El Gobierno se plantea un cambio de estrategia frente a la lengua azul
Ganadería
Pide a las autonomías que fijen su postura con vistas a aceptar una mayor flexibilidad de movimientos de la cabaña ganadera y poner menos el foco en la prevención
Preocupación en los ganaderos por un incremento de la mortalidad por la lengua azul
Sevilla/El Ministerio de Agricultura va a acometer una nueva estrategia para hacer frente a la lengua azul o fiebre catarral ovina que implicará, previsiblemente, una mayor flexibilidad en los movimientos de la cabaña por el territorio y un menor foco en la prevención, en busca de la inmunidad de rebaño. De hecho, según informa la Consejería de Agricultura, uno de los planteamientos es el de que las vacunas sean voluntarias y no obligatorias. De momento, el Gobierno ha pedido a las comunidades autónomas que fijen sus posturas (tenían de plazo hasta ayer) para a partir de ahí definir el nuevo modelo.
El movimiento se produce tras las críticas de ganaderos y asociaciones de defensa sanitaria, que consideran que la apuesta debe ir más encaminada a la convivencia con la enfermedad y a un mayor equilibrio entre la protección sanitaria y el interés comercial. Como afirma José Manuel Roca, técnico de Asaja-Sevilla, “ha habido muchos problemas de limitación de movimientos; hay un mapa de colores según serotipos que era lo que indicaba a donde podían hacerse los traslados; y eso parece un reino de taifas”.
Ahora mismo Andalucía es una región estacionalmente libre del serotipo 3
La irrupción del serotipo 3 en el mes de octubre, procedente de Portugal, ha traído una mortalidad bastante apreciable en los focos afectados, pese a la masiva aplicación de vacunas, sobre todo, en el caso andaluz, en Huelva y Sevilla. En teoría, la inmunización debe funcionar, pero al llegar con el serotipo 3 en plena expansión se han producido efectos indeseados, como explica Félix Sanz, secretario general de Asaja-Huelva. “La vacuna ha terminado provocando muertes y abortos. Las ovejas están inmunizadas ya de los serotipos 1 y 4 y si tenían una sintomatología pequeña del 3 la vacuna les ha producido mucha más carga viral. Ha habido quejas de los ganaderos por eso”.
En las primeras semanas con el nuevo serotipo la mortalidad, según los propios ganaderos, no fue muy alta y fue con la vacuna cuando aumentó, a un 10-15% de media en los focos afectados según Asaja-Huelva y a un 8% según Asaja-Sevilla, aunque la incidencia ha sido muy variada: entre el 1% y el 20% según explotación. Las organizaciones agrarias no están en contra de las vacunas, ni mucho menos, pero sí opinan que deberían aplicarse en momentos que no haya actividad comercial y esperan en cualquier caso que lleguen dosis que integren el combate contra varios serotipos. “Yo creo que hay que vacunar, y mientras más mejor. Quien no vacunó bien de los serotipos 1 y 4 en su momento ha sufrido después. Quizás hay que incidir más en las madres reproductoras y que los borregos puedan tener más flexibilidad de movimientos”, afirma Antonio Arévalo, presidente del Sector del Ovino de Cooperativas Agro-Alimentarias de Andalucía.
Ahora mismo, según informa la Consejería de Agricultura, “no hay nuevos casos ni nuevas mortalidades” y Andalucía es una región “estacionalmente libre del vector de contagio del serotipo 3 de la lengua azul”. El mosquito causante de la enfermedad, ‘culicoides imicola’, no aparece con el frío, aunque hay todavía riesgo en las comarcas de Campo de Gibraltar, La Janda, Málaga, Costa del Sol Occidental, Axarquía y Valle del Guadalhorce. Los ganaderos en estas zonas esperan que lleguen las vacunas en un corto plazo, después de que la Junta haya puesto a disposición de las oficinas comarcales 1,2 millones de dosis en las zonas afectadas. “Todos los laboratorios están trabajando para tener más vacunas, y parece ser que estarán para febrero como muy tarde. Cuanto antes, mejor. Ya vamos tarde”, afirma Antonio Rodríguez, ganadero de Málaga y responsable de Ganadería de COAG-Andalucía.
Ahora mismo, cualquier ganadería puede moverse libremente por Andalucía, con excepción de la provincia de Jaén y dos comarcas de Granada. En cualquier caso, la campaña del cordero, que en Navidades representa el 70% de la facturación de las explotaciones, ha estado muy mermada para los ganaderos afectados, con mermas de hasta un 30% en las ventas.
La Junta de Andalucía prepara ayudas al sector ganadero por las pérdidas (tanto de cabaña como económicas) pero primero realizará una evaluación del impacto del virus en la cabaña. Los ganaderos esperan recibirlas durante el verano o, como muy tarde, septiembre.
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