Propuesta para la instalación de centros de datos en Andalucía
En nuestro último artículo publicado en este mismo medio, de fecha 13 de noviembre, titulado Andalucía necesita más industria, destacábamos la conveniencia de un gran desarrollo de las energías renovables y su uso en la región para la producción de hidrógeno y derivados, así como para atraer grandes empresas electrointensivas, entre las que se encuentran los Centros de Datos, (CPD).
Un centro de datos se puede definir como una instalación física dotada de sistemas informáticos, sistemas de telecomunicaciones y de almacenamiento para el análisis de grandes volúmenes de información. La inteligencia artificial (IA) permite automatizar los procesos, optimizar el rendimiento y ofrecer análisis predictivos que pueden ayudar a las organizaciones a conocer los problemas y oportunidades para la toma de decisiones de forma anticipada.
Son muy necesarios para todo lo relacionado con Internet, en especial, para las operaciones de las empresas tecnológicas, instituciones financieras, organismos gubernamentales, comercio electrónico, operaciones en la nube, el internet de las Cosas, videojuegos, así como para el almacenamiento de datos. Es, al mismo tiempo, un gran cerebro y una gran biblioteca que requiere mucha electricidad y la máxima garantía y protección para un perfecto funcionamiento durante las 24 horas del día y año. Para hacernos una idea, según los expertos, un CPD+IA de 50 MW consume la electricidad de unos 50.000 hogares, si bien los avances tecnológicos tienden a una mayor eficiencia.
Los aspectos a tener en cuenta para su instalación son: 1º Conectividad de fibra óptica de alta capacidad. 2º Proximidad a un gran volumen de usuarios o en el recorrido de alguna de las autopistas digitales. 3º Posibilidad de acceso a la red de distribución eléctrica. 4º Ubicación en una zona gran productora de energías renovables y con seguridad geográfica. España reúne estas condiciones y goza de una magnifica situación geoestratégica, pues el 70% de las conexiones digitales que entran en Europa lo hacen por la península ibérica, conectándose con América, África y Asia, por cables submarinos, vía satélites y Centros de Datos.
La localización de CPD+DIA en las grandes ciudades tiene sus ventajas, dado que existe mucho tráfico de información, permite una mínima latencia y se dispone de más personal especializado. El problema es que hay que llevar la electricidad, a veces desde muy lejos, con pérdidas por el transporte y con mayor huella de carbono. Asimismo, los permisos son más estrictos, los espacios o terrenos son muy caros y difíciles para ampliaciones o escalabilidad. Además, están los problemas de movilidad, vivienda, contaminación, vandalismos, etc.
Es evidente que no todos los CPD+IA tienen que instalarse en Madrid o Barcelona y ya se promueven en Aragón, Castilla-La Mancha y otrosemplazamientos. Para esto, el Estado debería incentivar estas nuevas industrias con una reducción de la tarifa eléctrica de, al menos, el 15% que es la pérdida que se produce por el transporte a largas distancia y con medidas fiscales para que las grandes empresas radiquen sus sedes y repercutan el IVA donde se produce la electricidad. Son medidas muy necesarias y justas para superar los enormes desequilibrios territoriales y alcanzar mayor cohesión social entre el mundo rural y urbano.
Concretamente Andalucía tiene una buena conectividad interior y posición geográfica con África y Asia por el Canal de Suez para ser, junto con Madrid, un gran nodo del sur de Europa, en especial, el próximo año cuando entre en funcionamiento el cable submarino Medusa que va desde Lisboa a Egipto y tiene dos puntos de aterrizaje en Torreguadiaro y Zahara de los Atunes (Cádiz) y ramificaciones con Barcelona y Marsella. Por otra parte, dispone de más de tres mil horas de radiación solar y suficiente viento y agua para producir enormes cantidades de energías renovables a precios muy competitivos, muchos terrenos adecuados, ciudades medias con buenos servicios donde residir, calidad de vida, estabilidad social y agradable convivencia, así como una administración decidida a facilitar toda clase de inversiones, agilizando los procedimientos y autorizaciones para la instalación de grandes empresas innovadoras.
Pero existe un gran problema que es la dificultad de acceso a la Red o lo que se llama una posición de consumo o enganche, dada su escasa capacidad y otras circunstancias. Creo que será más fácil si se dispone de plena autonomía eléctrica e, incluso, con propia subestación de potencia, como hacen algunas multinacionales, aunque siempre será obligatorio para máxima seguridad, disponer de un punto o dos de acceso a la Red.
Los proyectos son muy numerosos y ya se habla de unas inversiones superiores a 50.000 millones de euros y peticiones de enganche de más de 30.000 MW, la mayor parte en Madrid. En Zaragoza el fondo Blackstone prevé gastar 7.500 millones de euros, Box2Bit 4.000 y Microsoft 2.500 millones. También, en Huesca la empresa Amazon pretende invertir 15.700 millones de euros. Algo parecido sucede en Barcelona y Bilbao.
La creciente digitalización de la economía y de la sociedad, en general, exige una gran demanda de estos Centros y, aunque es posible un retorno de la inversión de entre el 10 y 15%, no deja de ser un negocio muy complicado sin mucha seguridad jurídica y con intereses especulativos y políticos, a la espera de la nueva planificación de la Red eléctrica 2025-2030, que difícilmente podrá satisfacer toda la demanda. Por lo que no creo que más de un 20% de los proyectos lleguen a buen puerto, y en todo caso serán los más sólidos y fiables.
En España existen unos 100 CPD de los que cuatro tienen la máxima certificación TierIV, y muy pocos tienen más de 20 MW. Madrid cuenta con 40, Cataluña 11, Aragón 6, Andalucía 5… con una capacidad conjunta de unos 250 MW. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima para el año 2030 pretende la instalación de 2.000 MW, que representa una demanda energética nacional del 6.4 %. En EEUU y China hay ya varios Centros de más 500 MW y el más grande será el de Kolos en Noruega que ocupa 200 hectáreas y tendrá 1.000 MW de capacidad en 2027. La tendencia es de un fuerte crecimiento con miles de proyectos en todo el mundo, sobre todo, en EEUU, Reino Unido, Alemania y China.
Como referentes más inmediatos y próximos la empresa Merlin Properties ha inaugurado en Álava la primera fase del CPD+IA más grande de España en construcción, 100% renovable, sin consumo de agua para refrigerar los servidores de Internet y con una capacidad potencial de 300 MW. En Cáceres, CCGreen de Ingenostrum tiene previsto para 2027 un gran CPD, neutro en carbono y en Talavera de la Reina (Toledo) la multinacional Meta, en este caso para su uso, quiere empezar las obras el próximo año. Por último, Solaria y un grupo japonés con infraestructuras y suministro eléctrico propio tendrá un importante Centro en Puertollano (Ciudad Real).
En Andalucía se propone la instalación de cinco Centros (CPD+IA) de una media de 100 MW con un objetivo escalable de 200 MW, en una superficie de 60 hectáreas en diez años. Lo deseable sería que el propio Centro dispusiese de unos 400 MW de potencia instalada en un lugar no lejano de origen solar y eólica, y batería de almacenamiento de 100 MW. El presupuesto de inversión, contando con producción eléctrica autónoma y las últimas tecnologías se acercaría a 2.000 millones de euros. Por sus condiciones favorables las áreas elegidas, cuya localización concreta depende de la posibilidad de uno o dos accesos a la Red, son las siguientes:
1º Sevilla-Córdoba-Manzanares por su volumen de datos, talento y conexiones con Madrid, Barcelona, Bilbao y Cantabria donde llegan los cables submarinos Marea, Grace Hopper y Anjana desde EEUU.
2º Málaga-Antequera por su magnífico Parque Tecnológico, desarrollo turístico y plataforma logística, con conexiones hacia el norte de África en Málaga y Estepona.
3º Cádiz-Algeciras con un gran puerto de mercancías y puntos de aterrizaje en Conil y Tarifa, y para el próximo año en Zahara de los Atunes y Torreguadiaro, mediante el cable submarino de fibra óptica Medusa y su enlace con el norte de España.
4º Granada-Almería por su buen ecosistema de startups y de inteligencia artificial, suelo disponible, conexiones con Argelia y en el corredor del Mediterráneo.
5º Cádiz-Jerez-Huelva por disponer de redes de telecomunicaciones en Cádiz y Rota, polo químico y minero e importantes proyectos del Valle del Hidrógeno.
En conclusión, gracias al enorme potencial de crecimiento de las energías renovables, Andalucía tiene una gran oportunidad de desarrollo de la industria energética, del hidrógeno y de sus múltiples aplicaciones, así como de los CPD+IA y las tecnologías digitales, las cuáles por su carácter transversal, mejorarán la productividad de nuestra industria química, minera-metalúrgica, aeronáutica, naval y agroalimentaria para hacerla más competitiva, sostenible, verde e innovadora.
Asimismo, como empresas tractoras arrastrarán a otras muchas con sus respectivos dirigentes de alta cualificación y se crearán numerosos puestos de trabajo bien remunerados. Pero para ello hace falta la máxima colaboración de las Administraciones e instituciones civiles y realizar un enorme esfuerzo público y privado en la formación de todo el personal necesario. Todo lo cual supondrá un gran cambio del tejido productivo y la mejora del bienestar de buena parte de la población andaluza.
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