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Scoobic –startup sevillana dedicada al diseño y fabricación de vehículos eléctricos ligeros– aspira a ser el primer unicornio de Andalucía. Su plan estratégico prevé no solo la construcción de una fábrica en Utrera, sino expandirse por hasta 15 países, abrir otras tres plantas en EEUU, Brasil y Colombia, entrar a final de año en el Nasdaq –el parqué norteamericano focalizado en firmas tecnológicas– y alcanzar 1.000 empleos y una valoración de mil millones de euros.
En el corto plazo, se propone elevar la facturación de tres millones en 2021 a 28 en 2022 y a 200 el año que viene; y pasar de 45 empleados a 85 en junio. Ahora mismo está en pleno proceso de selección de 40 personas de ingeniería, administración y finanzas, entre otros perfiles. Y a final de año incorporará a 150 más, que serán los que estén inicialmente en la fábrica de Utrera.
José María Gómez es el CEO de Scoobic. Empresario de larga trayectoria, asegura que el primer paso de esa estrategia de crecimiento será precisamente la planta utrerana, que, afirma, estará lista a finales de este mismo año tras una inversión de 17,5 millones. Con 14.500 metros cuadrados de superficie, tendrá tres líneas de producción de vehículos ligeros eléctricos y una de baterías de ion de litio. Será la primera planta de este tipo en Andalucía. En una primera fase producirá 15.000 vehículos, pero tendrá capacidad para 50.000 y podrá llegar a los 540 trabajadores en 2025. Tendrá, también, un centro de formación de FP dual para el ensamblaje y reparación de vehículos eléctricos.
Hasta ahora, Scoobic ideaba, diseñaba y homologaba en Sevilla los prototipos y la fabricación se hacía en cuatro fábricas de China a través de joint ventures con empresas del país. Pero la pandemia lo ha cambiado todo. Los problemas de la industria en el gigante asiático hacían “que no llegaran vehículos; los plazos se alargaban y los clientes se preocupaban; a eso hay que añadir el alza de costes del transporte marítimo, que no parece que se solucione a corto plazo. De ahí que hagamos el proceso de deslocalización a la inversa, nos venimos de China”.
Scoobic es una startup que nació en 2016 como una spin off de AMG Servicios, empresa de Dos Hermanas (Scoobic también tiene su sede allí) que fundó hace 32 años José María Gómez. Es una compañía importante, con una plantilla de 500 personas. Se dedica “al montaje de infraestructuras técnicas para deporte elite”, según explica Gómez. Está presente en 15 países y ha trabajado en eventos deportivos de renombre mundial, desde el mundial de motociclismo, hasta la Fórmula 1, la Fórmula E, el campeonato del mundo de rallys, la Ryder Cup de Golf y la Copa América de Vela. Monta gradas, carpas, grupos electrógenos, internet de las cosas, aire acondicionado, mobiliario, etc.. El principal cliente es Dorna, con quien trabaja desde hace más de 30 años en el mundial de motos.
Por este motivo, Scoobic lo ha pasado mal durante la pandemia, con menos producción, pero las tornas van a cambiar. Los mayores servicios postales de Europa están lanzando licitaciones para adquirir una flota eléctrica y Scoobic parte, según Gómez, en una posición de ventaja. Tiene un acuerdo con Correos para el desarrollo de nuevos vehículos, es proveedor de Amazon para Europa; de Delivery Hero para el norte del continente; de Heineken (a través de su distribuidora SIH) en España, con idea de extenderse a otros países; y de FCC y Acciona para vehículos de limpieza. Para Gómez, lo que va a marcar la diferencia es el convenio con Bridgestone y su red de talleres First Stop, 3.000 en Europa y Oriente Medio. Eso permite algo único en una compañía en desarrollo como Scoobic: tener un servicio posventa. “Es lo que más valoran nuestros clientes y a nuestro servicio está la mayor red de talleres de Europa preparados para trabajar con nuestra gama de vehículos”, afirma Gómez, que añade un plus más: el equipamiento con web fleet, un dispositivo de geolocalización y gestión de flotas que permite saber “donde están los vehículos, cuántas entregas se hacen por hora, cuáles son los costes de mantenimiento, etc.”.
Gómez calcula que hay 20 empresas en el mundo compitiendo por un mercado de 30.000 millones de euros, en el que los grandes de la automoción aún no han entrado. En España están también Silence, Torrot y Nuuk. En EEUU el mayor exponente es Arcimoto, “con una valoración ya de 500 millones de euros y mutiplicándose por cinco cada año”. El CEO de Scoobic asegura que eso lo ha conseguido “sin tener un contrato con un gran cliente, sin servicio posventa y facturando 200.000 dólares”. El objetivo al entrar en el Nasdaq es que los inversores norteamericanos, “más acostumbrados a financiar proyectos de futuro”, apuesten por Scoobic. Como paso previo, es importante tener una oficina allí –y ya la tiene, en Washington– y conseguir un contrato, algo que José María Gómez ve viable por ejemplo con Amazon en EEUU, teniendo en cuenta que ya hay relación comercial con Amazon Europa.
La empresa se ha puesto en manos de la división de banca internacional de Banco Santander para el impulso de su expansión internacional, con el foco puesto en los mercados del continente americano y el europeo, y el diseño de su salto al Nasdaq. Cuando el periodista pregunta a Gómez si no los objetivos de Scoobic en el medio plazo no son demasiado ambiciosos responde que no, que son “realistas”. Y esgrime, entre otras cosas, el sello de excelencia de la Comisión Europea que califica de “viable, técnica y financieramente” el proyecto de Scoobic, con una puntuación de 14,7 sobre 15. También alude al desfile de inversores que llega a la sede para interesarse por la compañía. Conclusión: Scoobic, dice, no vale menos que ninguna de su competencia y va a apostar sin complejos por ser el primer unicornio andaluz.
José María Gómez enseña una mesa repleta de premios que ejemplifica claramente la expectación que ha levantado la empresa. Para la fábrica de Utrera cuenta con la Junta de Andalucía, que considera como prioritaria la iniciativa a la hora de resolver trámites, y también con el Gobierno central, a través del Ministerio de Industria, Sepides –el instrumento de capital riesgo de la SEPI–, el Centro Tecnológico para el Desarrollo Técnico e Industrial (CDTI) y la empresa pública de financiación de proyectos empresariales Enisa. Además, está detrás Innoenergy, el mayor gestor de fondos europeo en vehículos eléctricos y energía verde, que invirtió dos millones de euros. Además, Scoobic ha recibido la inversión de actores privados que han entrado como socios en la compañía. De hecho, se ha configurado un consejo de administración. Entre los socios accionistas están, entre otros, Juan Verde, ex asesor de Obama, Ramón Paredes, ex vicepresidente de Seat-Volkswagen; Mikel Lasa, CEO de Innoenergy; Juan Manuel Rufino, ex de Arion, Juan Rosell, ex presidente de la CEOE.
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