Análisis
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a primera caja rural española, Cajamar, acaba de trasladar la sede de su Dirección Territorial Sur y Extremadura a una nueva sede corporativa, ubicada en la sevillana calle de San Fernando, donde el pasado jueves también abrió al público una nueva oficina, que se convierte en la décima de la provincia sevillana y la número 245 de Andalucía.
El edificio, adquirido el pasado año en una cotizadas del centro de Sevilla, frente al Hotel Alfonso XIII, alberga las instalaciones desde las que Cajamar vertebrará su crecimiento y la diversificación de su actividad financiera y social en Andalucía y Extremadura durante los próximos años. Su director territorial, Francisco Manuel Martínez, se muestra satisfecho de este nuevo paso adelante que la entidad da en Sevilla en su apuesta por Andalucía.
La cooperativa de crédito da este paso en tiempos de reajustes y cierre de oficinas en el sector, como los actuales. “Estamos muy contentos de que haya llegado este día. En 2006 iniciamos nuestra actividad en Sevilla con la apertura de nuestra primera oficina de atención al público en la calle Virgen de Luján, a la que siguieron otras en distintos puntos de la ciudad y provincia, y quince años después estamos aquí, inaugurando una nueva oficina y una nueva sede territorial en un lugar privilegiado de la ciudad, que pone de manifiesto la apuesta de nuestra entidad por esta ciudad, para proyectar desde aquí nuestro crecimiento en Andalucía occidental y Extremadura, donde ya contamos con 62 oficinas, conforme a nuestro compromiso como entidad de economía social que somos, al servicio de las personas y de las empresas”, afirma Martínez.
“El cierre de oficinas que se está produciendo no solo es consecuencia de la crisis financiera de 2008 y de la desaparición de más de cincuenta entidades, en su mayoría cajas de ahorros, como resultado de las fusiones producidas, sino, sobre todo, de la transformación digital que ha llegado y está modificando el funcionamiento del sector financiero”, afirma Martínez, que añade: “La mayoría de las operaciones básicas que únicamente se hacían antes en oficinas, hoy nuestros clientes las pueden hacer ellos mismos, directamente, a través de internet por su ordenador personal o teléfono móvil”.
Por eso destaca que las oficinas que quedan, por ello, se han reconvertido en centros de asesoramiento y de gestión de patrimonios. “En cualquier caso, como banca cooperativa que somos, en Cajamar nos gusta decir que somos una entidad de personas para personas, y siempre mantendremos una red presencial de oficinas adecuada a las necesidades de nuestros clientes.
Entre los retos que la Terrirorial se plantea está cumplir con su “compromiso como entidad financiera de contribuir al desarrollo económico y al progreso social de nuestros clientes, familias, autónomos y empresas, conforme a los principios de la cooperación, la economía social y el desarrollo sostenible en los que se sustenta Cajamar”.
El directivo destaca que Cajamar lo lleva haciendo desde hace más de 50 años en Almería y Málaga, y más recientemente en el resto de las provincias andaluzas, donde su presencia y actividad es más reciente pero donde desempeñan, destaca, un papel cada vez más relevante. “Sobre todo en el sector agroalimentario, para el que somos una entidad de referencia”, precisa.
Cajamar enfatiza que, en contra de estereotipos trasnochados, “Andalucía es una de las regiones más dinámicas de nuestro país”. Martínez pone de manifesto que la región “cuenta con empresas y actividades industriales muy productivas a cuyo crecimiento y desarrollo vamos a procurar ser útiles y también contribuir”
El director territorial deCajamar señala la mirada de la entidad financiera hoy está puesta en impulsar la recuperación, en ayudar a los clientes a salir adelante, a crecer y avanzar. “Para ello apoya a nuestras empresas y autónomos en sus iniciativas y proyectos sostenibles dirigidos a la mejora de procesos, la profesionalización de sus compañías, la internacionalización de su actividad”.
Cajamar fue constituida en el año 2000 por las entonces cajas rurales de Almería y de Málaga con el propósito de promover una entidad de banca cooperativa de ámbito nacional, a la que unos años más tarde decidieron unirse también otras cajas rurales de Valladolid, Baleares, Valencia, Castellón y Canarias. Actualmente está presente en 47 provincias donde cuenta con tres millones y medio de clientes, y lidera la banca cooperativa española con más de 1.000 oficinas y agencias y 5.400 empleados, activos por importe de 57.500 millones de euros y un volumen de negocio gestionado que sobrepasa los 95.000 millones.
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