Así nació el turismo en Almería: del Hotel Simón a la construcción del aeropuerto

Turismo

José Joaquín García, profesor de la UAL, ha publicado el libro 'Historia económica del turismo en España: de los viajeros románticos al pasaporte COVID'

José Joaquín García ha escrito 'Historia económica del turismo en España'
José Joaquín García ha escrito 'Historia económica del turismo en España' / Javier Alonso

Almería tiene en el turismo uno de sus principales motores económicos. Son muchas las familias cuyo futuro depende de que lleguen visitantes a la costa o al interior, atraídos por los diferentes encantos que tiene la provincia. En los últimos años los datos han sido muy buenos: en 2021 llegaron casi 2 millones de turistas. Además, se llevan un buen recuerdo, pues Almería es —junto a Cádiz— el destino más valorado de Andalucía por los turistas, que le dan un 8,8 de nota, según la Encuesta de Coyuntura Turística de Andalucía en el segundo trimestre de 2022, del Instituto de Estadística y Cartografía.

Pero esto no siempre ha sido así. Almería no empezó a ser un destino atractivo para el turismo hasta finales de los años 50, según explica José Joaquín García Gómez, profesor titular de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Almería. "En esos momentos se comportaba como el resto de la costa mediterránea española", asegura, aunque también con sus peculiaridades, como fue la llegada de rodajes de películas cinematográficas. Parte de esa historia de Almería está dentro de 'Historia económica del turismo en España: de los viajeros románticos al pasaporte COVID', el libro que ha escrito García Gómez junto a Carmelo Pellejero Martínez, profesor de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Málaga.

Pero ya antes de eso, en los años 20 del siglo pasado, hubo algunas iniciativas turísticas muy interesantes, según el profesor García. "Se creó una asociación para promover el turismo y la hostelería en la ciudad de Almería, que buscaba la creación de hoteles, restaurantes y demás infraestructuras". En sus estatutos ya dejaban claro que era necesaria la colaboración con las administraciones, a través de convenios. "Esto no nos da datos de cuántos turistas venían a Almería, pero sí que nos sugiere que ya a principios del siglo XX había demanda turística, porque había iniciativas por parte de la oferta".

El profesor García en la biblioteca de la UAL.
El profesor García en la biblioteca de la UAL. / Javier Alonso

Una figura clave de ese primer turismo en Almería fue el austriaco Rodolfo Lussnigg, uno de los promotores de la asociación mencionada anteriormente y fundador del Hotel Simón, que abrió sus puertas en 1909 en pleno Paseo de Almería y no las cerraría hasta los años 60. "Fue el primer hotel moderno de la ciudad. Las iniciativas turísticas de Lussnigg se pueden considerar el primer hito importante para el turismo almeriense", dice José Joaquín García.

Lussnigg fue además el inventor del término Costa del Sol. "Ha habido una confusión a lo largo de la historia al respecto. Siempre se ha dicho que su origen fue en Almería, pero no es del todo así. Lo que pasó es que Lussnigg escribió en los años 20 una guía de turismo en donde proponía que toda la costa mediterránea española se llamase Costa del Sol. Después, en los años 50 se les dan diferentes denominaciones a las costas y Almería se integró en la Costa del Sol, que incluía a Málaga, Granada y la propia Almería, hasta Cabo de Gata", explica el profesor de Historia e Instituciones Económicas.

Aunque este austriaco supo adelantarse a su tiempo y ver el potencial de vender un destino por el sol y la playa (en el siglo XIX los viajeros internacionales buscaban sobre todo cultura), el auténtico despegue turístico de Almería no se dio hasta los años 70 y casi 80. En ello jugó un papel fundamental la construcción del aeropuerto a final de los años 60. "Se ve enseguida que el despegue del turismo se da a partir de la llegada del aeropuerto. Los turistas anteriormente llegaban a España en coche, pero Almería estaba muy mal comunicada. Para llegar desde Marsella, por ejemplo, en los años 50 era complicadísimo", explica García.

En esos mismos años también se construyó el Parador Nacional de Turismo en Mojácar. Una clara apuesta por el sol y playa, ya que se hizo en primera línea de la costa y de nueva construcción, y hasta entonces lo habitual era que los paradores fueran en edificios históricos, atractivos para los viajeros culturales.

Ahora, Almería es un destino muy consolidado. "La provincia tiene un potencial enorme, porque ha cuidado mucho el medioambiente en sus playas", asegura José Joaquín García. Así pues, "el turismo en Almería no es como en Gerona, Alicante o Mallorca. Es un turismo que no está tan masificado y eso es un punto a favor, porque ya quedan pocos sitios así en Europa". Tiene todo para seguir creciendo, pero "tiene que tener cuidado para ser sostenible". Aunque para que la provincia siga captando turistas el profesor tiene claro que es fundamental mejorar las infraestructuras de transporte.

El libro de Carmelo Pellejero y José Joaquín García.
El libro de Carmelo Pellejero y José Joaquín García. / Javier Alonso

La guía que necesitaban los estudiantes de Historia del Turismo

José Joaquín García y Carmelo Pellejero acaban de publicar 'Historia económica del turismo en España: de los viajeros románticos al pasaporte COVID'. La editorial Pirámide (del grupo Anaya) se ha interesado en esta obra que nace con la vocación de ser la guía de referencia para los estudiantes de Historia del Turismo. "Esta materia no se da en muchas universidades. Había libros de Historia del Turismo, pero no de Historia Económica del turismo. Era algo que nos demandaban los estudiantes", explica el profesor de la UAL.

"Nos parecía interesante, ya que había un vacío historiográfico, dar a conocer que se llevan unos 25 años investigando estos temas pero no había un libro que recogiera el estado de la cuestión. Es una guía para estudiantes pero también para el público en general, para cualquiera que le interese el turismo, la historia o la economía. Puede dar pistas de cómo ha evolucionado el sector para saber qué podría pasar en el futuro", asegura el escritor.

Y es que, en economía, el sector del turismo siempre se quedaba como una pequeña reseña, algo que no podían entender, pues "ha sido uno de los sectores fundamentales para el desarrollo de la economía española".

En el libro defienden que España no había entrado en los circuitos prototurísticos hasta el siglo XIX. "El Grand Tour que hacían los aristócratas antes del XIX tenía origen en Gran Bretaña y lo que hacían era buscar el norte de Italia, Francia, Suiza, sur de Alemania y solía terminar en Roma", cuenta. Iban buscando la combinación de turismo cultural (sobre todo lo que había estudiado durante la carrera) y motivaciones económicas, porque los viajes les servían para establecer relaciones comerciales y políticas, según explica García.

España quedaba fuera del Grand Tour por muchas razones, probablemente por la distancia, pero también por el atraso económico. "A nivel cultural veían a España menos vinculada a las corrientes europeas. Era un país europeo pero a la vez no lo era. Y a nivel político y religioso, siempre había sido el defensor del catolicismo y había tenido muchos enfrentamientos con Inglaterra, Holanda", explica García.

Pero todo cambia en el siglo XIX. En la Guerra de Independencia, las tropas napoleónicas invaden España, que les planta cara. "Desde fuera vieron que era el pueblo español, y no era el Estado, quien se enfrentaba a Napoleón. Eso fue muy atractivo para el Romanticismo. Era David contra Goliat". Según José Joaquín García, esto cambió la perspectiva que se tenía de España y empezó a verse con más simpatía. "Muchas tradiciones que no encajaban durante la Ilustración sí que lo hicieron durante el Romanticismo: los toros, que era una lucha contra la bestia; la mezcla de cultura oriental; el pasado medieval...".

Y así comenzaron a llegar extranjeros, sobre todo a ciudades como Toledo, Salamanca, Granada o Madrid. La costa no era un destino predilecto entonces. Además, con la industrialización empieza a haber burguesía española que quiere ir a los mismos sitios que van los europeos: balnearios, por ejemplo, o huir de ciudades industriales buscando naturaleza. Empieza a haber turismo nacional. "Por ejemplo, hay datos de que en San Sebastián hay 500.000 visitantes, solo en dos meses, en el primer tercio del siglo XIX", expone García.

Ya en el primer tercio del siglo XX el turismo funciona bien y sigue creciendo con los destinos tradicionales. "España vende lo mismo que en otros países (que aún no es sol y playa). Atrae mucho por el turismo cultural, las procesiones, lo árabe". De hecho, ya España es una de las grandes potencias mundiales del turismo: "España es de los primeros países con política turística organizada".

Pero la Guerra Civil paró todo. Ya incluso en la Segunda República cae el turismo. "A pesar de eso, los dos bandos de la guerra organizan excursiones para ver el frente", cuenta el profesor de la UAL. Cuando acaba la guerra se intenta reconstruir el turismo, volviendo a vender el turismo cultural, pero con la II Guera Mundial y la posguerra, se estanca.

Los años 50 son los de la recuperación económica, con avances como las vacaciones pagadas. "La clase media y parte de la clase trabajadora empieza a hacer turismo por Europa. En eso smomento sEspaña está cerca del centro económico europeo pero ofrece precios muy baratos y hay sol y playa, que empieza a ser lo que buscan los turistas". Por ello, García considera que uno de los grandes aciertos de España fue cambiar el sector y orientarlo hacia la oferta de sol y playa. "Así ya se empezó a convertir en lo que es hoy, uno de los países líderes del sector".

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