El Ifapa analiza el impacto que tiene el cambio climático sobre el olivar

La provincia de Almería tiene altas necesidades de riego y muy bajo potencial productivo en secano

Imagen de archivo sobre la recogida de aceituna en Fiñana. / Rafael González
Elio Sancho

02 de febrero 2019 - 05:50

Un grupo de investigadores del Ifapa (Lorite I.J., Gabaldón-Leal C., Santos C., Cruz-Blanco M., León L., Porras R., Belaj A., de la Rosa R.) ha publicado una nota divulgativa en la que recoge los efectos que el cambio climático puede tener sobre el olivar. Esta nota hace referencia a las variaciones de las condiciones climáticas y como estos cambios podrían tener un efecto negativo sobre el cultivo. La consecuencia más importante sería una reducción de la producción, en este sentido es especialmente sensible la fase de floración debido a la falta de frío invernal durante dicha fase por el aumento de las temperaturas. Este descenso de la cosecha también se vería afectada por la influencia de otros factores como la disminución de las precipitaciones o daños generados por olas de calor.

Sin embargo, frente a este horizonte incierto, el olivo, comparado con otros cultivos, no es particularmente vulnerable al cambio climático, sobre todo en los sistemas de regadío. Además, estos efectos no se distribuirán homogéneamente por toda Andalucía, observándose diferencias importantes entre las diferentes zonas de olivar, por lo que se hace imprescindible una caracterización y evaluación previa de los sistemas olivareros andaluces para cualquier trabajo relacionado con la identificación del impacto del cambio climático sobre el sector.

Es por ello necesario identificar medidas de adaptación para reducir el impacto del cambio climático, las cuales son relativamente escasas en los sistemas olivareros andaluces, y aún más preocupantes en algunos sistemas en secano. Por el contrario, en los sistemas de regadío es posible contar con medidas que mitiguen o reduzcan, e incluso puedan revertir, el impacto negativo del cambio climático.

El riego deficitario controlado e identificar zonas vulnerables, medidas de adaptación

El uso de estrategias de riego deficitario controlado, la mejora de la eficiencia en el uso del agua con prácticas eficientes de manejo del suelo y la identificación de zonas potencialmente vulnerables al cambio climático, son algunas de las medidas de adaptación que se pueden llevar a cabo en el olivar andaluz.

Además, el desarrollo de buenas prácticas agrícolas, basadas en los avances en teledetección, modelización y el empleo de sensores, deberán ser complementadas con eficientes sistemas de asesoramiento a técnicos y agricultores, que contribuyan a mejorar la gestión de los recursos disponibles y preparar al olivar andaluz ante los nuevos retos que se presentan para conseguir sistemas totalmente sostenibles económica, social y medioambientalmente.

En cuanto a los impactos más significativos del cambio climático sobre el olivar andaluz por comarcas, en Almería, el estudio destaca que en el Bajo Almanzora y el Andarax, no hay daños por calor en la aberquina y en la picual, hay falta de frío, ambas zonas tienen un potencial productivo en secano muy bajo y altas necesidades de riego;en el resto de la provincia, tampoco hay daños por calor en aberquina y picual, no hay falta de frío, posee un potencial productivo en secano muy bajo y altas necesidades de riego.

Conocer el cultivo en escasez permite diseñar nuevas prácticas

El olivo está perfectamente aclimatado a condiciones de escasez de lluvias y temperaturas elevadas. Por este movo el impacto del cambio climáco sobre los olivares andaluces no tiene por qué ser especialmente severo, siempre que se implanten medidas de adaptación.

Para lograr una estrategia de gestión de los olivares andaluces que garantice la sostenibilidad de dichos sistemas es preciso atender a los efectos del cambio climáco y a otros factores como el incremento de los costes energécos, la incerdumbre en la PAC o al aumento de la competencia de otros mercados que pueden ponerlos en riesgo. Por lo tanto, el desarrollo de medidas de adaptación y mejora de los sistemas olivareros es imprescindible. El conocimiento del comportamiento del cultivo del olivo en condiciones de escasez está permitiendo diseñar nuevas prácticas de manejo de cultivos sostenibles y eficientes.

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