Juan Carlos Zumaquero busca hacer soñar a La Cañada

Fútbol | División de Honor Juvenil

El técnico malagueño, con experiencia incluso en el fútbol chino, es uno de los grandes responsables del buen inicio de curso de los almerienses habiendo sumado siete puntos de nueve posibles

"Me gustan los milagros, me gusta estar en el pequeño, me gusta el David contra Goliat, me siento cómodo porque no hay nada que perder y mucho de ganar", señala

Salvador Fillouche da el triunfo a La Cañada frente al Maracena (1-0)

El técnico malagueño observa desde la banda el juego de su equipo durante un encuentro en casa de la presente temporada. / Javier Alonso

Almería/Nada mal ha comenzado la temporada La Cañada en la División de Honor Juvenil, habiendo sumado siete de los nueve puntos en juego. Y eso es en gran parte responsabilidad de uno de los nombres del momento en el conjunto de la barriada almeriense como es el de Juan Carlos Zumaquero (13 de marzo de 1987, Málaga), quien este verano se hizo con las riendas del equipo cañaero. Pero el técnico malagueño no es un cualquiera en este deporte, contando con un dilatado bagaje con una etapa en China inluida y en la que incluso llegó a pillarle la pandemia en el país foco del coronavirus, así como llegó a tocar la élite de aquel fútbol.

Uno de los referentes en el fútbol base malagueño, al que regresó tras su periplo en el continente asiático y en el que la pasada temporada estuvo a punto de hacer historia con La Mosca, la que considera su casa, quedándose a las puertas de lo que hubiera sido un inolvidable ascenso a la División de Honor Juvenil, ahora afronta un importante reto en tierras almerienses. Un desafío, de esos que tanto le gustan, que afronta con ilusión y por qué no dar la gran sorpresa este domingo en la visita al Sevilla. "Me gustan los milagros, me gusta estar en el pequeño, me gusta el David contra Goliat, me siento cómodo porque no hay nada que perder y mucho de ganar", no duda en afirmar.

¿Cómo está siendo su adaptación a esta nueva ciudad como es Almería?

Creía que iba a ser más fácil la adaptación al haberme adaptado a tantas ciudades en Asia, en Oriente Medio, incluso en Marruecos y estar a 200 kilómetros de casa pensaba que sería más fácil. Pero al final yo creo que cada sitio es un mundo, hay que conocer a su gente, hay que conocer su cultura, su historia, su centro histórico. Llegué aquí el 22 de julio, después de casi dos meses no estoy todavía adaptado del todo porque necesito más tiempo en Almería, pero cada día estoy más cómodo aquí. Cada día me gusta más la ciudad. 

¿Qué le llevó a firmar con el División de Honor Juvenil de La Cañada?

Entre la oferta que tenía tanto de Arabia como de equipos de Segunda RFEF y Tercera RFEF de la zona de Castilla-La Mancha, de Madrid, de la zona centro de España, Gibraltar también mediante mi agente. Creo que fue con las personas, Nico, Antonio Ramón, Antonio Miras, José Oncala, Miguel Romera, a las que miré a la cara y vi gente de fútbol, de verdad, gente que necesito para yo crecer también. Yo aquí no solo vengo a que La Cañada mejore y los jugadores, Zumaquero tiene que seguir creciendo y estoy en el sitio indicado por su gente, por su barrio. Voy a tomarme un café y la gente me quiere, me saluda, me invita, no me ha pasado esto en mi vida. 

¿Cómo lo le llegó la oferta de La Cañada?

El nombre hay que darlo, Antonio Miras, que creo que es un nombre conocido aquí en Almería. Yo creo que es la persona que apuesta por mí, vería algo en mí el hombre. Si La Cañada está como está ahora mismo es gracias a él, porque si no yo no estaría aquí. Gracias a él, al club, a Antonio Ramón, que lo aceptó, al presidente, pero el que dio mi nombre un poco fue él, hay que decirlo. 

El técnico malagueño realiza una indicación desde la banda a sus futbolistas durante un encuentro en La Cañada. / Javier Alonso

Juan Carlos Zumaquero: "Mi objetivo es que algunos de vosotros seáis futbolistas"

¿Qué objetivos le han marcado en esta segunda temporada consecutiva en la categoría?

Durante toda mi vida cuando he entrenado a equipos teóricamente inferiores en las máximas categorías del fútbol español de base y me enfrento a entrenadores profesionales, cuerpos técnicos profesionales, pues mi cuerpo técnico profesional solo soy yo, jugadores todos profesionales como este domingo en Sevilla, yo al futbolista le digo lo siguiente: 'El objetivo del club es salvarse, pero mi objetivo es que algunos de vosotros seáis futbolistas, ese es mi objetivo'. Hoy tenemos viajando a Villarreal a Dani da Costa y a Papu, Dani hace un mes era descarte del Granada y ahora tiene la posibilidad de firmar un contrato profesional. Ese es mi trabajo, no es otro, mi trabajo es hacer que los futbolistas sean mejores. Los entrenadores somos una herramienta a disposición de los jugadores, yo no soy nadie, soy una herramienta, como una llave inglesa del mecánico, como el portátil de mi padre, que es asesor laboral. No soy más que nadie, mi trabajo es que ellos mejoren, al final son ellos los que ganan los partidos, Zumaquero solo está ayudando, no es gracias a mí, es gracias a los jugadores. 

¿Qué supone como entrenador que uno de sus futbolistas puede llegar a ser profesional?

Lo hablaba en 101 TV cuando llegué de Catar. Al margen del potencial de los futbolistas, de los hábitos alimenticios, descanso, familia, entorno, contexto, club, hay una pieza que es clave para hacer creer a un tío de que puede ser futbolista, el entrenador. Si tú firmas buenos entrenadores el club genera valor y el club es autosuficiente porque vendes-formas, vendes-formas. Ejemplo es La Fábrica del Real Madrid. Talentos, formas, vendes pero necesitas buenos entrenadores, sin buenos entrenadores es imposible, eres capaz de destruir a un futbolista o de crear. Dani da Costa era descarte del Granada, no valía y de repente lo quiere el Villarreal con un buen contrato. Varita mágica no, se llama trabajo, trabajo, trabajo, cogerlo del hombro y decirle 'chico, tú vas a ser futbolista, yo te voy a ayudar'. Y para eso están los entrenadores, el que esté para otra cosa está equivocado. 

Llevan siete puntos de nueve en este inicio de temporada. ¿Se esperaba un comienzo tan bueno?

Mis comienzos creo que siempre son buenos, por datos, en cualquier categoría. Sénior, Cadete División de Honor, China. Siempre han sido buenos, creo que trabajo bien en pretemporada y ahí estamos, también conocer a los jugadores, soportan unas calores extremas, y ahí estamos con la ilusión de ir a Sevilla y de competir. 

"Zumaquero viene aquí a ayudar al fútbol almeriense, no solo a La Cañada"

La temporada pasada el equipo realizó una gran campaña a las órdenes de Pablo Hernández, dándole la vuelta al adverso comienzo de curso. ¿Supone un reto?

Pablo para mí es un referente, el otro día estuve con él viendo el Poli Almería, se lo dije que es como si lo conociera toda la vida porque me han hablado tantas maravillas de él. Creo que está a otro nivel, ya no está para División de Honor, pero lo admiro, le he tendido la mano, aquí estoy lo que haga falta. Zumaquero viene aquí a ayudar al fútbol almeriense, no solo a La Cañada y no es mejorar lo de Pablo, es dar la oportunidad a que los chavales puedan ser futbolistas, y ojalá, porque no, de ahí salten al Almería con Lasarte que es un fenómeno, con Rubi que es otro fenómeno. Estoy para eso, para servirles a ellos.  

¿Cómo afrontan el encuentro de este domingo frente al Sevilla, campeón la temporada pasada en el grupo IV de la División de Honor Juvenil?

Zumaquero, los partidos del Sevilla los voy a ver, sobre todo el del Córdoba, lo voy a ver veinte veces el partido si hace falta hasta que dé el clic y sepa cómo ganar. A partir de ahí, viajamos empatados a puntos con el primero, en Copa del Rey, en posición de UEFA Youth League, en posición de Copa de Campeones, el objetivo es disfrutar compitiendo, no hay más. Me espera uno de los cinco mejores equipos de España, de fútbol base quizás el mejor entrenador de toda España en juvenil División de Honor es Rosano, me habéis puesto a jugar contra Ferraris, vamos al lío con ilusión.

Durante su carrera también ha pasado por China. ¿Cómo recuerda esa etapa en la que incluso le pilló la pandemia? 

Fue una etapa dura puesto que tuve que estar dos años sin ver a mi hija y a mi mujer. Salto a fútbol profesional, que fue lo que me hizo quedarme ahí, a Zibo Cujo en League One, entrenaba a jugadores, no los voy a nombrar porque no son conocidos aquí, con 500 partidos en Superliga China, internacionales. Fue una experiencia impresionante, me querían renovar, tenía ofertas para Shanghai por dos asistentes, Beijing One, me llama Yunnan Yukun, pero hay una mañana que me levanto y decido volver a España porque China parece que no iba a abrir las puertas, no podía salir y me tuve que volver porque eran dos años sin ver a mi hija, era inhumano, y ya el dinero pasó a un segundo plano, no tenía ningún problema. 

Juan Carlos Zumaquero dialoga con su banquillo durante uno de los encuentros del Trofeo de Feria Juan Oncala. / Marian León

¿Algún futbolista que le llamara la atención? 

Será conocido dentro de unos años, tomen nota, se llama Hoi-Wan, es un chaval de 12 años, jamás he visto algo parecido en mi vida, tuve la suerte de entrenarlo. Disfrutaba, me recordaba a Brahim de pequeño, una auténtica locura, estoy en contacto con el padre, en cuanto pueda vendrá. Que estoy en Almería, el futbolista jugará en Almería, que estoy en el Zamora, jugará en el Zamora, donde yo esté. Pero me gustaría ayudar a ese talento porque los entrenadores estamos para eso, para que el talento explote.

¿Cómo valora esa etapa en el fútbol chino?

Zumaquero se fue preparando, conociendo el fútbol de abajo de China, con una profesora en casa por las mañana de chino para hablar chino. Me fui preparando, conociendo la cultura, la comida, gente, al futbolista. Me salen varias propuestas antes de este destino, pero creo que no estoy preparado para el fútbol de élite de allí todavía, me pueden matar en dos semanas porque puedo fallar. No a nivel táctico o deportivo, sino en otras cosas, y cuando me veo que estoy preparado, en cuanto acepté por teléfono que me probasen para ver si me firmaban, me cogí una mochila, dos cosas, aeropuerto, y me planté allí, directamente, pero cuando vi que estaba preparado. Me vieron a entrenar y me llevaron a firmar tres años, dije que firmaban un año porque ellos sabían que si me firmaban tres años, el agente que me llevó diría con esto me forro. En el fútbol al final cada uno tiene que hacer su trabajo, yo identificar quién es el mejor para jugar, y directores deportivos o dueño identificar qué entrenador es mejor para que su club tenga éxito. Yo creo que La Cañada la apuesta creo que es buena, creo que no es mala, tanto la mía como la de ellos no ha sido mala, es una unión perfecta. 

El malagueño en plena acción durante un entrenamiento de su etapa en el fútbol chino. / D.A.

¿Cómo vivió su vuelta a Málaga y ese contraste al volver al fútbol base?

No es fácil, pero te lo voy a definir con una frase. ¿Tú sabes lo que es debutar, ir a tu casa, que es La Mosca? Me piden el favor de coger el cadete autonómico con un partido ganado de nueve, que el equipo acaba a tres puntos del ascenso a División de Honor con los mismos jugadores, trabajando. Saltar al campo y ver a un presidente llorando contigo y mi mujer en la grada con mi hija y yo llorar. No está pagado, ya estar fuera no estaba pagado. 

No debió ser una decisión fácil dejar La Mosca para llegar a La Cañada.

Es mi casa, pero ellos entienden que lo que he hecho ha sido un favor, es un club que es una pasada, disfruto ganando para la gente de La Mosca, pero al final mi mente va a otra velocidad y quiero estar en el sitio adecuado, simplemente eso. Ellos me respetan y me quieren y me llaman y me valoran y las puertas abiertas, igual que yo puertas abiertas siempre. 

¿Cómo fueron sus inicios como entrenador y en qué momento se da cuenta de que se puede dedicar profesionalmente? 

Con 21 años cogí un alevín preferente, que era la máxima, en la generación de Ontiveros, David Ramos. Cogí al equipo con once partidos jugados y tres puntos de 33, el equipo se salva con los mismos jugadores, ganando a casi todo el mundo en Málaga. Ahí supe que debía dejar de jugar al fútbol y entrenar porque era un buen entrenador, no había duda ninguna, y seguiré, seguiré, seguiré hasta que el cuerpo aguante. 

"Aquí en Almería, nada más que sentarme, voy a ver el Almería-Betis con Lasarte y es aprender, me sentaré con todo el mundo para aprender, a escuchar y a seguir creciendo".— Juan Carlos Zumaquero - Entrenador UCD La Cañada Atlético

¿Cómo fue esa transición de jugador a entrenador?

Yo entiendo mi juventud, tengo 37 años, pero tenía dieciocho, era juvenil de último año, jugaba en un equipo de Málaga muy conocido, no en el Málaga. Jugaba en el juvenil preferente, se jugó fase de ascenso nacional, cuando había que jugar liguilla de ascenso que estaba muy chula. Y en enero se me da la opción de llevar al cadete, entre otros tenía a Juanillo, el hermano de Apoño. El equipo casi asciende a cadete autonómico y entre eso, la mala suerte de no haber tenido nunca un buen entrenador para poder mejorar. No era Maradona jugando al fútbol, era un tío muy intenso, implicado, quería aprender, pero si no puedo aprender de nada es imposible. Entonces me dediqué al fútbol, a estudiar, a viajar, a ir a Galicia, a La Masía, a aprender de todo el mundo posible porque hay que aprender, aprender y aprender. Aquí en Almería, nada más que sentarme, voy a ver el Almería-Betis con Lasarte y es aprender, me sentaré con todo el mundo para aprender, a escuchar y a seguir creciendo. 

Cuenta con una formación bastante extensa en distintos ámbitos, incluido en lo que respecta al idioma.

Yo hablo inglés bilingüe, es como el español para mí, francés también y chino. Estoy preparado para trabajar en cualquier parte del mundo, lo que pasa que ahora mismo mi sitio está aquí, cerca de casa, cerca de mi mujer y mi hija, y Almería, esta ciudad no me esperaba que me acogieran tan bien y que me gustara tanto, es un espectáculo.

En Almería se encuentra sin su familia. ¿Cómo se lleva el tener lejos a la familia? 

Evidentemente a veces hay bajones, soy un ser humano. Zumaquero es entrenador, pero es humano. Zumaquero sufre, Zumaquero su hija no la ve, llevo tres semanas sin verla, me echa de menos, pregunta por mí, pero yo le debo a La Cañada darlo todo, es que no puedo hacer otra cosa. He firmado un compromiso que he de cumplir, esa es mi vida, esos son mis valores, que me ha inculcado mi padre, y si el equipo se está jugando Copa del Rey soy capaz de no ver a mi mujer y mi hija hasta el mes de diciembre, hasta navidades y no hay ningún problema, estoy centrado en jugar Copa del Rey como sea. Creo que un club de barrio, casi en la historia no ha estado nunca en Andalucía. Me gustan los milagros, me gusta estar en el pequeño, me gusta el hecho de David contra Goliat, me siento cómodo porque no hay nada que perder y mucho de ganar. Al final disfruto del fútbol, me encanta, es lo que más me gusta en mi vida, es fútbol y ya está.

El técnico malagueño en la banda durante el encuentro que midió a los almerienses con el San Fernando en La Cañada. / Javier Alonso

También tuvo una corta etapa en Catar. ¿Qué le llevó a poner fin a esa etapa?

Acabo de un entrenamiento y el director apostó por mí, pero lo llamé y le dije mira, el primer vuelo, lo siento mucho, vuelvo con mi familia, aquí no voy a estar más. Creo que es una civilización muy antigua, vivimos en un Estado de derecho de España con unas libertades increíbles para las mujeres, para todo el mundo, y sea por valores, por educación, yo no puedo cobrar una cosa y ver a otras personas pasándolo mal. Yo tengo valores, tengo principios, soy humano antes de ser entrenador, y no me gustó mucho cómo funcionaba el país y me volví directamente. Era una pena porque era entrar en el Real Madrid, se llegó al acuerdo de estar ahí ese año para yo arrancarle la academia y después, quizás, firmar en el Cadete A, Cadete B, Infantil A. Para el currículum, es impresionante, es el mejor club del mundo, cuando entro en Valdebebes y veo aquello, me iba a vdesmayar casi, la recepción que tienen ahí, digo dios mío, esto es la NASA, que locura. Malas patas, ojalá algún día pueda volver ahí, aunque sea de utilero. No se vio y ya está, no me gustó el país. 

¿Cuál ha sido su referente como entrenador?

Referente siempre soy de Mourinho, tengo el libro suyo, me gustan las personas que van de cara, que motivan al futbolista, que dicen lo que piensan, aunque no lo puedo hacer todaví,, y ese es mi referente, al final mi fútbol es el que veo como para ganarle al rival, no me fijo en nadie,  genero mis propias tareas, mi propio método, intento mejorarlo cada día, y nada. Papel, boli, iPad, y esa es mi vida. 

¿Y cuál crees que es la clave para poder vivir del fútbol?

La suerte. La gente piensa que querer ser entrenador es queres ser millonario, yo lo que quiero vivir del fútbol, ahora mismo vivo del fútbol estando en La Cañada, soy feliz, yo con un balón de fútbol y viviendo del fútbol soy feliz. Cobre uno, dos, tres, ocho Al final el dinero lo gestiona mi mujer, yo no quiero saber nada del dinero, el dinero no hace bien a nadie, a veces corrompe a la gente, problemas, yo estoy dedicado a mi equipo, a comer bien. Ayer me tuve que dar un masaje porque estaba tieso, tres partidos en siete días ha sido muy duro, estaba muy mal de las cervicales, invertir en mi salud, invertir en mi rendimiento, seguir formándome, tengo una persona que ha estado en cinco Juegos Olímpicos, que es campeón del mundo, que mantengo su privacidad, y no digo el nombre, que trabaja conmigo toda la semana para mejorar, intento cuidarme a nivel de alimentación, de vida, no me bebo alcohol prácticamente. El sábado después de ganarle al Maracena un par de cervezas, después de siete días, tres partidos, me merezco mi cerveza, me la merezco una y dos, me la merezco porque hay que darse premios, pero solo a veces, no todo puede ser trabajar. Con ganas de que llegue el domingo, con ganas de disfrutar de esa instalación, de ese partido, de ver al equipo pegar bocados porque vamos a pegar bocados. 

¿Cómo ha sido este inicio de temporada tan duro con tres partidos en apenas una semana?

Muy duro, una dureza mental muy grande, empezamos a ir a entrenar, pero va a ser un entrenamiento muy suave, muy tranquilo, ha sido demasiado. Villarreal, Almería, Melilla con el viaje, con lo difícil que es jugar en Melilla, San Fernando, equipo profesional top, entrenador Miguel top, Maracena con Corpas top, cinco partidos de alto nivel en veinte días, una locura, estoy muerto. Hay que recuperar energías y cargar las pilas, que tenemos semana, y a por el Sevilla, intentarlo, intentar frenar a Iker Villar y a intentarlo.

Un sueño cumplido y otro por cumplir

Me conformo con poco, me da igual que sea en Almería, Málaga, se llame Granada, se llame Zamora, dirigir un partido en un campo, en un estadio lleno de gente, disfrutar y hacer feliz a la gente con una victoria, ese es mi sueño. Cumplido el vivir del fútbol, y mi familia, gracias al fútbol, tiene una casa que compramos que nos dieron en abril, por lo que se ha generado en China, está puestoa nombre de mi mujer y mi hija. Al final es el valor que ellas me han dado, que me han permitido desarrollarme, y eso es el premio para ellas, mi sueño, que ellas tengan la casa de sus sueños y yo me conformo con un lápiz, con un boli y con un balón de fútbol.

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