Lacalle: "El Gobierno no debe utilizar el sector agrícola como cajero automático"

Para el economista se está creando la tormenta perfecta para que haya verdaderos problemas de suministro

Invita al Gobierno a cambiar su política "que está centrada en rascar todo lo que se pueda de lo que quede”

Daniel Lacalle en el encuentro sobre la competitividad hortofrutícola organizado por Coexphal
Daniel Lacalle en el encuentro sobre la competitividad hortofrutícola organizado por Coexphal / Javier Alonso
El encuentro con el economista Daniel Lacalle se celebró en la Estación Experimental de la Fundación Cajamar en Almería
El encuentro con el economista Daniel Lacalle se celebró en la Estación Experimental de la Fundación Cajamar en Almería / Javier Alonso

"El Gobierno tiene que considerar estratégico el sector primario, todos los países del entorno lo hacen porque es evidente que va a haber problemas de suministro”. Esta es una de las sentencias que expone el economista Daniel Lacalle en un encuentro sobre la competitividad hortofrutícola organizado por la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería, Coexphal, que tuvo por escenario un invernadero de papaya en la Estación Experimental de las Palmerillas de la Fundación Cajamar.

“Ahora mismo los gobiernos dan por hecho que no va a haber problema de suministro y lo dan por hecho basados en nada porque tenemos problemas en el transporte, en la producción y gravísimos problemas de márgenes”. Lacalle es contundente: “No es normal que una explotación agrícola esté generando rentabilidades muy por debajo de su coste de capital y el sector se encuentre problemas tan agresivos de capital circulante, es decir, tiene que gastar muchísimo más de la caja que genera para mantener su producción". Para el economista, al sector agrícola se le han transferido los costes de la crisis de la COVID-19, los problemas que se han generado posteriormente en el proceso de ‘recuperación’ y, además, ahora se encuentra con nuevos retos como la guerra en Ucrania, "que supone un gravísimo elemento disruptivo, pues este país es granero de Europa y ya hay problemas para acceder a cereales y a otros bienes y servicios que exporta Rusia”. De acuerdo a sus palabras, “el sector agrícola no puede ser el pagafantas de todas las crisis”. En este sentido, pone de relieve el trabajo de la agricultura y ganadería, así como su industria auxiliar, durante la pandemia, manteniendo el suministro, “hemos vivido la única pandemia de la historia de la Humanidad en la que no ha habido problemas de abastecimiento”.

Lacalle fija el foco en que, a pesar del mayor aumento de los costes de producción en más de cinco años, los precios se han mantenido relativamente bajos, “lo que ha permitido que los ciudadanos hayan sufrido una inflación mucho menor a la que realmente podrían sufrir”. Pero esto, ¿a costa de qué? Según el economista, la recuperación de los últimos años viene sobre los márgenes de los empresarios y trabajadores del sector agrícola, además en este periodo se han disparado los impuestos y estos no se han ajustado a esa inflación, “por lo que el poder adquisitivo tanto de los trabajadores y los márgenes empresariales han sido absolutamente destrozados”. Para Lacalle, el aumento de los costes salariales en España, “no tiene sentido”, pues, como explica, esto redunda en menos competitividad para un país que precisamente tiene que competir en el exterior. Esto para los políticos no se percibe como un problema, para ellos, “todo el mundo tiene margen para sobrevivir y ellos siempre tienen que gastar más”. Sin embargo, “mientras en España se suben las cargas en un entorno de aparente recuperación, en el resto de países con que competimos lo que están haciendo aprovechar esa situación para continuar entrando en una dinámica de competencia vía precio, que es incuestionablemente más sencilla para ellos, que no tienen que llevar a cabo toda esa cantidad de aumentos de costes forzados”.

“El sector agrícola no puede ser el pagafantas de todas las crisis”.

Para Lacalle a la situación actual marcada por la inflación y subida de impuestos, en lugar de ajustarlos, se suma lo que el sector arrastra. Así describe que en la ‘recuperación’ tras la COVID-19 “no se ha solucionado absolutamente nada en cuanto a los problemas del sector respecto a la formación bruta de precios en la cadena de suministros. El Gobierno ha dejado sin apoyo al sector cuando se genera la recuperación y esta llega con un aumento de la inflación gigantesco que no se traslada a los precios. Es un doble impacto para el sector”. Si esto fuera poco, se añade la subida del salario mínimo interprofesional (SMI): “Siempre se ha utilizado en España de manera demagógica, ya que lleva incorporada una subida a todos los impuestos al trabajo, de las bases mínimas de cotización, además no tiene en cuenta la estructura de costes de vida de cada una de las regiones”.

Con todo esto el sector hortofrutícola se encuentra en un escenario marcado por el problema que existía previo a la pandemia respecto a los precios, el efecto de la pandemia en la inflación, la subida de impuestos y del SMI. En el contexto de pandemia, mientras se ha brindado financiación muchas explotaciones han sobrevivido sin subir los precios, pero a la salida del túnel se han chocado con otro: una inflación que ya no es transitoria, para Lacalle no queda otra que subir los precios.

El economista expone que hay riesgo de entrar en un periodo de estanflación, es decir, de estancamiento económico con elevada inflación y dibuja el panorama actual: en España la inflación es mayor, del 7,4%, que la media de la Unión Europea (en torno al 5%) siendo los productos que más suben los que el ciudadano más consume a diario; la subida de los costes salariales desde la COVID es la mayor de toda la UE; la pérdida de poder adquisitivo es la más alta de los últimos 30 años; y, a esto, se añade el problema de pérdida de competitividad, porque la subida de los impuestos hace que sea más difícil competir en los mercados internacionales. “Se está creando la tormenta perfecta para que haya verdaderos problemas de suministro y hay que cambiar radicalmente la política por parte del Gobierno, que está centrada en rascar todo lo que se pueda de lo que quede”, dice Lacalle, quien añade: “El Gobierno va a recaudar 4.000 millones de euros más por no ajustar el IRPF a la inflación”.

Claves para atajar las dificultades en el campo

Las claves que da el economista para atajar los problemas del campo pasan porque el Gobierno considere estratégico el sector primario, porque se fortalezcan las medidas para evitar la competencia desleal; por reducir de manera drástica los costes salariales e impositivos y por negociaciones serias para garantizar que los productos españoles se exporten de la manera más competitiva posible y con precios adecuados. “Es clave que el Gobierno garantice que este sector no entre en barrena y en un problema de capital circulante; debe garantizar que este sector respira y no utilizarlo como cajero automático”.

El mercado exterior prioriza la garantía de suministro de productos

La invasión de Ucrania por parte de Rusia siembra aún más incertidumbres sobre el futuro. Empresarios del sector agrícola ya han recibido llamadas de clientes internacionales para planificar la campaña de invierno y asegurarse de que no les faltará producto. Así lo manifiesta Manuel Escánez, gerente de SAT Las Hortichuelas, quien expone que en la conversación garantizó el suministro pero dejó en el aire el precio, algo que para el comprador en este momento es secundario, “creo que el conflicto afectará más a países productores de Centroeuropa porque dependen del gas”, señala Escánez quien apunta a que dada esta situación podría abrirse un hueco para las producciones almerienses en el próximo invierno. Uno de los consejos de Daniel Lacalle es ante escenarios de riesgo, cerrar contratos a largo plazo.

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