Llueve sobre mojado: tercera alerta sanitaria en producto de origen marroquí

Agricultura

Cajas de pimientos que los agricultores sacaron de los camiones por no ser de origen español en una de las protestas. / Gloria Sánchez/Efe

Los hechos le están dando la razón a los agricultores que llevan protestando por toda España (y parte de Europa) en los últimos meses. En menos de un mes se han decretado tres alertas sanitarias de productos procedentes de Marruecos, una de las razones de mayor peso de las últimas tractoradas.

El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (Rasff) emitió dos alertas en apenas diez días advirtiendo de la “presencia de Hepatitis A en fresas de Marruecos”. La notificación mencionaba un riesgo “potencialmente serio” y recordaba que las fresas contaminadas se habrían distribuido en distintos países de la Unión Europea.

Este pasado lunes, Coag Almería denunciaba la tercera alerta sanitaria en apenas doce días, en este caso en pimientos marroquíes. Una empresa francesa alertaba de la presencia de Imidacloprid, un producto vetado por algunas cadenas de supermercados para cultivos procedentes de la agricultura almeriense. Los niveles de pesticida encontrados en los alimentos que estaban a punto de entrar en el canal distribuidor francés superaban el doble del Límite Máximo de Residuos permitido por las autoridades europeas, por lo que la alerta sanitaria volvió a ser catalogada de “grave”.

Si bien la solidaridad entre productores es grande y ya se mostró el rechazo a la falta de un control sanitario más férreo en el caso de las fresas de origen marroquí, el tema de los pimientos afecta directamente al cultivo más importante del campo almeriense. Se trata de la hortaliza con más hectáreas en la provincia que si bien ahora está comenzando a tener unos precios dignos, hasta el momento la rentabilidad era muy baja ante la gran cantidad de género que llegaba a los mercados.

Además, el tema es sangrante porque los pimientos contenían el doble del Límite Máximo de Residuos permitido por las autoridades europeas, mientras que al producto almeriense le exigen que no presente resto alguno de este pesticida. La doble vara de medir de la Unión Europea ante el campo, que tanto está caldeando los ánimos entre los productores:exigencias con las hortalizas y frutas comunitarias, manga ancha con los terceros países, aunque ello implique este riesgo sanitario.

En apenas doce días se han dictado tres alertas: dos en fresas y una en pimientos

La consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, lleva bastante tiempo insistiendo en la necesidad de las cláusulas espejo, esto es, que se trate con la misma vara de medir a los productos hortícolas de dentro de las fronteras y de fuera. Los productores españoles reconocen que la Política Agraria Común está llena de medidas administrativas y controles que, si bien son necesarios, son mucho más laxos para Marruecos, Turquí, Egipto o Israel, entre otros.

Precisamente los métodos de cultivo tan avanzados que presenta el campo almeriense, con la lucha biológica, la eficiencia hídrica, la innovación o la digitalización de los procesos productivos, entre otros, lo convierten en el líder indiscutible y sus productos son tan apreciados. Eso sí, la entrada masiva de producto de terceros países, es una dolorosa (y peligrosa) china en el zapato.

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