Medgaz une dos continentes con la obra firmada por García Lorca
Andrés y María del Mar García Lorca conectan dos orillas desde lo tecnológico, lo ambiental y lo social
Generar un vehículo de comunicación que refleje la actitud y el modo de operar de Medgaz, desde una perspectiva social, ambiental y tecnológica, en el contexto espacial donde desarrolla su actividad y sirva como elemento de cortesía en sus relaciones sociales e institucionales.
Esta es la razón de ser de ‘Uniendo dos continentes’, el libro institucional que ha editado Medgaz y cuyos autores, Andrés García Lorca y su hija, María del Mar García-Lorca, presentaron este miércoles en el Salón del Círculo Mercantil ante alrededor de medio centener de asistentes.
La obra es una auténtica delicia para los amantes del rigor histórico, el medio ambiente, la diversidad cultural que une al norte con el sur, y viceversa, con una selección magnífica de fotografías y una cuidada maquetación.
Un total de 163 páginas que recupera el pasado para afrontar el futuro, que tiene como lema la unión entre dos continentes, el africano y el europeo, como hilo conductor, en un doble guiño: la conexión del gasoducto entre Argelia y Almería y el nexo sociocultural e histórico entre ambas orillas.
Enrique Iglesias, director general de Medgaz
"Más de 800 personas trabajaron para que el gasoducto se convirtiese en una realidad"
El director general de Medgaz, Enrique Iglesias, abrió la presentación del libro agradeciendo su “gran trabajo” a los autores e hizo hincapié en la importancia de la seguridad energética que aporta el proyecto de Medgaz, al abastecer de gas natural a Europa de forma ininterrumpida desde su puesta en marcha, garantizando el suministro desde su puesta en funcionamiento, en 2011. “Sumamos más de 3.000 días de suministrio ininterrumpido, sin incidencias ni accidentes”, recalcó.
De esta forma, se ha logrado el objetivo que pretendía la construcción del gasoducto que une Beni Saf (Argelia) y la playa de El Perdigal, en Almería, que consistía en evitar la crisis gasística del año 2006, cuando varios países europeos se quedaron sin suministro de gas natural, como consecuencia de los cortes que Rusia le hizo a Ucrania, y que afectaron a otros territorios, tal y como apuntó Iglesias, que evitó la explicación histórica.
El director general de Medgaz apuntó que la idea de construir el gasoducto surgió en los años setenta, aunque en aquella época, tender una tubería a profundidades que superan los 2.000 metros “era una utopía” con la tecnología existente.
Una hazaña que se hizo realidad con la llegada del nuevo siglo. Las obras,que comenzaron a finales de 2006, sumaron 210 kilómentros de tubería, con una inversión de 900 millones de euros y una capacidad de 8.000 millones de metros cúbicos al año.