¿Qué es la inflación económica?
La inflación es un fenómeno económico complejo, que se caracteriza por la subida generalizada del precio de bienes y servicios.
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La inflación económica es uno de los temas en auge en los últimos años, especialmente con la subida de los precios de los alimentos y del coste de vida general. Pero, ¿en qué consiste este fenómeno económico realmente?
Para comenzar es importante definir qué es la inflación económica, que es el nombre que recibe el aumento de los precios de bienes y servicios que provoca la pérdida de poder adquisitivo del dinero, es decir, que el dinero valga menos.
Como destacan desde el Banco Central Europeo la inflación tiene lugar cuando se produce un aumento general de los precios, no únicamente de artículos individuales, lo que "da como resultado que por cada euro puedan adquirirse hoy menos bienes y servicios que ayer".
Hay también diferentes tipos de inflación, que dependen del porcentaje del aumento. Entre ellos se encuentran los siguientes:
- Hiperinflación: si el aumento de los precios ha superado el 1.000% anual.
- Inflación galopante: si se producen aumentos de los niveles de inflación que superan los dos o tres dígitos (entre el 10% al 1.000%) en un año, lo que puede hacer que algunos productos dupliquen o tripliquen sus precios en ese tiempo.
- Inflación alta: que se sitúa por encima del 4% y por debajo del 10% de aumento anual.
- Inflación moderada: la que se encuentra entre el 2% y el 4% de crecimiento anual.
- Inflación controlada: aquella que se acerca al 2% anual y se mantiene relativamente estable.
También hay diversos motivos por los que puede crearse una situación de inflación:
- La inflación por demanda: aquella en la que los precios suben porque la oferta es superior a la demanda.
- La inflación de costes: se produce cuando los costes de la producción de bienes y servicios aumentan y, para compensar dichos costes, los precios suben de forma proporcional.
- La inflación autoconstruida: esta tiene lugar cuando las previsiones indican que se producirá un incremento de precios, lo que hace que las empresas aumenten de antemano el coste de sus bienes o servicios.
Cómo calcular la tasa de inflación
Para medir la inflación se realizan diversos cálculos y hay varios métodos para poder conocer la tasa de inflación, como el IPC, que es una de las más conocidas aunque se utilizan también otras, como el deflactor del PIB.
En el caso del IPC, o índice de precios al consumo, se busca saber cuánto cuesta una 'cesta de la compra' a través de la variación de sus precios en un periodo de tiempo determinado.
Desde el BCE destacan que cuando se calcula el aumento de los precios se tiene en cuenta diversos que artículos y servicios que forman dicha cesta "tienen mayor peso que otros en los que se gasta menos". Para explicarlo usan de ejemplo el gasto de electricidad, que es un gasto fijo, periódico y relevante para la gran mayoría de ciudadanos, frente a otras compras más pequeñas y que se realizan de forma más esporádica, como los paquetes de azúcar.
Según el BBVA el primer paso para calcular la inflación a través del IPC consiste en calcular el coste de la cesta de la compra, se realiza a través de una selección de los precios de distintas fuentes en dos puntos temporales que se van a comparar: el año seleccionado y el 'año base' que servirá de referencia previa.
Así se puede calcular la tasa de inflación a partir del IPC, que dará un resultado en forma de porcentaje. Para calcularlo se usa la siguiente fórmula: [(IPC año 1-IPC año base)/IPC año base]*100%.
Por otra parte, el deflactor del PIB también sirve para calcular la tasa de inflación. Según Evo Banco "sirve para calcular el promedio de los precios de los bienes y servicios que se producen en un determinado país". Se trata de un índice que se usa para medir la evolución de una economía concreta, en el caso de España el órgano encargado de realizar los cálculos relacionados con el deflactor del PIB es el INE (Instituto Nacional de Estadística), mientras que la Oficina de Estadística de Comunidades Europeas (Eurostat) tiene una serie de reglas para el cálculo de este índice con el que se busca asegurar que los Estados de la UE tengan datos que puedan compararse. Para calcular el deflactor del PIB se debe dividir el PIB nominal entre el real y multiplicar por 100: [(PIB nominal/ PÎB real) x 100].
El deflactor del PIB es una medida que se usa menos cuando se calcula la tasa de inflación ya que sus resultados son trimestrales y se dan a conocer dos meses tras el final del trimestre, mientras que el IPC se publica de forma mensual.
Cómo protegerse de la inflación
La inflación y la pérdida del valor del dinero que esta conlleva puede hacer que la economía de los ciudadanos se resienta. Por ello es normal que se comiencen a buscar formas de protegerse de cara a las situaciones de inflación alta y prolongada que merman los ahorros de la gente y dificulta su vida. Sin embargo, no existen fórmulas mágicas que ayuden a preservar los ahorros y los consejos de los expertos no son útiles para todos los ciudadanos, pero estas son algunas formas que recomiendan para intentar sobrellevar las épocas de inflación:
Uno de los consejos más extendidos para capear el temporal y no perder los ahorros durante ciertas etapas de inflación es invertir para poder "recibir una rentabilidad que supere el aumento en el nivel de precios", según explica el banco BBVA en su web.
Específicamente, los expertos recomiendan invertir teniendo en cuenta la inflación del momento, que también cambia con el tiempo.
Algunas de las inversiones más atractivas e históricas para protegerse en tiempos de inflación es el oro, ya que su valor es relativamente estable y así que "permite proteger el patrimonio en situaciones volátiles", algo que destacan desde medios como la revista Forbes, según la que se usa ya que sirve de seguridad en momentos de inflación moderada o alta. Aunque en su artículo Forbes también resalta que la intervención de los bancos centrales en la economía ha hecho que la importancia de este metal disminuya respecto a otros momentos del pasado.
Según BBVA otra opción es la inversión inmobiliaria, ya que es un sector que se adapta bien a los cambios del mercado. También los fondos de inversión aumentan su popularidad, según el banco, especialmente en territorio europeo. Algunos de estos "vinculan su rentabilidad al nivel de inflación oficial", aunque también se puede optar por otros de renta variable que se encuentran por encima de los niveles de inflación.
A quién beneficia la inflación
Aunque no lo parezca, las épocas de inflación no son malas para todos los sectores y agentes que intervienen en la economía de un país y algunos incluso pueden beneficiarse, mientras otros son perjudicados. Esto depende de algunos factores, como la tasa de inflación del país o los ingresos que se perciben en ese tiempo y también la relación entre estos dos elementos.
Uno de los grandes beneficiados en las épocas de inflación son las personas con deudas. Esto se debe a que el valor del dinero en la hora de la devolución es menor que el valor que tenía el dinero que recibieron en primer lugar.
Otro gran beneficiado en estos casos suele ser el Estado, ya que, ya que recauda más dinero y los costes de su deuda se incrementan a un ritmo más lento. Además, al subir el precio de los productos aumenta también la recaudación de algunos impuestos. Es el caso del IVA, que al ser proporcional al precio del producto base, se incrementará conforme este coste más.
También dependiendo de los motivos de la inflación pueden beneficiar a unos agentes u otros del mercado. Por ejemplo, en casos de inflación por demanda (que se producen cuando la demanda supera a la oferta, aumentando los precios) los beneficiados son algunos sectores productores, ya que pueden aumentar los precios. Este tipo de beneficio suele darse productos para los que no hay otros que sirvan de sustitutos a los que los ciudadanos puedan recurrir, como el caso del combustible, la electricidad o el sector inmobiliario.
Influye además la capacidad la flexibilidad de los precios de los productos y bienes en las épocas de inflación y si el margen de beneficios puede superar la tasa y ser beneficioso. Por ejemplo, un estudio del Banco de España muestra que entre la segunda mitad de 2021 y 2022 la guerra de Ucrania provocó un aumento de los costes de producción de las empresas, lo que se ha convertido en una de las causas de la inflación.
En este estudio se identificaron los sectores en los que más creció el precio de los productos, en proporción a los costes necesarios para su producción. En el estudio se señala que "las empresas habrían trasladado, en promedio, a los precios de venta una parte sustancial del aumento de sus costes de producción en 2022, aunque con importantes diferencias respecto al sector. En aquellos sectores en los que los precios "son históricamente más rígidos (...) la traslación del alza de los costes a los precios de venta habría sido más lenta".
Y si hay unos beneficiados, también hay grupos que suelen convertirse en los más afectados en los períodos de inflación. Por ejemplo, y como ya se ha comentado con anterioridad, la inflación dificulta que la gente ahorre y provoca que el dinero que ya tenían pierdan su valor. Este es uno de los motivos por los que los expertos recomiendan invertir, ya que así se evita que los ahorros se queden estancados.
La inflación, ¿es buena o mala?
Como todo en la vida, no todo es blanco o negro y considerar la inflación como algo malo o bueno depende de diversos factores. El primero es la tasa de inflación, el segundo la situación económica y las decisiones que se pueden (o no) tomar en esos momentos.
Es innegable que la inflación puede causar estragos en la economía de los países y, que como ocurre en todas las crisis, los más afectados son los ciudadanos de a pie que ven como los periodos de inflación alta y que se alarga en el tiempo producen que sus ahorros mermen, al igual que el valor del dinero, mientras que aumenta el precio de los productos y en general, del coste de la vida. Sin embargo, hay una serie de momentos en los que la inflación puede ser positiva para la economía nacional.
Como indica el Fondo Monetario Internacional Fondo Monetario Internacional(FMI) muchos expertos en economía consideran que una tasa de inflación baja, estable y que se comporte de forma previsible puede ser buena para la economía. Esto se debe a que la inflación con estas características hace que sea más sencillo realizar los cambios necesarios en precios y tasas de interés, reduciendo su "impacto distorsionador". Según el FMI, conocer que los precios pueden subir por consecuencia de la inflación ya prevista permite a los consumidores hacer sus compras y tomar otras decisiones antes, "lo que impulsa la actividad económica", es decir que se mueva y no se quede estancada.
Esto hace que muchos bancos centrales sigan la estrategia inflation targeting (o poner la inflación en el punto de mira), ya que su principal objetivo es mantener una inflación baja y controlada, pero siempre por encima de 0. Por ejemplo, el Banco Central Europeo Banco Central Europeositúa su objetivo de inflación en torno al 2% a medio plazo para su política monetaria. Esto se debe a que, como la institución establece en su web, su trabajo es "mantener la estabilidad de los precios" puesto que es la "mejor contribución que la política monetaria puede hacer al crecimiento económico y a la creación de empleo".
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