Cristóbal Hernández, armador: “Tengo el barco de arrastre que menos días puede pescar"
Entrevista
Tiene 31 años y lleva media vida viviendo del arrastre pero teme tener que dejarlo
Solo tiene unos noventa días de trabajo autorizados al año
La pesca de arrastre conoce las medidas para recuperar el 6 % de días de actividad en 2024
La pesca de arrastre lleva años denunciando las condiciones que sufren. Hablar con un armador y un pescador es escuchar quejas repetidas sobre su situación. Los críticos aseguran que destroza el fondo marino y sus trabajadores, que lo cuida y limpia. Cristóbal tiene 31 años y es uno de los más jóvenes del sector. En esta entrevista se podrán leer los manifiestos de quienes viven del arrastre y no quieren dejar de hacerlo.
–Se ha anunciado un 5% más de días de pesca, ¿Cómo lo ven ustedes?
-Lo vemos igual. Yo te hablo en mi caso, pesco unos noventa días y con un 5% más me aumenta poco, tres o cuatro días. Yo soy el barco que menos días de pesca tiene autorizados aquí en Almería y uno de los que menos en el Mediterráneo. Hemos empezado a faenar ahora tras estar parados desde el 10 de enero. Ya trabajaremos hasta fin de año. Cuatro meses parados, pagando gastos e hipoteca, es duro. Es demasiado, los trabajadores aguantan como pueden.
–¿Y no se plantea dejarlo todo e irse a hacer otra cosa?
-Me planteo muchas veces dejarlo, pero es una situación complicada. Nadie te compra el barco porque no van a poder trabajar. Tampoco lo puedo desguazar y buscar otro barco. Ya no sabes que hacer, es seguir para adelante. Haces lo que puedes.
–No le veo muy contento con cómo se están haciendo las cosas.
-Esto se hizo muy mal. El tema de los días se hizo con un balance de cuánto había trabajado en los años previos. Todos los barcos tendrían que tener los mismos días. Yo compré el barco poco antes de que empezase la normativa y el anterior armador era de salir poco. El barco está afectado y no tendría que ser así.
–¿Se siente perjudicado?
-La normativa tendría que ser para todos por igual, otro barco pesca 50 días más y es el mismo trabajo el que hacemos.
–¿Y ahora qué?
-Tengo 31 años y ahora no sabes qué hacer, lo que yo hago como trabajador no puedo. No tengo nada, soy autónomo, si paro, no me dan una prestación. Vamos medio tirando, con el sueldo de mi mujer.
–Es usted especialmente joven, creo que uno de los más con los que he hablado. ¿El recambio generacional ya no se atisba en el sector del arrastre?
-Un joven se echa para atrás. Los políticos están incentivando a que la gente no le atraiga el sector pesquero. No hay recambio, cada vez está la cosa peor. Uno quiere un trabajo estable pero tienes que estar medio año parado. Esto no llama la atención.
–¿Le tiene miedo a lo que está por venir en el futuro?
-A mi no me da miedo hipotecarme pero si tengo la certeza de que puedo trabajar. Yo quería pescar unos años y luego comprar otro nuevo más grande pero ahora no puedo hacerlo, te da miedo. Te gastas miles de euros y no puedes pagarlo.
–¿Qué hace cuando se debe quedar en tierra? ¿Cómo se gana un dinero extra para mantenerse?
-Los meses que estoy parado llevo otros barcos, hago de patrón mientras tanto. Así gano un sueldo pero no da para mucho más. Los gastos ahí siguen, el barco no te espera, tienes que pagarlo.
–Es un mensaje muy pesimista el suyo.
-Lo veo muy mal. Conforme está ahora no le veo ningún futuro, tendría que cambiar algo y que nos apoyen. Seguir así nos va a llevar a erradicar la pesca, vamos a desaparecer. Esto afecta al Mediterráneo europeo pero de otras zonas sigue entrando pescado, de Marruecos o Mauritania. Estamos muy restringidos.
–Aspiran a un 1% extra en pocos meses si se siguen cumpliendo las medidas medioambientales para preservar el fondo marino.
-Un 1% es un día de pesca más. Para el que tenga más días, un día y medio. Entre eso y nada, no es nada. Un barco tiene que tener 180 días, no pescas el año entero pero paras dos-tres meses. Los fondos tienen que descansar para regenerar pero es demasiado. Estamos abocados al desastre.
–Entiendo que no arrastraría solo a ustedes, sino a más gente.
-No es solo el sector pesquero, en el Puerto hay decenas de embarcaciones y detrás hay mucha gente en la lonja, los repartidores de hielo, distribuidores, electricistas, expertos en redes, mecánicos... La cadena es muy larga, es mucha gente viviendo de esto. Come mucha gente y si esto se pierde vamos al desastre.
–¿Cuánto lleva aquí, viviendo de este sector?
-No pensaba que esto fuera a decaer tanto. Con 16 años empecé y se podía trabajar, daba para pagar, había normas pero daba para vivir. Ahora es insostenible, no puedes mantener tu empresa así. Si tu poco beneficio lo tienes que echar al barco cuando está parado, te quedas a cero. Y que no te falte, apaga y vámonos.
–Un problema añadido es que denuncian que no se les paga lo suficiente. ¿No le ven la rentabilidad ya a salir a faenar?
-Los precios del pescado son muy bajos. El que más gana es el intermediario, porque en el supermercado se quejan de lo caro que está. En la lonja no es lo mismo, está super barato. Cuando lo compras en destino vale el doble. Se piensan que somos millonarios y están muy equivocados. Cada vez está todo más caro y no te salen las cuentas. Todo se ha encarecido mucho y tienes que cubrirlo. A veces no ganas ni un jornal.
“No sé que hacer, quiero seguir aquí toda la vida”
Sobre el futuro, Hernández no es demasiado optimista. “No sé qué hacer. Lo he barajado mucho. Si cambiara a mejor, me gustaría seguir con mi barco. Quiero desguazarlo y comprar otro más grande para trabajar más. Si vas a peor, te centras en trabajar para alguien. No sé hacer otra cosa, me encanta esto y quiero seguir aquí toda la vida”, asegura en declaraciones a ‘Diario de Almería’. Cuando no puede trabajar de lo suyo, se dedica a hacer de armador en otras de las embarcaciones que parten de la provincia y surcan el Mediterráneo en busca de pescados.
Es consciente de las críticas que llegan de las organizaciones ecologistas, que señalan el daño que la pesca de arrastre produce al ecosistema marino, pero dice no entenderlas, pues los armadores y patrones del sector se sienten parte de la solución y no del problema. “Están vendiendo lo que no es. Dicen que si las redes y que el arrastre destroza los fondos pero no es así, es mentira. Limpiamos los fondos, traemos una cantidad de basura que es una barbaridad. Hay mucha porquería. Es un arte muy selectivo, los barcos estamos cambiando las puertas para que no toquen el fondo, no se destroza. Antes sí era así. La gente está equivocada, ¿cómo vamos a destrozar nuestro medio de vida?”, se pregunta finalmente con un tono amargo que es el que impregna toda la entrevista. Es consciente de que el futuro que se dibuja no es optimista en el arrastre.
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