Jesús Vigorra reclama "honor, gloria y memoria" para Los Coloraos de Almería

Hace justo 200 años, 22 hombres fueron fusilados al amanecer junto a la muralla, en el barrio de Pescadería, en Almería. Fue el 24 de agosto de 1824. Hoy, sus nombres han sido olvidados por la mayoría de los almerienses (no digamos ya por parte de la historia de España). Por eso, el periodista Jesús Rodríguez Vigorra ha reclamado para ellos y su hazaña "honor, gloria y memoria".

Jesús Vigorra, actual director y presentador de ‘La mañana de Andalucía’ de Canal Sur Radio, ha sido el orador de este año 2024 en el acto en homenaje a los Mártires de la Libertad, 'Los Coloraos'. Fue elegido para ello por ser “un profesional de prestigio con más de treinta años de experiencia y un gran amante y divulgador de la historia y la cultura, lo que le ha valido innumerables reconocimientos", según explicaba la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez.

Vigorra comenzaba su pregón enumerando cada uno de los nombres, lugares de nacimiento, edades y estados civiles de los 22 fusilados aquel día de hace dos siglos. "Fueron fusilados al amanecer, de espaldas y de rodillas, para mayor humillación", recalcó el orador. Por eso, siquiera antes de los protocolarios saludos, lo primero que hizo fue leer sus nombres. Porque su gesta, su levantamiento contra el tirano rey Fernando VII, ha quedado muy silenciada por la historia. "Algunos ciudadanos, como la Asociación del Bicentenario de Los Coloraos, han venido recordando estos hechos pero fuera de Almería el desconocimiento es total", asegura el orador.

Por ello, y aunque Vigorra no acostumbra a dar pregones, asegura que esta vez "era una responsabilidad que no podía eludir a fin de contribuir a la divulgación de estos hechos". A saber: el fusilamiento de un grupo de liberales que llegaron a Almería en agosto de 1824, vestidos con casacas de color rojo, con la misión de restablecer la Constitución de 1812. Firmes en sus valores democráticos, luchaban contra el absolutismo de Fernando VII, que la había abolido.

Citando a Jorge Manrique y su "avive el seso y despierte", Vigorra dedicó su discurso a "despertar la memoria de lo que ocurrió en Almería en 1824, uno de los primeros levantamientos contra el absolutismo". Un hecho que, como lamenta el pregonero, "no aparecía en mis libros de Historia del instituto, ni en la universidad, ni en los libros actuales".

El levantamiento de Los Coloraos ha sido olvidado sistemáticamente, de hecho ni se sabe el lugar exacto donde fueron fusilados ni hay referencia alguna a ellos allí. "Lo único que queda es el monumento, llamado popularmente Pingurucho —derribado durante 1943 antes de una visita de Francisco Franco—, en donde estarán sus nombres en mármol junto al de Pablo Iglesias González, ahorcado en Madrid un año después", dice Vigorra. No obstante, para el periodista "no puede tener la gesta de los Coloraos un final de mármol para una historia de fuego". Por eso ha dedicado todo su pregón a reivindicar su memoria, pues "tan ejemplares pueden se runos misioneros como unos guerreros que defienden al pueblo ante una agresión".

Su hazaña, su lucha por la libertad, "algo idealista y romántica", no aparece siquiera en los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, como señala Vigorra, a pesar de que dedica uno de ellos a "El terror de 1824". Tampoco tuvieron Los Coloraos "un Lorca, Espronceda o Gisbert que contase su historia como sí sucedió con Mariana Pineda, Rafael de Riego y el general Torrijos".

Por todo ello, Jesús Vigorra ha prestado su voz, sin duda relevante en Andalucía, para que lo sucedido en Almería hace 200 años no se olvide, porque Los Coloraos son "un símbolo de la lucha por la democracia y la libertad para los almerienses, los andaluces y los españoles". Así pues, antes de recibir el Escudo de Oro de la Ciudad de Almería de manos de la alcaldesa, el periodista insistió el reclamar "honor, gloria y memoria".

Ofrenda a Los Coloraos en el Pingurucho

Tras la lectura del pregón, celebrada en el salón de plenos de la casa consistorial de Almería, se ha realizado el acto cívico en la Plaza de la Constitución o Plaza Vieja. Una alfombra roja ha conducido a los representantes de las distintas instutuciones desde el ayuntamiento hasta los pies del Pingurucho, el monumento levantado por Almería a Los Mártires de la Libertad. Sobre la alfombra, un enorme toldo con la bandera almeriense.

En la base del monumento depositaron coronas de laurel y rosas las diferentes instituciones, así como los ciudadanos. Sonó, en este orden, el himno de Almería, Andalucía y España. Fuera del protocolo, algunos vecinos cantaron La Marsellesa y el Himno de Riego.

Cabe recordar que en julio de este mismo año el Monumento a los Mártires de la Libertad, también conocido popularmente como El Pingurucho de la Plaza Vieja, fue declarado como Lugar de Memoria Democrática, el primero de España. El BOE publicaba el 8 de julio el acuerdo de declaración de Lugar de Memoria Democrática, cuya incoación se llevó a cabo por resolución de 21 de julio de 2023 de la Dirección General de Memoria Democrática.

El BOE recoge la historia del grupo de 49 voluntarios de diversa procedencia liderados por el exregidor de Madrid Pablo Iglesias González y uniformados con casacas rojas, que embarcaron hacia Almería, en agosto de 1824 desde Gibraltar, con la intención de levantar al pueblo en contra del absolutismo y a favor de la Constitución de 1812. Sin embargo, las autoridades ya estaban alertadas. El 24 de agosto, sin juicio, 22 de los capturados fueron fusilados de rodillas y por la espalda en las afueras de la ciudad. El jefe de la expedición, Pablo Iglesias, fue juzgado en Madrid en abril de 1825 y ejecutado mediante ahorcamiento el 25 de agosto. A partir de 1841, el Ayuntamiento de Almería acordó en sesión plenaria honrar la memoria de aquellos “Mártires de la Libertad” todos los 24 de agosto, iniciándose así una larga tradición liberal que, ampliamente celebrada en tiempos de gobiernos progresistas y en menor medida durante períodos moderados, se mantuvo hasta la llegada de la dictadura franquista en que desapareció y quedó relegada al olvido.