¿Qué vio el Almería en Gaizka Garitano?
UD ALMERÍA | Análisis
El club se decantó por un técnico que prima el pragmatismo al lucimiento construyendo sus equipos desde la defensa, auténtico agujero negro del equipo
Hubo medio centenar de candidatos en el casting: unos dieron calabazas, otros no se ajustaban al límite salarial y otros fueron descartados porque no daban el perfil buscado
En manos del vasco está ahora demostrar si hay plantel con la calidad suficiente para salvar la categoría
Oficial: Garitano, nuevo entrenador del Almería
Almería/La UD Almería tuvo claro desde el mismo día que decidió destituir a Vicente Moreno tras la debacle en Sevilla que el relevo no iba a producirse de forma atropellada, sino que Alberto Lasarte pilotaría de forma interina las dos jornadas que restaban antes del parón internacional con el objetivo de afinar en la elección y dar margen de trabajo al elegido. La visita a San Mamés se daba por amortizada estuviera quien estuviese en el banquillo, y la pega fue arrancar solo un punto ante el Granada, con el añadido de la grave lesión de Luis Suárez, lo que complicó aún más el escenario.
Durante estas dos semanas la dirección deportiva ha entrevistado a un buen puñado de candidatos, la lista ha alcanzado el medio centenar. Muchos se cayeron a las primeras de cambio, bien porque el proyecto no les convencía bien porque el club no los vio con la ambición necesaria para reflotar una situación muy delicada. Ahí pueden incluirse nombres que sonaron con fuerza como los de Carlos Carvalhal o Veljko Paunovic. El serbio jugó en cierto modo con la UDA y aprovechó el interés para afianzarse al frente del Chivas mexicano. Cosas del fútbol.
Luego estaba el perfil ansiado por muchos seguidores rojiblancos, pero que comprometía la economía de la entidad al forzar un límite salarial que se había logrado reconducir a base de mucho esfuerzo en las últimas campañas. Por eso entrenadores como Marcelino García Toral, que podría recalar en el Sevilla tras la destitución de Mendilibar, nunca fueron una opción real. Tampoco Andoni Iraola, cuya intención si acaba siendo cesado del Bournemouth es darse un tiempo para volver a coger un banquillo. Hubo numerosos ofrecimientos, representantes que tocaron a la puerta del club para ofrecer los servicios de sus técnicos, pero esas opciones no acababan de convencer (Míchel, Quique Sánchez Flores, etcétera).
Y finalmente, lo que no significa que fuera la última opción, están quienes mostraron empeño en hacerse cargo de un equipo dormido pero al que le ven el potencial necesario para reaccionar. En esa terna estaba Gaizka Garitano (Bilbao, 9-7-1975) y fue quien acabó convenciendo a la propiedad y sus colaboradores más estrechos. En la decisión pesó el gran resultado que los entrenadores del norte peninsular han operado en Almería desde la remota época de Maguregui, pasando luego por Emery, Gracia o Rubi, firmando cada uno de ellos un ascenso a Primera.
A su favor el técnico tiene su convencimiento en levantar una situación dramática (3 puntos de 27 posibles y ningún triunfo hasta la fecha), así como su carácter pragmático a la hora de entender el fútbol como un juego que debe construirse desde la retaguardia hacia la vanguardia, y no al revés. El Almería necesita más que nunca mejorar su balance defensivo con hechos y no solo con promesas como las que lanzó Vicente Moreno el día de su presentación para justificar una discutida contratación al venir a relevar a un símbolo como Rubi, ingeniero del tercer ascenso a Primera de la historia de la entidad.
Garitano aglutina además la experiencia necesaria en el fútbol español tras dirigir a Eibar, Athletic, Deportivo o Valladolid como para confiarle un proyecto en el que Turki Al-Sheikh ha ido multiplicando su inversión año tras año. El hecho de firmarlo hasta 2025 también demuestra que el club se toma en serio lo de poner en sus manos una permanencia cuya meta inicial era lograrla sin pasar los apuros del curso pasado y que ahora se ve muy cuesta arriba.
En el proceso de análisis antes de la contratación la dirección deportiva ha estudiado a su cuerpo técnico también, encabezado por el exfutbolista Patxi Ferreira, que hace las funciones de segundo y pone especial atención a las acciones defensivas y la pizarra. Junto a ambos desembarcará el resto del staff, conformado por Jon Moreno, Julio Hernando y José Manuel Santisteban como personas de confianza, que contarán con el apoyo de Víctor Fortes y Ricardo Molina, hombres de club, en la parcela física y la portería.
Hasta tal punto ha sido minucioso el 'scouting' sobre Garitano y su equipo que incluso se hicieron indagaciones sobre el famoso episodio de su abrupta marcha de una rueda de prensa en el Estadio de los Juegos Mediterráneos tras protagonizar un malentendido con dos informadores locales en relación a sus respuestas en euskera. Todo fue una anécdota que no debía condicionar su posibilidad de firmar por la UDA, fue la respuesta de los inquiridos, si bien de entrada va a encontrar la oposición de no pocos aficionados como puede comprobarse en los comentarios a su anuncio vertidos en redes sociales en las últimas horas.
Guste más o menos Garitano ha aceptado un reto que no es sencillo y va a estar bien pagado por intentar alcanzarlo. De él depende ahora que los jugadores den un paso al frente y lo que parece un erial se convierta en un frondoso jardín. Si tiene éxito habrá demostrado que el mercado veraniego de fichajes no fue tan catastrófico como ahora se pinta; si por el contrario fracasa, Mohamed El Assy y Joao Gonçalves ya no tendrán donde escudarse porque todas las miradas apuntarán directamente a ellos. Es lo que tiene ser los responsables de los fichajes, la gloria en el acierto y el señalamiento en el fallo.
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