"Almería debe ser ahora la huerta ecológica de Europa"
Luis Miguel Fernández, gerente de Coexphal, ve en la producción ecológica una ventaja competitiva para la provincia a la hora de comercializar sus productos en el exterior
Almería/Incrementar un 70% la producción agrícola para 2050 con el objetivo de poder alimentar la población mundial que entonces rondará los 10.000 millones de habitantes ese es uno de los desafíos que pone de manifiesto la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “La Unión Europea debe reforzar estrategias para ser autosuficientes y eso lo está obviando en algunos casos”, dice Luis Miguel Fernández, director gerente de Coexphal, si bien expone que en cuanto a la reforma de la Política Agraria Común (PAC) y estrategias como 'Del campo a la mesa' dentro del Pacto Verde emprendidas por la UE no deben asustar al sector almeriense porque trabaja en esas líneas desde 2006, cuando emprendió el camino hacia el control biológico, que hoy está implantado al 50% en la producción almeriense, llegando casi al 100% en algunos cultivos como pimiento. Fernández ve aquí la gran ventaja competitiva para Almería: “Somos la huerta de Europa en invierno, ahora debemos ser la huerta ecológica de Europa”. En este sentido apunta que los principales competidores para esta provincia no están preparados para ello, así explica que en Marruecos no se implanta este modelo y en Holanda el cultivo es sin suelo por lo que no se puede certificar como ecológico, “prácticamente estamos solos”. Gráficamente, Coexphal muestra la evolución de las hectáreas invernadas y ecológicas en Almería, donde se ha pasado de contar con 406 en 2013 a 3.212 hectáreas en 2019, es decir, más del 10% de la superficie cultivada en la provincia, además de haber más de un millar de hectáreas en conversión para tal fin.
En el marco de las jornadas agroalimentarias ‘ODS agroAlmería’, celebradas hace una semana en la Universidad de Almería, Fernández mostraba como el sector agrícola almeriense ha contribuido al asentamiento de la población y al aumento de la renta per cápita gracias a un modelo no subsidiario y muy competitivo. El director gerente de Coexphal explica que el Modelo Almería se basa en el invernadero solar, productivo, sostenible y rentable, “tan solo el 1,6% de la renta de los agricultores en esta provincia proviene de subvenciones, cuando la media española es del 20,8%. En conjunto, las subvenciones en Almería y Granada suponen menos del 4% respecto al total andaluz, a pesar de aportar casi un 35% a la renta agraria de la comunidad andaluza”.
El ofrecimiento de la agricultura almeriense a la sociedad se traduce en alimentos saludables con alto contenido en fibra, vitaminas y antioxidantes, suficientes para alimentar a 500 millones de europeos todo el año. En cuanto a la sostenibilidad ambiental, los invernaderos ocupan un 3,4% del territorio almeriense y generan el 40% del PIB (producto interior bruto), mientras que el 49,7% se corresponde con espacios protegidos. Por otro lado Almería, es zona de referencia mundial en el uso de control biológico, utilizando organismos vivos para combatir plagas, lo que ha llevado a la reducción del uso de fitosanitarios. Otros ejemplos de su implicación con el medioambiente son el uso eficiente de los recursos hídricos, así la huella hídrica per cápita en Almería es 20 veces menor que la media nacional, o como sumidero de CO2, pues cada hectárea de invernadero absorbe la emisión diario de ocho coches, la mitad del parque de vehículos de Almería.
La garantía de una producción de calidad viene avalada, entre otros, porque este territorio contiene la mayor concentración de laboratorios agrarios y la mayor tasa de ingenieros agrícolas por agricultor de Europa. Además, Fernández insiste en que la del Sureste español es la agricultura más transparente gracias al 100% de implantación de la trazabilidad, siendo pioneros en llevarla a la agricultura en 1997. Por otro lado, el sector agrícola persiste en el sabor, de hecho, el gerente de Coexphal recalca que en Almería y Granada se producen algunas de las variedades más sabrosas del mercado como son el tomate RAF, las sandías Fashion y Bouquet o el pimiento Palermo.
Respecto a la sostenibilidad social, Luis Miguel Fernández señala que esta región representa el mayor modelo de agricultura familiar y uno de los principales modelos cooperativos del mundo, además de tener la mayor tasa de formación específica del agricultor en España. También es ejemplo de interculturalidad, de modo que en la provincia almeriense conviven más 110 nacionalidades distintas integradas a través del empleo, con acceso universal a la sanidad y educación públicas, “el porcentaje de trabajadores extranjeros dados de alta en el sistema de Empleo Agrario es del 60% en Almería, frente al 12% de España”. Por último, el gerente de Coexphal hace referencia a la minimización del desperdicio alimentario a través de la colaboración de APROA (Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas) con 32 Bancos de Alimentos.
Una potencia en innovación por sus centros de I+D+i
La innovación es el elemento clave que hace seguir creciendo la agricultura de Almería. Juan Carlos Gázquez, director adjunto de Cajamar Innova, explica cómo la agricultura ha generado en esta provincia un ecosistema en torno a ella. En este sentido, Almería cuenta con elementos diferenciadores como la concentración de 32.000 hectáreas invernadas convirtiéndose en el mejor laboratorio del mundo, el ser polo científico-tecnológico, el contar con un gran clúster agroindustrial, con técnicos y asesores cualificados y con agricultores que incorporan esa innovación. La provincia dispone de distintos centros de I+D+i, desde la Estación Experimental de la Fundación Cajamar al Ifapa, pasando por la propia Universidad de Almería también a través de la Fundación UAL-Anecoop, Tecnova, el MAAVi Innovation Center de Kimitec, siendo además sede de investigación de semillas en climas templados, por lo que muchas empresas de semillas tienen su sede en Almería; además hay otros centros que trabajan en paralelo como son la Plataforma Solar de Almería o la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. “Con la suma constante de innovación y tecnologías se han producido tanto mejoras incrementales como radicales, como pueden ser el enarenado, el invernadero parral, mejoras en materiales plásticos, en material vegetal, riego y fertilización o el control biológico”.
Según explica Juan Carlos Gázquez, los centros de I+D+i, además de generar conocimiento a través de la investigación y experimentación, juegan un papel fundamental como evaluadores, desarrolladores y difusores de dichas innovaciones, realizan labores de formación y capacitación como complemento a la propia universidad y escuelas, dan soporte de I+D+i a las empresas y actúan como facilitadores de la innovación, haciendo de intermediarios con el resto de agentes para impulsar proyectos innovadores. Como expone Gázquez es muy importante la transferencia tecnológica a través de canales eficientes, principalmente a a través de técnicos y asesores, y también ahora aprovechando las herramientas digitales; sobre los último cita el ejemplo de la Plataforma Tierra, puesta en marcha por Cajamar. Además, como muestra de que la apuesta por la innovación no cesa, indica la nueva iniciativa Cajamar Innova, incubadora de empresas de alta tecnología para intentar buscar soluciones a los problemas derivados del déficit hídrico.
De la 'revolución transparente' a la 'revolución digital'
David Uclés, del Colegio Oficial de Economistas de Almería, tras dibujar la evolución de empleo en la agricultura protegida almeriense, mira hacia la nueva etapa: “La revolución transparente tendrá que mutar en revolución digital si quiere seguir liderando la vida económica de la provincia de Almería”. Según percibe Uclés en el futuro inmediato probablemente no será suficiente la movilización de más recursos para impulsar el crecimiento y habrá que esforzarse por gestionar mejor las explotaciones y aumentar el valor unitario obtenido por los productos. Esto no se podrá lograr sin que se acelere el proceso de digitalización y robotización, en empresas de comercialización y en explotaciones. “Posiblemente, el campo ya no será más un demandante de empleo de baja cualificación, pasará a buscar perfiles tecnológicos y, sobre todo, productos y servicios altamente intensivos en el uso de tecnologías”.
Apuesta sistémica, transversal y analítica en economía circular
Durante las jornadas han quedado pantentes los desafíos mundiales de alimentar a una población en crecimiento, de enfrentarse al cambio climático y la necesidad de mantener la biodiversidad. “Existen pocos modelos que sean capaces de dar respuesta a estos tres grandes desafíos y hacerlo de forma eficaz. Almería es de los pocos modelos de desarrollo agrario capaz de hacerlo y por ello es referente mundial”. Esta sentencia parte de José Ángel Aznar, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Almería, quien la justifica señalando que Almería ha sido capaz de producir gran volumen de frutas y hortalizas aprovechando los recursos naturales que los productores tenían al inicio como las aguas subterráneas, el sol y un suelo pobre que con la técnica del enarenado volvieron productivo. “Este modelo es cada vez más circular”, indica Aznar, quien apunta que ello implica cambiar de un modelo lineal basado en usar, consumir y tirar a otro optimizando los inputs para el desarrollo productivo minimizando la generación de residuos.
Como explica el profesor de la UAL, la economía circular como nuevo paradigma es un concepto que se ha impuesto en muy poco tiempo y en el que todos ganan. Éste supone una oportunidad para el Modelo Almería para reducir insumos externos en la producción, cerrar circuitos, minimizar vertidos y valorizar residuos. Almería es idónea para la puesta en marcha de esta práctica porque se puede aplicar en todas las actividades del sector. Asimismo Aznar describe los avances hechos en esta provincia en esta materia así en la recirculación de aguas, dotando de más vida útil al plástico, con la reutilización de embalajes, el 'Compromiso Blanco', el empleo de restos vegetales como biomasa y compost, etc. “Falta un impulso mayor, una apuesta sistémica, transversal y analítica. Una apuesta estratégica como fue la lucha integrada, esto permitiría ventajas competitivas”. Se trata como dice Aznar de anticiparse al futuro y lograr la ventaja del ser el primero en mover ficha.
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