Olazábal es el plato estrella de la European Legends Cup
GOLF
El guipuzcoano estará en la cita que se desarrollará este fin de semana en el Golf Almerimar
Ha repasado la actualidad del circuito
Un cartel de lujo para la European Legends Cup de Almerimar
Almería/José María Olazábal es el protagonista principal de la European Legends Cup que el viernes comienza en Golf Almerimar donde se reúnen 60 jugadores del Legends Tour, entre ellos, ocho ganadores de esta temporada, ganadores de Majors y de Ryder Cups. Un plantel de lujo para la primera edición de este torneo que se juega en la localidad almeriense de El Ejido, que ha comenzado con un ProAm, en el que ha ganado el equipo del profesional Keith Horne y en el que han participado los futbolistas Jaime Astrain y Aleix Vidal. Olazábal, que llega a Almería acompañado de su sobrino Joseba Torres, que ya ha dado el paso a profesional, habla de su juego, del pasado y del futuro de los jóvenes que vienen pisando fuerte.
Pregunta.¿Cómo se encuentra?
Respuesta.De salud estoy bastante bien, con mis cositas pero no me puedo quejar. Este año, entre pitos y flautas, estoy jugando poquito. Me lesioné el último día del Masters en el hoyo 13, y estuve 5 semanas en el dique seco sin poder tocar un palo, luego empiezas a entrenar un poco, pero perdí prácticamente casi dos meses.
P.¿Cómo llega a la European Legends Cup?
R.Jugué muy bien la semana del Masters, tuve una buena sensación pero me ha costado recuperar esa sensación y el juego está sufriendo un poquito. Tenía previsto jugar algún torneo más que he decidido no ir porque no me encontraba bien de juego; ahora juego esta semana y me voy a Estados Unidos a jugar dos o tres torneos más al final de temporada. El juego no está. Estoy trabajando, pero el drive me mata; los hierros no han sido problemáticos y parece que las últimas semanas van un poco mejor pero el driver es un gran hándicap, sobre todo a estos niveles. Sabemos que es el Legends Tour, que somos Senior pero la gente juega muy bien y le pega muy bien a la bola. Si no estás suficientemente fino con tu juego, sabes que las opciones de competir para estar ahí arriba se limitan. Entiendo que es parte del golf, lo hemos vivido y lo hemos pasado muchas veces, lo asumo lo mejor que puedo y ya está. Yo estoy aquí obviamente para pasármelo bien, ya estamos en una edad donde tampoco es cuestión de romperte la cabeza, pero el objetivo es ser competitivo y darte la oportunidad de ganar.
P.¿Echa de menos los buenos tiempos?
R.Entiendo que es parte del proceso, es otra etapa, no podemos pretender pegarle a la bola como cuando estaba en mi mejor momento, es imposible físicamente pero también he pasado por problemas importantes, tengo una serie de limitaciones, pierdes flexibilidad a pesar de que procuras estar en forma, pero es parte de la vida. Todos vamos ganando años, perdiendo facultades y eso lo acepto con naturalidad, pero dentro de lo que es la situación, también ves a jugadores con los que has competido que siguen jugando bien, que están en lo más alto y ese es el puntito en el que queremos estar y no lo conseguimos en estos momentos.
P.¿Qué hace José María Olazábal fuera del verde?
R.Cuando no compito, sigo entrenando, ¡a mi me gusta el golf!, he disfrutado mucho con el golf y sigo disfrutando a pesar de los disgustos que me llevo últimamente, pero me encanta ver golf, incluso por televisión. Mucha gente, incluso profesionales, me dicen, ‘¿no estás hasta las narices de ver golf?’. Pues la verdad es que no, me encanta ver torneos del PGA, del DP, del Ladies, esta semana tenemos la Solheim y la intentaré ver como sea. Aparte de eso, intento ayudar a un grupo de chavales en San Sebastián, juego torneos benéficos allá donde puedo, tengo mi Pro Am benéfico. Además, me encanta pasear por el monte y en la época de invierno disfruto muchísimo yendo a cazar con mi padre. Es un lujo poder compartir estos momentos con la gente que quieres, que por mi profesión he tenido que estar alejado de ellos, y cuando vas cumpliendo años te vas dando cuenta de que esos momentos con tus padres son de calidad, los aprecio muchísimo.
P.¿Cómo ve a la nueva hornada de talento?
R.Vienen jóvenes muy potentes. Por ejemplo, Ballester. No quiero poner presión absolutamente a nadie, y como él tenemos en España unos cuantos chavales que apuntan muy bien, chicas también. Nunca he sido partidario de poner grandes expectativas, que este deporte es muy complicado, hay un montón de factores que pueden cambiar el devenir de las cosas, pero sobre el papel tenemos un grupo de chicos y chicas que apuntan muy bien. Desde hace años tenemos chavales que van a Estados Unidos a estudiar en la universidad que les permite compaginar estudios y golf, y si todo va normal, en pocos años tendremos una nueva remesa de chicos y chicas que lo pueden hacer muy, muy bien y pueden estar al más alto nivel.
P.En la bolsa lleva a su sobrino Joseba Torres que asegura que “he venido a aprender”.
R.Se lo he dicho muchas veces. Al final del día cuentas con los dedos de una mano los que llegan arriba. El camino es increíble. Llegar es dificilísimo, y mantenerte, más todavía. Siempre le dije que primero tenía que terminar sus estudios y luego que hiciese lo que quisiese. Ha terminado en Estados Unidos y como tiene mucha ilusión y muchas ganas, se ha hecho profesional, ha dicho que quiere probarlo, por lo menos intentarlo y no arrepentirse de no haberlo hecho. Siempre le digo que aquí no hay atajos, que hay mucha gente en el mundo que se quiere dedicar a esto y solo llegan unos pocos, que hay que trabajar, ser humilde y es muy complicado, porque además del desafío técnico del deporte en sí, hay otros factores importantísimos como la actitud, el estado mental, el ser fuerte mentalmente, ser capaz de afrontar los momentos de presión, no solo para ganar, sino esos momentos duros en los que no te salen las cosas, pasan las semanas y estás solo en un hotel, te preguntas si te compensa… hay que estar preparado para todo eso. Y eso es lo que le cuento.
P.¿Nota grandes diferencias respecto a tiempos pasados?
R.No cabe duda que la atmósfera, el ambiente, es diferente. Se ha profesionalizado mucho y se ha convertido en una profesión de muy alto nivel, la gente está mucho más centrada en lo que tiene que hacer para poder llegar a lo más alto, mientras que en nuestra época era diferente. Era casi una aventura, nos pasábamos a profesional igual porque no había otra opción, y la infraestructura que había alrededor no es la de ahora: había que compartir habitaciones, vuelos, taxis, viajar con bolas de prácticas tuyas propias porque no había bolas para practicar, un sinfín de cosas que han cambiado. Ahora todas las marcas patrocinan a jugadores, aunque sean amateur y no puedan recibir aporte económico te ayudan con material, que antes era impensable. Tienen más facilidades para poder llegar arriba y todo mucho más profesionalizado, tienen dietistas, psicólogos, preparadores físicos, estudios biomecánicos donde sabes exactamente qué músculos forman parte en cada momento del movimiento, qué partes de tu cuerpo tienes que trabajar para mejorar. Y para hacer todo eso necesitas muchísimo tiempo que antes no utilizábamos porque no éramos conscientes de todo ello. Socializábamos con los demás, llevábamos cartas, jugábamos al tute o al mus porque no teníamos la visión de que teníamos que estar en el gimnasio y hacer todo lo que hacen ahora. Ahora no verás a jugadores en una partida de cartas después de entrenar.
P.¿Ha formado parte de la mejor generación de la historia del golf?
R.Económicamente no, porque ahora estamos hablando de unas sumas de dinero astronómicas, pero quitando eso, he sido afortunado de conocer a los jugadores que he conocido, de compartir experiencias y vivencias con todos ellos, salir a jugar juntos, viajar juntos, tenemos un montón de anécdotas y de historias que hoy en día son impensables. A quién se le ocurre hoy en día, si has ganado un torneo, decir, “la semana que viene nos juntamos todos los que estemos en el torneo y nos vamos a cenar todos juntos para celebrarlo”, y en esas cenas te reías de uno, del otro, de ti mismo, compartías vivencias. No teníamos profesores, nos teníamos que apañarnos nosotros solos, cuando te salías de juego le preguntabas al que tuvieses al lado, “estoy perdido y no sé por dónde me da el aire, ¿me puedes mirar unas bolas a ver si ves algo?” y esa misma semana estabas diciendo eso el martes, y el jueves competías contra ellos. Todo eso hace que haya vivido una época estupenda. Ha sido una carrera que he disfrutado muchísimo, que la volvería a repetir si tuviese la ocasión sin lugar a dudas, con los mismos compañeros de viaje, no cambiaría nada en ese sentido, que sigue y que siga.
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