El bien común: la cultura de la cooperación para reforzar al agro
Finanzas
El director general de Unica Group, Enrique de los Ríos, desgrana la importancia de la unidad de acción, el lobby y el marketing en el mercado
Destaca el papel de las asociaciones y la necesidad de potenciarlas
Son muchas las voces autorizadas que tiene el campo de Almería, el principal motor económico del sureste español, y una de ellas es la de Enrique de los Ríos, director general de Unica Group. Directo, sensato, buen orador, divertido en expresiones, culto y, ante todo, un motivador nato. Está en una de las empresas más importantes y eficientes de la provincia y eso lo transmite en sus mensajes.
Sobre un tema tan delicado, pero a la vez tan importante de abordar como es la ‘Unidad de acción, la asignatura pendiente del Agro: marketing, lobby y comercialización’, De los Ríos dio una auténtica clase maestra, en el desayuno coloquio organizado por el Grupo Joly y patrocinado por CajaSur. Ante un abarrotado salón del Ohtels Gran Hotel Almería, el director general de Unica Group compartió una amena e instructiva plática con el director de Diario de Almería, Antonio Lao.
La mañana comenzaba fuerte, ¿qué es la unidad de acción y por qué es tan importante para las empresas almerienses? “El sector agroalimentario tiene actores, tiene empresas en su interior y cada una de ellas puede actuar a nivel individual o a nivel colectivo. A nivel individual sabemos actuar muy bien: es calidad, servicio y precio, un poco de lobby y un poco de marketing. Pero la unidad de acción significa que actuemos juntos con otras empresas. Nuestro sector es muy competente a nivel individual, es espectacular cuando vas a ver una cooperativa o una empresa, pero no somos todo lo competitivos que deberíamos de ser en la unidad de acción y ahí es donde viene una de nuestras asignaturas pendientes. La geopolítica nos pone por delante cambios climáticos, lobbies de ultraprocesados, de Marruecos, crisis de imagen, la distribución cada día es más grande... y esto nos exige una unidad de acción para la que no actuamos diligentemente”, indicaba.
Enrique de los Ríos, director general de Unica Group
"A nivel individual somos muy competitivos, pero no lo que debiéramos en unidad de acción”
Aunque a simple vista el beneficio parece evidente, cuesta llevarla a cabo. No existe en el sector en Almería esa necesaria cultura colaborativa. “Para desarrollarla se requiere que se reconozca que somos unidad. Somos un sector ultracompetitivo, damos bocados a nuestro rival cuando olemos la sangre. Y cuando te dicen que tienes que dejar de ser lobo y establecer un bien común sectorial, tienes que dejar de dar bocados para empezar a colaborar con tu competidor. Falta cultura colaborativa, no estamos diseñados para estos escenarios de cooperación y colaboración. Desde chiquitillos nos enseñan que hay que ser superindividualistas, supercompetitivos, en las escuelas de negocio te graban a fuego la competitividad y, sin embargo, no se tocan temas como alianzas estratégicas, cooperación, colaboración o el bien común sectorial”, puesto que las empresas a nivel individual son rentables: “Afortunadamente lo son. El bien que puede aportar la unidad de acción es un intangible y por eso cuesta mucho visualizarlo. Además, si tengo la mínima sospecha de que con mi acción voy a beneficiar a mi competidor, aunque yo también me beneficie, se queda sin hacer. Yo ciego y el otro tuerto”, ejemplificaba.
El daño que hace la idealización del político urbanita al sector primario
De los Ríos habla sin pelos en la lengua y se notó en su respuesta a la figura del política urbanita. Cada vez más, los agricultores se encuentran con trabas y con unas leyes que no están basadas en criterios racionales. La reacción no puede ser callarse, sino hacer ver que el modo de acción de la agricultura en Almería está basada en la sostenibilidad. “El político urbanita cree que las gallinas están en un corral, los tomates son como unas cañas que se ponen en el campo... Entonces, quiere que nosotros hagamos eso. Un invernadero es feo según como lo mires, pero todos comemos gracias a lo que se produce allí. La idealización de los urbanitas está haciendo muchísimo daño al campo, te prohíben usar materias efectivas y hacer determinadas cosas. Luego ocurren los desabastecimientos en Inglaterra o en la propia España. Si tú quiere comer bien y sano, tienes que dejar que el productor haga lo que sabe de una forma sostenible. ¿Pero la culpa es de quien legisla en Madrid o en Frankfurt o de nosotros que no le hemos presionado? Alguien tendrá que decirle por la otra oreja que si quiere comer bien y sano, debe dejar que el campo se guíe por criterios racionales”, decía el director general.
“El que intenta actuar o es tonto, o le sobra tiempo o tiene intereses personales. Es una persona sospechosa. Además, tiene enemigos, gente que se dedica a poner palos en las ruedas y a decir “veis como no avanza”, y también puede ser que los proyectos no se vendan bien, no se diseñen bien. Articular el bien común no es fácil, hay definirlo bien y tener un buen plan de acción. Necesitamos liderazgo, generosidad, eliminar los obstáculos, dinero y tiempo. Tenemos dificultades, pero no está tan lejos el bien común para que Almería se beneficie y empieza a haber una balbuceante cultura, que puede cambiar la provincia de aquí a diez años”, si se trabaja como un auténtico lobby: “Nos permitiría influenciar sobre administraciones, reguladores, legisladores y cada vez más, a los consumidores. El lobby significa que tienes influencia y para ello, te tienen que reconocer y ser representativo y respetado. El buen lobby ayuda a mejorar una sociedad, es la instauración de mejores leyes, de mejores cuerpos regulatorios y que las administraciones tengan toda la información en sus manos para que puedan tomar mejores decisiones. Eso crea riqueza”.
Sin ir más lejos, los números que ponía sobre la mesa De los Ríos mostraban la necesidad del bien común: “El agro factura aproximadamente tres mil millones en comercialización y puede que otro tanto en servicios auxiliares. Voy a aventurarme a dar una cifra de lo que podría significar una unidad de acción en comercialización, lobby y marketing. Comercialización si nos pusiéramos de acuerdo y hubiese grandes grupos que hicieran el gran esfuerzo de vender el tomate pera a 55 céntimos en vez de a 50, hablaríamos de trescientos millones de euros más para la provincia. Marketing: si nos pusiéramos de acuerdo en articular marcas sectoriales o fuésemos capaces de articular un lobby para sacar los ultraprocesados de los hospitales o frenar al que viene de Holanda o Marruecos, podría aportar cada una de esas tres patas otros trescientos millones de euros a la provincia. Almería está dejando de ingresar cerca de mil millones de euros al año por la falta de articulación de un lobby, un marketing y varias unidades comerciales”, apostillaba.
Y para lograrlo, para que el sector agro se fortalezca en el futuro, el papel de las asociaciones es fundamental. “El bien común se consigue a través de nuestras asociaciones, potenciando a Hortiespaña, Coexphal, Asempal, Cámara de Comercio... Estamos allí, pero les decimos que a ver si te dedicas a bajarme los precios a mí, pero no construimos el bien común. Construirlo requiere dotar de dinero y tiempo a nuestras asociaciones”.
¿Un chollo para la competencia?
Esa falta de unión que existe entre las empresas del sector agroalimentario almeriense provoca que los rivales puedan coger ventaja en un mercado tan despiadado como es éste. Enrique de los Ríos sabe, y lo ha vivido en carnes propias, que si no haces lobby, te hacen lobby y al final pierdes preponderancia e importancia ante las administraciones, desde las locales hasta las comunitarias. “Para determinada competencia somos un chollazo, como para los ultraprocesados. Si los ves en la tele, están siempre ahí. Se unen compañías gigantescas para ser lobby, para hacer marketing. No es que sean empresas pequeñas, es que son gigantescas y aún así, se unen. Este tipo de cosas, nosotros las sufrimos de forma permanente”, decía el gerente de Unica Group, que puso algún ejemplo al respecto de esta situación que es el pan nuestro de cada día mientras no se tienda a la unidad de acción.
"Igual que hay que producir tomates y pimientos, hay que hacer ideas e introducirlas en determinadas cabezas. Y esa debe de ser otra parte productiva de este sector. Sé que en febrero hay un lobby, en mayo otro... Hay unos lobbies periódicos que son una rueda. A veces, cuando vas a Bruselas nos dicen que tenemos que ir más y hacer lobby, puesto que tienen la oreja caliente del lobby medio ambiental, del lobby marroquí, del lobby del bollicao... Necesitan tomar mejores decisiones y nosotros tenemos que ayudarles. El lobby que articulemos tienen que venir de una interacción entre nosotros, que ahora no hacemos. El político en Bruselas te dice que somos fuertes a nivel individual pero no somos capaces de ponernos de acuerdo ni para pintar la pared", sentenciaba con el mejor ejemplo posible de la asignatura que tiene pendiente el campo de Almería para, además de ser un referente, ser todo lo competente posible en este durísimo mercado global.
CajarSur manifiesta su “fuerte compromiso” con el sector
Antes de que comenzara el coloquio, tomó la palabra Gema Natoli, directora de Andalucía Oriental de CajaSur. En su primera intervención, apuntó la importancia que tiene para la entidad financiera estar presente en un acto de un sector tan estratégico como es el agroalimentario, el principal músculo económico que tiene Almería y uno de los más destacados de Andalucía. “Para CajaSur es muy importante estar aquí porque jornadas como ésta ponen de manifiesto nuestro fuerte compromiso con el sector empresarial y el agrario, siendo conscientes de la importancia que tienen en una tierra como ésta. Queremos estar cerca de la familia almeriense, de sus empresarios, y de ahí que el objetivo principal de CajaSur sea seguir aportando valor añadido a Almería, que se consigue también con la unidad de grupo”, a la vez que destacaba que “nuestro objetivo es consolidarnos como una entidad financiera de referencia en toda la actividad económica y social. La implicación y apoyo de CajaSur a la mejora y el avance del sector empresarial es un hecho que se convierte en exigencia”.
Natoli explicaba los productos y servicios que CajaSur puede ofrecerle a la provincia almeriense. Integrado en el Grupo Kutxabank, grupo con mayor nivel de solvencia del sistema financiero español, CajaSur ofrece en Almería un servicio especializado y personalizado, a través de su banca personal, pymes, grandes empresas, instituciones... Contamos con un servicio agrario especializado, que ha desarrollado líneas de financiación, productos y servicios, que se adaptan a todas las particularidades de cada explotación y trabajamos cada día para llegar a acuerdos de colaboración y convenios con organizaciones agrarias. Estamos muy sensibilizados con los retos del sector. Un ejemplo es el acuerdo firmado por nuestra Fundación con el IFAPA, que se materializó en todos los ámbitos de la generación del conocimiento y transferencia de la información a los agricultores.
Por supuesto, dentro de la filosofía de CajaSur tiene un papel preponderante la sostenibilidad, entendida como objetivo diario para todos los profesionales de la entidad. “Tenemos muy presentes en nuestra vida diaria los objetivos del desarrollo sostenible. Nuestro grupo fue pionero en sostenibilidad, sometiéndose hace más de quince años a una auditoria externa y un ejemplo es la gestora de fondos, igualmente pionera en las inversiones socialmente responsables”, indicaba desde el atril desde donde se presentó el desayuno coloquio organizado por el Grupo Joly.
Y precisamente antes de que Enrique de los Ríos tomara la palabra en el diálogo con Antonio Lao, Gema Natoli acabó su intervención alabando lo que comunmente se conoce como el ‘Milagro Almería’. “Tanto Almería como su provincia están experimentando en los últimos años una evolución y un desarrollo muy positivo de la mano del sector agroalimentario. Es un ejemplo a seguir. En este camino, siempre encontraréis a un aliado en CajaSur porque realmente sois los que dais un paso al frente para convertiros en el engranaje básico y necesario para la creación de empleo, bienestar y riqueza y esos objetivos también son los nuestros”, sentenció la directora de Andalucía Oriental de CajaSur.
“Si no hay agua a precio sensato para el campo, todo esto se acaba”
El coloquio fue interesante y versó de temas fundamentales para el sector, que marcarán un antes y un después. para la provincia. Sin embargo, en una de las últimas preguntas, el director de Diario de Almería se interesó por su opinión sobre el déficit hídrico de la provincia y su respuesta fue de las más importantes de todas cuantas se oyeron en los salones del Ohtels Gran Hotel Almería.
La pregunta tenía su miga, a 24 horas de la celebración del Día Mundial del Agua y en una provincia tan sensibilizada con esta problemática como es Almería. El campo necesita agua, cada vez llueve menos y los recursos son más limitados. Por desgracia para el campo del levante almeriense, se ha recortado el trasvase del Tajo-Segura; por fortuna para los agricultores, se ha rebajado el precio del agua desalada a 0,40 euros. Una síntesis en pocas líneas de la principal problemática actual para la agroalimentación.
Ante ella, Enrique de los Ríos cogió el toro por los cuernos y su respuesta fue contundente. “No soy experto en agua, quizás me meta en berenjenales, pero sé que si no tienes agua, no tienes nada. Podemos hablar de marketing, comercialización o de lo que tú quieras, pero si no existe agua a precio sensato, esto se acaba. El agua está siendo moneda de cambio, está cargada de ideología y de egoismos localista. Trasvase del Ebro y Tajo fuera, está siendo contaminado un bien común racional por ideología y localismos y no debe de ser así”, comentaba.
De la misma forma que había insistido en la necesidad de formar grupos de presión para acudir a Bruselas, a De los Ríos no le tembló el pulso al asegurar que uno de los lobbies que se deberían de formar sería precisamente para reclamar agua para donde se necesita. “Al final siempre decimos que podemos llorar por un ojo porque podemos desalar agua, siempre que el coste lo permita. Pero es una pena que por no actuar en el lobby, tengamos que plantar desaladoras. El sector tendría que plantarse y decir quiero esto, esto y esto, porque el que te da a ti de comer, señor urbanita, soy yo”.
También te puede interesar
Lo último