‘Acelerón’ del agro a la digitalización

Smart Agri Hubs e IoF2020: Digitalización del agro almeriense

La agricultura almeriense se posiciona ante este reto, gracias a Smart Agri Hubs, un proyecto Horizon2020 que invertirá 20 millones en los próximos cuatro año

Participan Cajamar, Hispatec, Coexphal y la UAL

Smart Agri Hubs ha sentado la ‘hoja de ruta’ de la digitalización del sector agropecuario en Europa durante esta semana en Praga (Chequia), con marcado sello almeriense.
Smart Agri Hubs ha sentado la ‘hoja de ruta’ de la digitalización del sector agropecuario en Europa durante esta semana en Praga (Chequia), con marcado sello almeriense.
Elio Sancho

09 de marzo 2019 - 06:20

A lo largo de esta semana la capital de la República Checa ha sido el epicentro de la investigación europea en materia de digitalización aplicada al sector agroalimentario. Del 4 al 8 de marzo, esta ciudad europea ha sido testigo de la puesta en común de dos de los proyectos más importantes que se están desarrollando en la actualidad para que este reto se convierta en una realidad lo antes posible: los Horizon2020 Smart Agri Hubs e IoF2020 (Internet Food & Farm 2020).

Los días 4 y 5 de marzo ha sido el turno para Smart Agri Hubs, una iniciativa que busca que el sector agrícola adopte las soluciones digitales como parte de su día a día, algo en lo que ya hay agricultores que comienzan a estar concienciados, conocedores de las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías y la innovación. Sin embargo, los responsables del proyecto saben que las aplicaciones actuales disponibles todavía están dispersas y son utilizadas aún por un pequeño grupo. De hecho, uno de los datos que se han extraído de esta semana en Praga ha sido que solo el 1 % de la superficie agrícola está utilizando las herramientas digitales disponibles, lo que demuestra el enorme potencial que hay y lo mucho que queda por hacer. Además, puede suponer un ‘guiño’ para atraer a la población más joven hacia este movimiento y, en definitiva, hacia el sector agroalimentario, ayudando a garantizar el relevo generacional, otro reto aún pendiente.

Solo el 1 % de la superficie agrícola está utilizando las herramientas digitales disponibles

En Smart Agri Hubs confluye el conocimiento de 140 centros de innovación digital europeos (DIH - Digital Innovation Hubs) reunidos en nueve grupos regionales (clusters regionales), que pondrán en común los resultados de 28 líneas de experimentación agrícola, denominadas Flagship Innovation Experiment (FIE), que abarcan cinco sectores productivos (vegetales, ganadería, fruta, tierra cultivable y acuicultura), para lo que contarán con la participación de más de 4.000 explotaciones agrícolas para llevar a cabo una previsión de 4.000 experimentos, acercando el proceso de digitalización a las necesidades específicas de los agricultores. Para llevar a cabo todo estre trabajo, contará con un presupuesto de 20 millones de euros y cuatro años de duración.

El proyecto, que arrancó oficialmente este ambicioso proyecto de investigación agrícola el pasado 1 de noviembre incluye el Centro de Innovación Digital de Almería, liderado por Cajamar, Coexphal e Hispatec, y cuenta con la participación de la Universidad de Almería. Se trata de un proyecto que cubre el área de invernadero de precisión.

El presidente de la empresa, José Luis Molina, presentó el martes uno de los Flagship Innovation Experiments de Smart Agri Hubs en Praga. En el Programa IoF2020 se enmarca el Smart Agri Hubs y dentro de él se desarrollan los Digital Innovation Hubs (DIH). Hispatec está trabajando en uno de estos DIH, liderando el Flagship Innovation Expert 22 (de los 28 que hay), concretamente el correspondiente al Iberian Irrigation Portal, cuyo objetivo es optimizar la gestión del riego, a través de la implantación de un portal web de asesoramiento de riego agrícola para España y Portugal.

El responsable de I+D de Hispatec, Rafael Ferrer, explica que una de las claves del proyecto de este FIE22 se centra en el cálculo de algoritmos para detectar las necesidades de riego en estos dos países de la Península Ibérica, tal y como presentó José Luis Molina.

Por otra parte, Hispatec es la única entidad almeriense que cuenta con un proyecto de investigación propio en marcha, a través del caso de ‘Automatización de la Cadena de Producción en Olivo’, una iniciativa enmarcada en el IoF2020, que pretende trasladar la digitalización tanto al campo como a la almazara y que se está desarrollando en España y Grecia, desgrana Rafael Ferrer.

Por su parte, el equipo de la Cátedra Coexphal-UAL, que ha estado representada por la investigadora Cynthia Giagnocavo, está organizando Centros de Competencia (CC) entre los que se incluyen a unidades de investigación y tecnología, universidades, infraestructuras de demostración, suministradores de tecnologías, etc. que pueden suministrar la necesaria tecnología y conocimiento directamente a los agricultores y negocios agrícolas. La UAL deberá organizar la clasificación de tecnologías digitales útiles para SmartAgriHubs y sus usuarios; crear un catálogo de los CC existentes en colaboración con los 9 grupos regionales europeos; elaborar los perfiles y análisis de competencias para identificar nuevos intercambios de conocimientos y oportunidades de negocio en otros CC candidatos que no trabajan tradicionalmente en la agricultura; coordinar y gestionar la red de CC e identificar sinergias y eficiencias entre los CC (agrícolas y no agrícolas) y sus redes de usuarios, así como las mejores prácticas para el intercambio de conocimientos en la comunidad digital de los CC.

El tercer día de la semana se dedicó a establecer las sinergias entre Smart Agri Hubs e IoF2020, este último un Horizon2020 que tiene como objetivo el desarrollo de soluciones para la Internet de las Cosas para el sector agroalimentario, que cuenta con un presupuesto de 35 millones de euros cofinanciados por la Unión Europe, con el objetivo de crear un cambio disruptivo mejorando de manera muy marcada la productividad y sostenibilidad de las prácticas agrarias y ganaderas.

IoF2020 arrancó en enero de 2017 y ha tenido ya una ‘parada técnica’ en Almería. Fue hace justo un año, el 28 de febrero, el 1 y el 2 de marzo de 2018. Tres días de congreso anual de ‘stakeholders’ para un proyecto en el que participan Cajamar, Coexphal y Hispatec. En el caso de esta última, su participación en el proyecto ya incluye productos que ha puesto en el mercado como, por ejemplo, Hortisys. El evento se celebró con la organización de la UAL bajo el auspicio de la Universidad holandesa de Wageningen, encargada de dirigir IoF2020 en su totalidad. Almería se convirtió esos días en el centro neurálgico de los retos que la digitalización tiene pendiente con el agro. Las aplicaciones de esta nueva revolución que está llamando a la puerta marcarán un punto de inflexión en la forma de cultivar y producir alimentos, con especial atención en el big data trasladado a la trazabilidad y a la seguridad alimentaria. Además, supuso una oportunidad para participar en la convocatoria para la distribución de seis millones de euros en iniciativas.

IoF2020, 35 millones de presupuesto en 4 años

IoF2020 tiene como misión demostrar el valor añadido del uso de dispositivos de todo tipo conectados a Internet como, por ejemplo, sensores, sistemas de riego o software de gestión que puedan ser gestionados y controlados de manera remota por los distintos actores de la cadena agroalimentaria. IoF2020 se organiza en torno a 5 sectores con la creación de 19 casos de estudios con distintas temáticas. El objetivo es formar un “ecosistema” que facilite la creación a largo plazo de soluciones tecnológicas utilizables por el mayor rango posible de empresas y que todas crezcan y aprendan con la información de todos. Destacan los enfocados en mejorar la trazabilidad y seguridad alimentaria, así como ver que parte de la cadena de producción puede beneficiarse de la tecnología para optimizar los costes de producción manteniendo la Sostenibilidad productiva. Los 5 sectores donde se enfoca el proyecto IoF2020 son los relativos a frutas, hortalizas, cultivos herbáceos extensivos, la producción de lácteos y ganadería intensiva de carne. Hasta 71 colaboradores participan ya desde primeros de 2017 en este gran proyecto. Cuenta con un presupuesto de 35 millones de euros para un periodo de 4 años.

"La digitalización del campo almeriense, un reto colectivo"

Tribuna de Opinión de Roberto García Torrente, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar

Esta semana Cajamar ha participado en Praga en la puesta en marcha del proyecto europeo ‘SmartAgriHub’, que traducido vendría a ser algo así como ‘Nodo de Agricultura Inteligente’. Una ambiciosa iniciativa que financia la Unión Europea con más de 20 millones de euros, y en la que participan más de 160 socios de 28 países con diversas especializaciones y tradiciones productivas, pero todos ellos a la vanguardia de la agricultura global. Estando en la capital checa me vinieron a la cabeza unas palabras que nos decía con frecuencia Juan del Águila: que siempre debíamos ir allí donde hubiera gente que supiese más que nosotros y de los que pudiésemos sacar algunas enseñanzas, como estoy convencido que haremos en los próximos meses trabajando con nuestros socios europeos. Pero a veces este tipo de reuniones también sirve para reflexionar sobre el trabajo que venimos haciendo en favor de la innovación en nuestro campo y la manera de mejorarlo.

Hoy en día, todos los debates sobre el futuro, en cualquier ámbito, giran en torno a la transformación digital, y el sector agroalimentario no es una excepción. Pero cuando tenemos que explicar a los agricultores en qué consiste esta transformación, no siempre es fácil encontrar los términos adecuados y los ejemplos tangibles que permitan motivar y acelerar su implantación.

Así que una de las principales conclusiones de estos días es que nuestra labor no debe ser la de predicar, sino ir haciendo el camino y aprendiendo de la experiencia, de la mano de agricultores, técnicos, emprendedores e investigadores. De todos los agentes del sector, que a fin de cuentas es lo que llevamos haciendo en Cajamar desde hace más de 40 años, cuando pusimos en marcha nuestra Estación Experimental de Las Palmerillas, y lo que pretendemos seguir haciendo desde nuestra recién creada incubadora de alta tecnología, que fomentará la creación de startups y de nuevos proyectos empresariales con una elevada componente innovadora.

La digitalización supone, sobre todo, el aumento exponencial de nuestra capacidad para gestionar la información de nuestros cultivos y nuestros mercados y, por tanto, para tomar las mejores decisiones en cada momento y en cada ámbito. Es decir, de ir reduciendo el margen de error al mínimo posible. Como hemos hecho siempre con nuestros ojos y nuestras manos, tirando de memoria o de libreta, y dándole vueltas en la cabeza buscando la mejor opción de entre las posibles. Pero con la diferencia de que el uso intensivo de sensores y algoritmos nos va a permitir multiplicar la capacidad de nuestros ojos y manos para recoger mucha más información a lo largo de muchos años y en muchos sitios distintos. Y como nuestra cabeza no podrá acopiar ni darle sentido a tal cantidad de datos, los robots y la inteligencia artificial harán ese trabajo por nosotros.

Con estas herramientas será más fácil programar una campaña para evitar la sobreproducción, predecir el comportamiento de los mercados en función de la actividad de nuestros competidores, conocer en tiempo real las necesidades de agua y nutrientes de cada cultivo, y la evolución de plagas y enfermedades para llevar a cabo tratamientos más eficaces. Además, comparando los datos obtenidos por cada agricultor, podremos saber por qué unos son más productivos que otros y obtienen mayor rentabilidad, trasladando esas buenas prácticas al resto para que todos vayamos mejorando.

Para hacer todo esto realidad en el menor tiempo posible debemos seguir trabajando juntos agricultores, organizaciones, empresas de tecnología, centros de investigación, administraciones y consumidores. A estos grupos se les denomina en la jerga comunitaria como ‘nodos digitales de innovación’. Y lo que se pretende con este proyecto europeo es fomentar su creación y el intercambio permanente de experiencias y conocimientos entre ellos. Una de las mayores satisfacciones que me traje de Praga es ver que en Almería tenemos mucho camino recorrido, con un nodo en pleno funcionamiento en el que participan Cajamar, Coexphal la UAL e Hispatec, y que no tenemos en absoluto nada que envidiar a las regiones más desarrolladas de Holanda, Bélgica, Francia o Alemania. Trabajando en estrecha relación con los nodos europeos podremos seguir avanzando hacia la consecución de una horticultura viva y en permanente evolución, de un modelo que podamos difundir desde Almería al resto de sectores y territorios de nuestro país.

stats