Artesano del pan de leña más tradicional
el personaje
Al coger el testigo (en este caso la pala), le puso de nombre el mote con el que todos conocen a su familia en el pueblo. "Nos dicen los Patrones y yo le puse eso mismo, Patrón".
Su día a día comienza muy temprano, cuando todos duermen. A las 2:00 de la madrugada él ya está trabajando y no cesa hasta que cierra la puerta del despacho, a las 14.30 horas. Eso cuando no tiene más cosas que hacer en el obrador.
Amante de la tradición, elabora dulces típicos de la zona y cuece el pan a la manera más tradicional: en horno de leña. Uno de los secretos que alberga su negocio es precisamente ése. Su horno moruno data de 1546 como poco. Es la fecha en la que aparecen los primeros documentos que atestiguan su existencia. Un cuadro colgado en la pared del despacho narra la longeva historia de esa estructura de construida con un arco de media esfera recta. Una cavidad horadada en el muro que nunca se enfría y que se extiende 4,20 metros a lo largo y 2 metros de ancho.
"En este horno las cosas salen con un toque especial, se nota la diferencia", asegura Pedro. Él ha sabido conservar y aprovechar lo que tiene (otra de sus joyas es una balanza que puede tener tres décadas como mínimo) y renovar parte de la maquinaria para elaborar algunos de sus productos.
Enumera cada uno de sus dulces de 'carrerilla' y se para a explicar la composición de cada uno cuando el cliente pone cara de extrañeza. "Nosotros llamamos 'rollos' a los roscos". Los hace fritos, de vino, de anís o con almendra. También 'crespillos' de garbanzos y de nueces elaborados con masa de pan y tortas variadas: de manteca, de chicharrones, de manteca con almendra... Su expositor está repleto de suculentas piezas y a un cierto punto el interlocutor se pierde entre la variedad.
En ciertas épocas del año la 'carta' se amplía con productos típicos de las fechas. En unos días, cuando llegue Semana Santa, incluirá los pestiños y los alfajores de miel y de almendra a su gama.
"Todo es 100% natural, artesanal y sin química". Sus principales aliados son la harina, la manteca y la almendra. En su tarea le ayudan su mujer y otros dos trabajadores que tiene en plantilla.
'Veraneantes' de Vélez Blanco, tomen nota: "en verano dejo espacio en el horno a los vecinos que quieren hacer asados. Hay veces que no cabe ni una sola lata más".
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