Cajamar señala el camino del I+D en el cultivo de frutales en invernadero
La introducción de productos de alto valor, que complemente la producción de hortalizas, incrementará la rentabilidad de las fincas
"Innovar es cambiar algo introduciendo novedades para aportar valor. La horticultura intensiva del sureste no ha dejado de hacerlo desde hace más de 50 años. De hecho la primera innovación fue la colocación de una lámina de plástico sobre los cultivos en enarenado para adelantar las cosechas, empleando la estructura del parral que sostenía la uva de mesa y que después dio nombre al tipo de invernadero más extendido en la zona, el invernadero parral". Este es el inicio del artículo publicado por Juan José Hueso, de la Estación Experimental de Cajamar, en la web corporativa de la caja, que recoge que hace más de diez años se introdujo de nuevo la uva de mesa en un parral, pero no tenían semillas y el parral era un invernadero con plástico y control de clima para cosechar las uvas más precoces de Europa, cerrando el círculo. Hueso explica que la introducción en el invernadero de productos de alto valor, que complemente la producción de hortalizas, puede incrementar la rentabilidad de las explotaciones y contribuir también a diversificar la producción agrícola. Se trata de aprovechar el conocimiento generado durante décadas en el cultivo intensivo bajo plástico de hortalizas para producir otros frutos, innovar. Cada vez son más las especialidades de hortícolas cultivadas en nuestros invernaderos buscando una mayor rentabilidad. Tomates, pimientos, calabacines, berenjenas o pepinos con diferentes formas, colores, tamaños, sabores. ¿Por qué no introducir otras frutas?, se pregunta. "Con el invernadero podemos extender las áreas de producción de frutas tropicales y exóticas que no sería posible producir al aire libre en nuestras condiciones, obtener producciones en épocas más favorables para su venta modificando los ciclos de cultivo por ejemplo de frutales de hueso (cerezo, nectarina) o la uva de mesa y mejorar los rendimientos y la calidad de la cosecha (mango). Los avances obtenidos en el diseño de estructuras de invernadero, materiales de cubierta, control del clima, sistemas de fertirrigación o control de plagas y enfermedades se pueden emplear para producir nuevos productos con éxito", desgrana.
En España, existen unas 6.000 ha de frutales en invernadero de las cuales unas 3.200 ha son de plátano de Canarias donde también se cultivan 480 ha de papaya y unas 120 ha de mango. En Andalucía se cultivan unas 1.800 ha de frambueso y ya hay unas 160 ha de mango en la costa tropical de Granada y Málaga.
La papaya está en vías de convertirse en una referencia en los invernaderos de Almería donde ya se cultivan unas 30 hectáreas. Es un cultivo con un rápido crecimiento vegetativo que empieza a producir a los 8-9 meses desde la plantación y que puede alcanzar producciones de hasta 200.000 kg/ha en unos dos años. El manejo es bastante similar al de una especie hortícola, si lo comparamos con otros frutales, ya que es más como una hierba gigante. Se está trabajando actualmente en la selección y evaluación de nuevas variedades que se adapten a nuestras condiciones de cultivo y a las exigencias de mercado europeo, principal destino de nuestras exportaciones. También se ha estudiado cuáles son las fechas ideales para el trasplante y el comportamiento del cultivo con control de clima en el invernadero incorporando nebulización y calefacción frente a un manejo convencional. Actualmente está en marcha el proyecto Europapaya para el "Desarrollo y optimización de un modelo productivo para el cultivo intensivo de papaya en España" y se ha constituido el grupo operativo Carismed para la "Producción sostenible de papaya en zonas con clima subtropical y mediterráneo". Otros frutales tropicales y exóticos como pitaya, carambola, litchi, longan, fruta de la pasión (maracuyá), guayaba o la guanábana están siendo evaluados y pueden ocupar su nicho en nuestro catálogo de productos. Entre ellos la pitaya está despertando un mayor interés por sus altas cotizaciones. Se ha demostrado que es posible producir pitaya en nuestros invernaderos y se está estudiando el comportamiento de diferentes variedades, evaluando su potencial productivo y la calidad los frutos y se están desarrollando técnicas para optimizar la polinización de esta especie, que es manual.
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