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BBVA ha canalizado un total de 304.000 millones de euros en negocio sostenible en el último lustro. El 78% corresponde a la lucha contra el cambio climático y preservación del capital natural, y el 22% a promover y financiar iniciativas sociales.
La entidad ha canalizado 99.000 millones de euros en negocio sostenible en 2024, lo que supone una cifra récord anual para el Grupo y alcanzar, un año antes de lo previsto, el objetivo de los 300.000 millones de euros previsto para el periodo 2018-2025.
“La sostenibilidad es una gran oportunidad de negocio. Llevamos viéndolo desde hace años en BBVA, una oportunidad incluso más grande y acelerada de lo que pensábamos. Tras alcanzar este objetivo un año antes de lo previsto, continuaremos impulsando la transformación apoyando a nuestros clientes en este reto global. Financiar la inversión en descarbonización y en nuevas tecnologías es una de nuestras prioridades estratégicas”, ha señalado el director Global de Sostenibilidad y Banca Corporativa y de Inversión de BBVA, Javier Rodríguez Soler.
El 28 de febrero de 2018, BBVA anunció que canalizaría 100.000 millones de euros en negocio sostenible en el periodo 2018-2025. Desde entonces, BBVA ha incrementado en dos ocasiones este objetivo, desde esos 100.000 millones de euros iniciales hasta los 200.000 millones en una primera revisión en julio de 2021 y hasta los 300.000 millones en la segunda en octubre de 2022, triplicando por tanto su objetivo inicial.
La canalización de negocio sostenible en BBVA incluye por un lado, cambio climático y capital natural - que comprende actividades como agua y economía circular -, y por otro, promoción y financiación de iniciativas sociales -que incluyen infraestructuras sociales, educativas, de salud, etc; apoyo a emprendedores y empresas jóvenes; e inclusión financiera de los colectivos más desfavorecidos-.
La inversión hacia una economía descarbonizada se consolida, impulsada por una mayor demanda energética y por la rentabilidad de las renovables, y aumenta en otros tipos de tecnologías en desarrollo gracias a la innovación. Según estimaciones de McKinsey, cerca de la mitad de la reducción de emisiones vendrá de tecnologías que están en fases todavía muy incipientes y no probadas a gran escala.
Adicionalmente, el interés por las inversiones para mejorar los procesos productivos y la cadena de valor de actividades que preservan el capital natural también va creciendo, un activo cuyo agotamiento ha de revertirse por el relevante impacto que también tiene a nivel económico y financiero.
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