El Hotel Catedral por dentro: así es conciliar el sueño en un aljibe árabe
Turismo
Carlos Alsina, Ainhoa Arteta o Loquillo han dormido en este lugar
La trilogía del éxito en el 50 aniversario del Mini Hollywood Oasys: tradición, innovación y diversión
Carlos Alsina, Ainhoa Arteta o Loquillo han dormido en sus camas. Incluso ha sido huésped de una de las habitaciones Ramón Tamames, a quienes recordarán de aquella celebérrima ‘moción de censura’, carne de viral, hará un año. Sus nombres aparecen en el libro de firmas que consulta Lázaro López cuando quien escribe alcanza la azotea del Hotel Catedral, acompañado por las campanas que indican las once y media de la mañana. Dicen que vieron por allí, antes de estar en el ojo de la tormenta, a Rodolfo Sancho, que participaba en un evento cultural en la ciudad.
“Un lugar único”, es lo que dirá repetidamente Lázaro del espacio que le cobija en una mañana cálida y ventosa como los almerienses bien conocen. No cualquiera puede decir que haya dormido en un aljibe con un milenio de historia a sus espaldas. “Vimos una casa en ruinas en la plaza y dijimos "qué buen sitio para hacer un hotel boutique"”, confiesa. Fue en la rehabilitación cuando salieron trazos de la historia: un aljibe árabe del Siglo XI y un edificio de 1850. En la ciudad extra muros se asienta hoy un espacio para los de fuera y los almerienses.
El hotel de la Catedral ya es mayor de edad, nació en febrero de 2006, y pasa el testigo hoy a las nuevas generaciones. De Lázaro a Estefanía, dos generaciones volcadas en una misma vocación. “Yo dentro de dieciocho años espero estar viajando y haciendo deporte”, dice Lázaro con un tono socarrón. Ya está jubilado y ahora solo aconseja. Su vida ha marcado parte de la historia del turismo en Almería, siendo responsable del crecimiento de complejos como el ‘Gran Hotel’ o ‘La Envía’ y poner en marcha los tres hoteles del ‘Grupo Husa’ para los Juegos del Mediterráneo del año 2005.
Le han marcado todos pero el de la Catedral tiene un hueco especial en su corazón. “Estamos en la azotea, en una cubierta de hace dos siglos y un aljibe en su interior de hace un milenio, casi tocamos el templo, un monumento especial con la única catedral-fortaleza que resiste y viendo la Alcazaba, todo eso en el Casco Histórico”, justifica, recordando que fue el primero con la ‘Q’ de calidad turística en la provincia.
“Del futuro te tiene que hablar ya Estefanía”, dice él y por alusiones responde ella. “Tenemos una cocina más innovadora, seguimos con nuestra línea tradicional y de proximidad, pero nos sumamos a los productos para celiacos o con dieta vegetariana y vegana, que no sea todo piña para ellos”, defiende. Una alimentación inclusiva para todos, si tienen cuidado de no caer en la piscina que corona la terraza. Se ofrecen almuerzos y cenas para degustar todo tipo de manjares, de las gambas a la tarta de queso, esté o no alojado en el hotel, vaya desde Reino Unido o haya vivido toda su vida en el Zapillo. “Esto es importante, que muchos no lo saben, a veces nos preguntan si pueden entrar”, confesará luego Estefanía en la recepción del hotel.
"ESENCIA DE ALMERÍA"
El grupo de Hotel Catedral abarca al que es un espacio clave para los almerienses en cuanto a hostelería como es Casa Puga, uno de los locales más longevos de la historia gastronómica capitalina. “Si eres de fuera y quieres interactuar con la población local, tener experiencias, el ‘Casa Puga’ es un sitio donde el almeriense se comporta como almeriense”, asegura Lázaro López sobre el que, situado en Jovellanos, a espaldas de la Plaza Vieja, es una referencia para los vecinos del Casco Histórico y del resto de la ciudad. “Eso que tanto se habla de consumir productos de proximidad, de la dieta mediterránea, parece que vino la OMS a ‘Casa Puga’ y se fijó en nosotros”, recalca sobre un local en el que está la “esencia de Almería”.
Con tantos años en el negocio, se acaba conociendo al almeriense. Ve a sus vecinos como unos seres ‘hospitalarios’. “Cuando todos los extranjeros eran franceses les invitábamos a estar con nosotros”, rememora. “Somos gente muy abierta pero es verdad que tenemos esa fama de que, como hemos estado en la esquina de la península, a veces parecemos una isla”, explica, antes de definir a los almerienses como “mediterráneos”, lo que se traduce en “gente que vive en la calle”. “No sé si llegamos a ser esas amistades tan intensas y tan profundas como se habla, pero aquí nadie te mira cuando entras por el bar y el de al lado en la barra te recomienda la tapa y el plan”, defiende con orgullo. Para López, el clima marca la manera de toda la sociedad de comportarse.
DEFORMACIÓN PROFESIONAL
Dice Lázaro que le encanta viajar y claro está que no lo hace con ojos de un turista cualquiera. Tras décadas de oficio, toda una vida, a cada detalle le da su importancia. “Cuando voy a un hotel o un restaurante mi mujer me dice que la mire”, explica con sorna. Recuerda las instantáneas que comparte con su hija. De todo tipo. “Hasta una apertura de puerta que me gustó”, afirma. “Siempre hay quien lo hace mejor que tú”, explica antes de perderse en el horizonte. Deja una mesa con la oferta gastronómica que se ofrece. Que aproveche.
También te puede interesar
Lo último