Pretensión de Europa: menos gamba roja de Almería en la mesa
La propuesta de la Comisión Europea para la flota de arrastre en el Mediterráneo para 2022 contempla una reducción del 7,5% de días de faena y la aplicación de un TAC para una de las especies estrella de la costa almeriense
EL documento, al que se opone el sector pesquero andaluz, se discutirá en la reunión del Consejo de Ministros en Bruselas los días 13 y 14 de diciembre, días en que la flota permanecerá amarrada
Almería/El sector pesquero de la modalidad de arrastre se encuentra en el borde del abismo, a punto de ser empujado a su desaparición por la Comisión Europea.
Ayer se comunicó la propuesta de la Comisión Europea de las Posibilidades de Pesca para la flota de arrastre Mediterráneo para el año 2022, este documento se discutirá en la próxima reunión de Consejo de Ministros en Bruselas los días 13 y 14 de diciembre. El sector pesquero andaluz muestra su total rechazo a la propuesta inicial que consiste en una reducción del 7,5% de días de actividad para la flota con respecto al año en curso y la aplicación de un TAC (Total Admisible de Capturas) para la gamba roja, en principio un 13% menos de capturas -algo que también pone en riesgo la selección de otras especies puesto que la pesca en el Mediterráneo es multiespecífica-, además de otras medidas de selectividad del arte.
Según la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores (Facope) y la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (Faape), la Comisión sigue sin escuchar los argumentos del sector basados en el conocimiento real de la actividad y en los datos científicos que los investigadores han puesto sobre la mesa. Tal y como exponen, la única intención de la Comisión es ahogar paulatinamente a esta modalidad de pesca, abocando a la desaparición de la misma, sin importar todo lo que eso conllevaría. No hay ninguna razón que avale la posición inmovilista de la Comisión y es tarea del Gobierno de España el impedir que esto suceda.
El Reglamento que regula la pesca de arrastre y que entró en vigor en 2020 ha supuesto una reducción real del 29% de los días de actividad pesquera. A día de hoy, los comités científicos no han evaluado el resultado de la implantación de estas medidas del reglamento, y los indicadores muestran evolución positiva de la recuperación de las especies en nuestros caladeros. Sin embargo, la Comisión sigue aplicando su política restrictiva que ya supone un serio peligro para la sostenibilidad socioeconómica de las empresas pesqueras y de todas las actividades que dependen del pescado fresco.
En diciembre se vislumbra la adopción de medidas de selectividad del arte de arrastre, algo que sería positivo para todos si se ciñera a la sostenibilidad no solo ambiental sino también socioeconómica de esta actividad. Antes de imponer una medida técnica que implique que todos los pescadores deben cambiar su forma de trabajar, es básico que los estudios científicos demuestren que es viable y cumple los objetivos para los que se diseñan. Actualmente se están llevando a cabo unas pruebas sobre un aumento del tamaño de malla con ese objetivo, pero aún sin tener los resultados concluyentes sobre su efecto en el caladero, en la pesca, y en la viabilidad de la actividad, ya está en papel que sea una medida de selectividad para la flota…el Instituto Español de Oceanografía, organismo científico encargado por la Secretaria General de
Pesca para evaluar los efectos, no ha podido concluir todas las pruebas diseñadas, y menos aún analizar los resultados y sacar conclusiones. ¿Cómo puede ser que algo que está en prueba ya estén los representantes políticos afinando su inclusión en la gestión pesquera? No se ha evaluado ni el efecto en los recursos pesqueros ni el impacto socioeconómico en los pescadores.
La Comisión no tiene en cuenta en ningún momento la situación actual de pandemia. "Si las medidas planteadas en la propuesta de la Comisión salen aprobadas, nos encontraríamos con una desaparición de la flota pesquera del 50%".
El sector pesquero andaluz demanda al Gobierno firmeza en el Consejo de Ministros, y de una vez por todas, que se frene la inercia destructora de la Comisión Europea en su propósito de hacer desaparecer a la pesca de arrastre, a las lonjas de pescado, y a la cultura marinera de nuestras comunidades costeras.
La Política Pesquera Común que el Comisario Sinkevicius aplica en el Mediterráneo es errónea y solo tiene como objetivo la desaparición de la flota de bajura, y esto no se puede permitir. El Sector solicita que hasta que no se hayan evaluado los resultados de la aplicación de las medidas del Reglamento de los años 2020 y 2021, y se hayan analizado las acciones piloto de las medidas de selectividad de la SGP que están en curso, en el año 2022 no se apliquen las medidas que la Comisión pretende llevar a cabo.
A nadie le gusta andar a ciegas, en medio de la oscuridad…pero además cuando la supervivencia es la que está en juego, mucho menos. El sector pesquero está de acuerdo en realizar una pesca sostenible, y de hecho lo lleva demostrando desde hace años con proyectos de recogida de basuras marinas, con participación en proyectos científicos sobre uso alternativo de especies de bajo valor, en la implantación de puertas voladoras que no contactan con el lecho marino en la pesca de arrastre, con divulgación entre nuestros menores sobre el pescado fresco como fuente de salud, etc.
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