Yo sí vi brotes verdes

El Acta de Vivancos

Es fácil buscar los defectos de cada jugador cuando vienen mal dadas, pero también sería más constructivo pensar en lo bueno que se ha hecho en otros partidos en fase de acoplamiento

Samú Costa, inexplicablemente sustituido en el minuto 60, se lleva un balón aéreo ante Araújo, goleador de la tarde. / D.A.

17 de octubre 2020 - 22:04

Almería/Puedo prometer y prometo que si la UD Las Palmas juega como lo hizo ante la UDA, ascenderá. El conjunto de Mel realizó un despliegue físico brutal y una exhibición técnica más que precisa. No, no soy el encargado de hablar de los canarios, pero el rival que les toque cada jornada a los rojiblancos también juega, y esto influye sobremanera. Tanto, que ha sido de largo el mejor encuentro de los de Pepe Mel que solo habían podido vencer al Logroñés en su estadio y por la mínima.

Sobre los goles de Araujo, que más bien parecía la mejor versión de Romario, decir que hasta el partido que nos compete llevaba el delantero argentino un tanto de los siete que logró su equipo desde el comienzo de la competición. Ese segundo gol no creo que lo repita en su vida. O sea, los canarios han venido a disputar su choque más completo de la presente campaña. Ahora más de un lector se preguntará, ¿pero todo ello ha sido propiciado por la endeblez, lentitud y desacierto de los jugadores de Gomes? Sinceramente, no lo creo.

Claro, conforme pasaban los minutos la UDA se fue descomponiendo, y aun sin profundidad en ataque durante la primera mitad dominó a un oponente que le salía absolutamente todo. Es fácil ir buscando los defectos de cada jugador cuando vienen mal dadas por diferentes circunstancias, pero también sería más constrictivo pensar en lo bueno que se ha hecho en otros partidos, estando como se está en fase de acoplamiento.

Por esa regla de tres la mejor UDA que nunca compitió en Segunda, la de Emery, hubiese sido igual de crucificada de lo que está siendo la de Gomes, pues también aquel conjunto de récord perdió al principio de la temporada tres encuentros seguidos, para luego recuperar terreno y terminar arrasando a sus rivales. Ninguna historia es idéntica, pero sigo pensando que mimbres hay para que cuando todo esté más asentado, hacer pupa a numerosos rivales que a buen seguro acabarán desinflándose con el paso de las jornadas.

Quien realmente estuvo desafortunado fue Maras, que se vio superado constantemente, y Akieme a la hora de sacar el balón jugado. Juan Villar estuvo muy impreciso y Carvalho todavía anda buscando su sitio en este esquema, pero el resto del once inicial compitió y la actitud para afrontar un choque tan abrupto por la brillantez del oponente, fue la correcta.

No salieron las cosas en la línea de tres cuartos, no se filtraron pases con peligro, pero hay un ramillete de peloteros que en cuanto obtengan la confianza necesaria y el rival de turno no roce la perfección, nos van a dar muchas alegrías. A destacar Morlanes, menudo jugador. Tiene un dominio del esférico envidiable. En cuanto a Sadiq, ojo cuando reciba en mejores condiciones y sobre todo cuando sus compañeros encuentren su sitio sobre el terreno de juego.

No me vale ese pesimismo, muy típico por estos lares, sin apenas calibrar las posibilidades que se vislumbran, sin tener algo de paciencia y sin tener en cuenta el día que tuvo el adversario. Yo veo brotes verdes y lo expreso con rotundidad en un momento tan complicado como el actual.

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