Fibra de coco, una solución exótica en cultivos sin suelo
Ispemar vende el sustrato para agricultura y flor ornamental · Importa la materia prima de India y exporta a todo el mundo

Asociar el coco a un pimiento o una berenjena puede parecer un 'maridaje' un tanto extraño pero los resultados de su aplicación en sectores tan dispares como la agricultura, la producción de flor y planta ornamental o incluso la decoración de exteriores le auguran un prometedor futuro. A partir de un subproducto, la fibra que contiene la cáscara del coco, la cooperativa Ispemar Soluciones Agrícolas Naturales elabora un material alternativo a la perlita o la lana de roca y lo utiliza como base para cultivos sin suelo o hidropónicos.
La gerente de la empresa con sede en Roquetas, María Isabel Rojas, destaca la alta calidad de un sustrato 100% orgánico que se distingue de las soluciones minerales por su mayor porosidad y ahorro de recursos hídricos, su facilidad de uso en el cultivo y el "aumento de producción y rentabilidad" que produce.
Una de las líneas a las que se dirige el sustrato, el cultivo de clavel, triunfó el año pasado tras una primera 'tirada' de prueba de 30.000 sacos. "Fue un exitazo, sobre todo en las zonas productoras de Murcia, Lorca o caravaca".
Ya en otros ámbitos diferentes al agrícola se puede aplicar como sustituto a las bolitas de caucho que se utilizan como base del césped artificial, por ejemplo.
"Huele mucho mejor, es más limpio y no se sobrecalienta", asegura Rojas. Campos de fútbol en Córdoba, Valencia, Jaén o incluso en la Universidad de Almería 'ocultan' bajo el manto verde esta solución de Ispemar.
Otra de las ventajas de la fibra de coco es su precio. "Cuesta un 12% menos que otro tipo de cultivos para hidroponía".
Para elaborar su producto Ispemar importa la materia prima desde India en barco. Allí se somete a un proceso de desecación y compostaje durante seis meses. Una vez listo se tritura hasta obtener diferentes tipos de granulometría: chip de coco, fibra y polvo de coco.
La presentación final es una especie de 'aglomerado' cubierto con una bolsa plástica ya lista para su uso. "El agricultor solo tiene que introducir el gotero para hidratarlo y añadirle nutrientes, es muy sencillo y limpio". Aunque cuentan con una gran variedad de tamaños que ya comercializan existen la posibilidad de adaptar el producto a las dimensiones que requiera el agricultor.
La fibra de coco de Ispemar se comercializa bajo la marca Fico, y además la firma cuenta con una gama de nutrientes, Ficonutrientes, entre los que se cuentan aminoácidos húmicos, microelementos, productos técnicos, bioestimulantes naturales y calcios correctores salinos. Próximamente se añadirán otros nuevos productos. "Estamos trabajando en mezclas de coco con humus de lombriz, turba e incluso humus de caballo para viveros o jardines. Los tendremos listos en primavera".
La historia de esta empresa es relativamente reciente (su origen se remonta a 2011) pero ha crecido exponencialmente y ha logrado cosechar grandes éxitos a base de mucho esfuerzo y tesón. Dos de los socios fundadores decidieron ponerla en marcha al quedarse en paro después de que cerrara la firma donde trabajaban.
Desde su pequeña 'trinchera', una oficina en el domicilio de Rojas, montaron la infraestructura que hoy opera a nivel internacional. De ahí dieron el salto a una oficina más grande en La Mojonera y ahora a otra aún mayor, una nave en el Polígono La Algaida, en Roquetas de Mar.
Para el año que viene pretenden dar el salto más sustancial. "Montaremos una fábrica de nutricionales en Benahadux". El proyecto costará unos 300.000 euros solo en inversión para maquinaria. La nave ocupa unos 600 metros cuadrados.
A día de hoy la plantilla está integrada por tres socios y dos empleados a los que se sumarán, en breve, un nuevo socio y otro empleado más. Otra de las futuras incorporaciones que se barajan es la inclusión de una empresa del sur de India al sistema cooperativista de la empresa. "Estamos negociando con ellos. En diciembre viajaremos hasta allí para mantener una reunión", explica la gerente.
Con la vista puesta en seguir creciendo e implementando novedades, Ispemar hace balance del año pasado y cuadra las previsiones de los años venideros. Si en 2010 la facturación total de la firma ascendió a 1 millón de euros, para éste se esperan alcanzar los 1,3 millones, cifra que multiplicará hasta llegar a los 2 millones en 2012.
La cuota comercial de la empresa se sustenta en un 45% en las exportaciones. Europa y gran parte de los países Latinoamericanos constituyen casi la mitad de su clientela. "Percibimos que el mercado español era finito y decidimos dar el salto al resto del mundo". Para mantenerse en contacto con clientes y proveedores los miembros de la empresa hacen un uso constante de las nuevas tecnologías. "Sin ellas nos sería imposible trabajar. El mercado latinoamericano se despierta cuando nosotros dormimos".
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