja cerrada. Este es el paso dado hoy por el Mediterrnáneo español, así como puertos de Cádiz que se han sumado por solidaridad, ante la política pesquera europea que en estos momentos se lleva a cabo y contra la gestión, en concreto, del comisario de Pesca, Virginijus Sinkevičius, al que el sector pide su dimisión. En Almería son 212 barcos de los puertos de la capital, Adra, Carboneras, Roquetas y Garrucha los que han echado el ancla, teniendo lugar, además, una concentración a las puertas de la lonja almeriense en la que la presidenta de la Asociación de Empresarios de la Pesca de Almería (Asopesca), Mari Ángeles Cayuela ha procedido a la lectura de un manifiesto.
En declaraciones a los medios, Cayuela ha señalado que el acto de hoy en todos lo puertos pesqueros del Mediterráneo es: “Contra la política europea pesquera, en particular contra el Plan Plurianual de la pesca demersal en el Mediterráneo occidental, en él se establecen unos días máximos para la flota. Nos encontramos con que la mayoría de los barcos tienen una media en torno a 140 días de actividad y luego tienen que amarrar con lo que ello conlleva. Parece increíble que, tras dar la cara como el sector ha hecho durante la pandemia, recibamos un guantazo”. José María Gallart, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (FAAPE) señala al comisario como culpable de unas políticas que van contra el sector sin tener en cuenta las aportaciones del mismo, “lo que quiere es desaparición flota de bajura”.
En el manifiesto se defiende la sostenibilidad de la pesca de bajura, desde el punto de vista social, económico y medioambiental, siendo uno de los motores vitales de la economía en la costa del Mediterráneo andaluz. Así insiste en que las embarcaciones precisan de un mínimo de 190 días de actividad anual para obtener un umbral de rentabilidad, en los que puedan realizar tanto pesca costera como de profundidad, diferencia artificial que debe eliminarse por que el arrastre es multiespecífico y esta diferenciación no se corresponde con la realidad. Para el sector, es urgente la realización de un estudio de impacto socio-económico que permita obtener el sostén necesario, ya que cualquier esfuerzo añadido se deberá financiar por el fondo europeo. “Este apoyo ya se debería haber dado en el actual fondo estructural pesquero a los armadores, tripulantes por la reducción sufrida en 2020 y la aprobada en 2021, hecho este que no se ha producido”.
Los pescadores piden así la modificación del actual plan de gestión para la pesca demersal del Mediterráneo occidental, una verdadera política de coogestión en la pesca, firmeza del Gobierno de España en defensa de su flota y la dimisión del comisario, pues, como dicen los trabajadores del mar: “El cargo que ostenta no lo merece, no es comisario de Pesca ya que no tiene ningún miramiento por los temas pesqueros salvo su extinción. Los pescadores no se merecen un político de tan baja calidad y de un desconocimiento real de la actividad pesquera. Este político es la mayor amenaza para el sector pesquero”.
Cabe recordar que el Plan Plurianual de Pesca en el Mediterráneo Occidental, adoptado en 2019 y en vigor desde enero de 2020 para regular la pesca demersal con el objetivo de lograr en 2025 el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS), ha supuesto un camino lleno de escollos para la flota de arrastre que faena en estas aguas. La reducción del esfuerzo pesquero un 8,3% en 2021 para los arrastreros que faenan en el Mediterráneo se ha sumado a los esfuerzos realizados en 2020, incluyendo vedas espacio-temporales y reducciones del esfuerzo pesquero -en muchos casos, superiores al 20%-, en el marco además del complejo escenario generado por la COVID-19.
Según los pescadores, el plan de gestión de demersales (peces de fondo) de la Unión Europea está acabando poco a poco con la flota de arrastre mediterránea debido a las restricciones de horarios, días de trabajo y zonas de pesca que impone, y amenaza, según los pescadores, la actividad de 600 buques españoles y más de 17.000 puestos de trabajo, entre empleos directos e indirectos. En los caladeros mediterráneos faenan un total de 3.400 barcos de la Unión Europea.
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