Así está la situación de los ocho cedidos del Almería

Almería/El mes de junio se está haciendo eterno mientras los futbolistas apuran su periodo vacacional y los clubes esperan a la apertura del mercado estival para ir acometiendo las primeras operaciones, algunas de las cuales ya tienen bastante avanzadas a la espera de solo oficializarlas. Otras se cocinarán a fuego lento conforme vayan abriéndose opciones en las distintas plantillas.

En ese sentido la UD Almería parte con la tranquilidad de poseer una base sólida sobre la que construir el nuevo equipo para encarar la temporada 2023-2024 con Vicente Moreno al frente del banquillo y la intención de no pasar apuros clasificatorios en las últimas jornadas. Habrá varias ventas y también varias incorporaciones, pero antes hay que ver qué ocurre con la legión de cedidos que el conjunto unionista tiene repartidos en varios puntos de la geografía nacional e internacional.

Son hasta ocho efectivos los que pertenecen a la disciplina rojiblanca y se encuentran a préstamo en otras entidades, ya que con Nikola Maras no se cuenta desde que el Deportivo Alavés confirmase su ascenso a Primera y con ello se activase una cláusula de compra obligatoria que figuraba en su contrato en virtud de la cual el central serbio firmará por 4 temporadas con el 'Glorioso' a cambio de 1'5 millones de euros. Del resto de jugadores cedidos intentamos aportar luz en este artículo, teniendo la gran mayoría pocas opciones de integrar el plantel que se pondrá a las órdenes de Moreno alrededor del 10 de julio para arrancar la pretemporada.

Iván Martos (2024)

A priori no cuenta. Tras su cesión al Cartagena, donde volvió a sentirse futbolista una vez superada la grave lesión de rodilla que se produjo en Zaragoza, al defensor catalán le resta únicamente un año de vinculación y la dirección deportiva de la UDA está a la espera de que su agente le presente posibles propuestas en Segunda División para intentar resolver su contrato. Con suerte, podría sacarse un pequeño traspaso.

Dani Albiar (2024)

Es un caso que guarda ciertas similitudes con el de Martos. La nueva propiedad lo renovó hasta 2024 pero el curso pasado acabó cedido en el filial del Cartagena, su ciudad natal, y no cuenta para el primer equipo, por lo que este verano probablemente acabe periodo como rojiblanco. Caso de no alcanzar un acuerdo de rescisión, volvería a marcharse a préstamo, probablemente a Primera Federación.

Jordi Escobar (2024)

La UDA abonó al Valencia alrededor de 2'5 millones en 2020 para hacerse con este atacante que apuntaba maneras al ser habitual en las categorías inferiores de la Roja, llegando incluso a debutar con el primer equipo ché, pero ya está claro que no podrá rentabilizarse. Sus cesiones al Barcelona B primero y al Betis Deportivo después han resultado improductivas y este verano volverá a buscársele acomodo.

Arvin Appiah (2024)

Sin duda alguna el mayor 'bluf' desde la llegada de Turki Al-Sheikh a la propiedad. Capricho particular del jeque saudí, que no dudó en abonar 8'8 millones al Nottingham Forest por el traspaso del extremo inglés, convirtiéndolo en su día en la compra más cara jamás efectuada en Segunda División, lo cierto es que el bueno de Arvin nunca rompió la puerta. Ha concatenado cesiones infructuosas a Lugo, Tenerife o Málaga y con solo un año de contrato por delante, la inversión ya es imposible de recuperar. Se le buscará destino en la Championship inglesa.

Cristian Olivera (2025)

El extremo charrúa de 21 años es de los pocos cedidos que parece haber aprovechado su préstamo. Aunque la cosa empezó torcida en las filas del Peñarol de Montevideo, luego recalaba en un club más modesto, Boston River, donde ha mostrado las capacidades de desborde y definición que llamaron la atención de la dirección deportiva indálica. La idea de partida es que arranque la pretemporada a las órdenes de Vicente Moreno para que pueda ver sus evoluciones in situ, pero si llega una oferta interesante (la UDA abonó 2 millones al Rentistas para firmarlo), sería traspasado. Tiene mercado en Sudamérica, sin olvidar que en el arco europeo los jugadores uruguayos tienen mucho tirón.

Juan Manuel Gutiérrez (2025)

A diferencia de su compatriota Olivera, el caso de Juan Manuel Rodríguez (21 años también), que en su día costó 3 millones procedente del Danubio, marcha a un ritmo más lento por su demarcación de mediapunta. Su cesión al Nacional B le ha servido para ir creciendo, por lo que la UDA tiene previsto cederlo nuevamente, pero en esta ocasión a un equipo de la Primera uruguaya para que vaya curtiéndose. No se incorporará a los entrenamientos de pretemporada.

Arnau Solá (2027)

El lateral catalán de 20 años de edad, firmado libre el curso pasado procedente del filial del Barça, ha cuajado un buen año en las filas del Real Murcia (1ª RFEF) y la intención de la dirección deportiva rojiblanca pasa por buscarle un nuevo préstamo, sondeando esta vez la posibilidad de que sea en la categoría de plata para que continúe dando pasos adelante en su evolución. Con contrato hasta 2027, es una apuesta de futuro para cubrir el carril zurdo unionista.

Gui Guedes (2028)

El centrocampista luso hizo un papel notable en las filas del Club Deportivo Lugo, donde recaló en el pasado mercado invernal y pese a que el conjunto gallego terminaba perdiendo la categoría de plata, lo cierto es que dejó buen gusto entre la afición lucense. Jugador con carácter y personalidad, está por ver si a Vicente Moreno le convence para cubrir la vacante de César de la Hoz o la probable de Íñigo Eguaras. Único de los cedidos (quizá junto a Olivera) que realizará la pretemporada con el primer equipo.

Marko Milovanovic (2028)

El delantero serbio no puede considerarse un cedido como tal, si bien acabó el curso en las filas del Almería B. La dirección deportiva sigue teniéndole mucha fe a este atacante por el que el club pagó 3'5 millones al Partizán de Belgrado y quiere que Vicente Moreno decida si cuenta con él como tercer delantero en caso de que salga Dyego Sousa o se le busca una cesión para evitar una pérdida de valor de mercado mayor para una apuesta fuerte a nivel económico.