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Omar Hatamleh: "Dentro de 50 años, habrá robots parecidos a las personas"

asesor de IA en la NASA

Omar Hamtaleh. / d.c.
Pilar Vera

30 de noviembre 2024 - 05:00

ANTE UN NUEVO MUNDO. Con ascendencia jordana y tras 28 años relacionado con la NASA, a Omar Hatamleh aún se le nota el acento de su Granada natal. Considerado uno de los expertos mundiales en IA, es asesor jefe de Inteligencia Artificial e Innovación del Goddard Space Flight Center de la NASA y director de la estrategia tecnológica de la agencia espacial. Asesora también sobre Inteligencia Artificial a Naciones Unidas y desarrolla los retos a los que nos enfrentamos en su último libro, Esta vez es diferente (Deusto), cuyos beneficios irán íntegros a la ONG infantil Sonrisas sin cáncer. 

–Comenta que no es muy exacto asimilar lo que estamos viviendo con la introducción de la IA con la Revolución Industrial. 

–Cuando irrumpió la I Revolución Industrial, la gente pensaba que iba a desplazar los trabajos pero, tras un periodo de transición, lo que ocurrió fue que se crearon un montón de puestos nuevos. En esta ocasión, no estamos compitiendo con trabajos manuales, sino intelectuales, y esto es algo que nunca ha pasado en la historia. La IA muy avanzada tocará a trabajos intelectuales de todos los niveles:médicos, abogados, ingenieros, contables... La gente ve ahora lo que puede hacer la IA generativa y se asombra, pero estamos viendo los primeros pasos de un bebé. Cuando lleguemos al final de la década, estará tocando a la puerta la IA general, que lo va a cambiar completamente todo, porque va a llegar a muchísimos ámbitos. Vamos a poder resolver problemas muy complicados con sistemas de innovación impensables hoy. Va a tener un impacto altísimo, especialmente, cuando se combine con lo robótico. 

–Llevamos décadas hablando sobre la Inteligencia Artificial, fantaseando en la ficción, y de repente, de un par de años a esta parte, el salto parece haber sido cuántico

–Se debe a tres factores principales. Primero, por los algoritmos de redes neuronales. Luego, por el aumento en la capacidad de computación, con una gran velocidad de procesamiento. También se ha democratizado el acceso a buen coste, e incluso universidades y compañías pequeñas pueden tener acceso a un sistema barato y potente. Y por último, está el data: el modo de entrenar al algoritmo. Con los Large Language Models (LLM), la gente puede usar la IA sin conocimiento técnico. 

–Habla cosas dignas de ciencia-ficción, como la posibilidad de una interfaz cerebro-máquina, o de decodificar sueño y pensamiento, o de un sistema no invasivo capaz de traducir pensamientos en sonidos... 

–En este caso, uno de los principales motivos de preocupación es la anulación: si ya somos dependientes de algo como los móviles, imagina de una cosa así, podría poner en riesgo nuestras capacidades cognitivas naturales. Se demuestra que la capacidad de una persona disminuye simplemente al introducir coches autónomos, no podemos permitir que la capacidad intelectual de las personas siga disminuyendo. Pero toda esta revolución tecnológica está cambiando también otra cosa:el cómo somos como sociedad. Si ahora vemos una pelea, en vez de tratar de separar, la gente se pone a grabar. Uno de los retos como sociedad es tratar de ver cómo podemos amplificar todas las cosas positivas que nos traerá este salto. 

–No será lo único que tendremos que calibrar: el sistema social salta por los aires... 

–Los modelos tradicionales de ahorro para jubilación basados en una edad ya no serán viables, pues la esperanza de vida promedio se duplicará o triplicará, y el sistema de seguridad social deberá recalibrarse. En las causas de envejecimiento biológico, hay nueve términos que conocemos, y con la Inteligencia Artificial se está entendiendo cómo impactar en cada uno de ellos: viviremos muchos más, unos 120-30 años en buenas condiciones, ¿qué vamos a hacer con un sistema de jubilación hasta los ochenta años? La economía del futuro también va a tener que discernir cuáles van a ser los trabajos de las personas:eso todo lo tenemos que decidir en comunidad. Todos estos adelantos, además, sólo tendrán sentido si los planteamos de forma que pueda disfrutarlos todo el mundo.

–Podemos tener en cuenta muchas consideraciones éticas, pero no sirven de nada si lo asumimos como un modelo de negocio. 

–A la hora de poner en marcha una legislación, el equilibrio es muy delicado, porque allá donde haya trabas, la innovación se va a ir a otro país. 

–Habla también del desarrollo de lo que entendemos como robots humanoides.

–En cuarenta o cincuenta años, podremos desarrollar robots humanoides muy parecidos a las personas. Imagina que, por ejemplo, estás cuidando de una persona mayor y puedes dejar un clon de ti mismo, un robot humanoide con tu voz y personalidad:eso podría tener un impacto grandísimo. O tener a un Einstein o a un Newton dando una conferencia de física. O... puede clonar a un CEO e impactar en las acciones de sus compañías. 

–No sé si seremos capaces de dar tantos saltos. 

–Hemos evolucionado como artesanos, cazadores, agricultores... El ser humano moderno lleva casi 300.000 años de existencia. El problema es que ahora completamente todo es exponencial. Si no aprendemos a cambiar nuestro pensamiento de ámbito lineal a exponencial vamos a ser muy irrelevantes. La presencia de la IA en nuestras vidas no se puede parar: lo que tenemos que hacer es trabajar en comunidad, colectivamente, disfrutando de las cosas positivas y disminuyendo los daños en lo que se pueda. 

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