Azufaifas de Abrucena para la comunidad china
AGR
Desde hace casi una década Xianzhong Zhang y Chang Gan Wu ayudan a recolectar y distribuyen este fruto por Europa
Emprendedores de la fresa ecológica durante la pandemia
El perro de Francisco ladra, más por con ganas de juguesca que con el colmillo afilado. Son las siete de la mañana, el sol ya había que este sábado va a ser caluroso. El final del verano no da tregua. Por suerte, el levante es más agradable en Abrucena que en la capital.
El coronavirus ni está ni se le espera por estas fincas, no sería bien recibido. Pese a ello, las medidas de seguridad se guardan igual de severas que en el resto de Almería. Hay que recoger más de 800 kilos azufaifas para unos compradores peculiares que tienen los agricultores abruceneros Francisco Aguilera y Manoli Fernández.
Se trata de Xianzhong Zhang y Chang Gan Wu, dos empresarios chinos afincados en Almería hace años, que distribuyen para su comunidad por toda España y parte de Europa este fruto tan preciado en la gastronomía asiática. Ropa cómoda, mascarilla cuando no se pueden guardar las distancias (aunque lo difícil en un terreno tan grande es estar cerca de otro recolector) y a buscar este fruto de tono dorado, que cuando toma tonalidad ocre es que está dulce como el caramelo.
Fresa ecológica de Almería en toda España e incluso llega a Europa
Esta pareja de almerienses fueron valientes al poner fresa y demás frutos rojos ecológicos en Abrucena y la apuesta les está saliendo fenomenal. Aunque para que sus productos sean catalogados como ecológicos deben de pasar tres años, las están produciendo como tal, aunque todavía no puedan venderse a ese coste. Su sabor, sin embargo, deja bien claro la calidad de su producto y los clientes están respondiendo. En toda España se compran sus fresas e, incluso, ya han llegado a mercados de Perpignan (Francia).
En la tarea de recolección participan los dos agricultores abruceneros, cuya finca está en los mismos pies de la Sierra Nevada almeriense, tres peones, los dos empresarios chinos y hasta el alcalde de la localidad, Ismael Gil, al que no se le caen los anillos por ayudar a un vecino: “Fran es un ejemplo, está aportando mucho a la economía de Abrucena. Poco a poco va creando puestos de trabajo y eso se lo agradecemos”.
Con la maestría de quien recoge azufaifas desde que era pequeño, Fran explica cómo conocieron a Zhang y Wu, mientras llena un cubo tras otro:“Las azufaifas que se daban en Abrucena eran pequeñas, pero me puse en contacto con un vivero de Tarragona y conseguí una variedad más gorda, carnosa y sabrosa (al primer bocado uno siente que los adjetivos no son un simple tópico, al estilo de bueno, bonito y barato)”, y ahí entran en escena los dos empresarios chinos: “Les habían hablado de nuestras azufaifas y nos llamaron y buscaron por todo el pueblo. La negociación fue rápida, ellos se encargan en un fin de semana de recolectar, transportar y vender, son muy trabajadores”, finaliza este abrucenero feliz de que sus frutos sean considerados un manjar.
El azufaifo almeriense, una pieza clave contra el cambio climático
Almería es un laboratorio de lucha contra el cambio climático y este es el proyecto de mayor envergadura, ya no solo por financiación, sino que cuenta con herramientas de última generación para llevar a cabo los estudios y porque no se basa solo en un análisis, también está aplicando sobre el terreno una batalla para luchar contra un fenómeno que podría expandar la semiaridez de Almería a buena parte del resto de España. En el proyecto Europeo Life Adaptamed, que en Almería trabaja en Cabo de Gata, son de vital importancia los azufaifos. Gracias al gran dosel vegetal que generan son muy activos en la mitigación del cambio climático en zonas áridas a través de la fijación del carbono en sus hojas. Además, ofrecen hábitat para numerosas especies animales, siendo de particular importancia los insectos que albergan y que pueden ser beneficiosos para la agricultura. De la misma forma, contribuyen al control de la desertificación al permitir el desarrollo de la vida bajo condiciones ambientales muy rigurosas y a las avenidas en ramblas. Además, los azufaifas regulan el ciclo ya que participan de las transferencias de agua desde el suelo hasta la atmósfera mediante la evaporación de agua a través de sus hojas. La agricultura almeriense no sólo es sostenible, sino también beneficiosa.
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