La iShares Cup, espectáculo justo encima del aficionado
El público asistente al evento náutico podrá vivir a escasos metros el desarrollo de la competición debido al innovador recinto del Puerto, que se asemejará a un estadio

Si algo tiene la iShares Cup de vela que llame la atención del público es que éste puede estar prácticamente encima de los barcos y del desarrollo de la prueba. A diferencia de las otras competiciones de vela del máximo nivel, como puede ser la Copa América, la iShares Cup no es un evento en el que las embarcaciones participantes se pierdan en la lejanía mar adentro, sino que todas se quedan a la vista del espectador, que de esa manera puede seguir con facilidad el transcurso de la prueba.
En la vela, cuando las embarcaciones avanzan hacia mar adentro, el espectador que se queda en tierra apenas puede distinguir un barco de otro y lo más probable es no saber quién va liderando la prueba en un momento dado. En cambio, la iShares Cup permite todo lo contrario: el poder saber en todo momento cuál es la clasificación, quién lidera la regata y quién tiene opciones de colocarse con los mejores.
Esa cercanía del público a la competición ha provocado, en las citas anteriores, que los lugares donde se han desarrollado esta serie de pruebas hayan contado con una asistencia de espectadores masiva. En algunos casos, contabilizando la totalidad de los días de competición (tres), las cifras han llegado a alcanzar las 50.000 personas.
En Almería, el marco escogido para albergar el evento, el Puerto de Almería, reúne esas condiciones por su carácter cerrado, que le convertirá en una especie de "estadio náutico". El público podrá seguir desde varios puntos la competición y verá pasar a escasos metros a las embarcaciones, algunas de las cuales se estará jugando el título final de la iShares Cup, puesto que la del Puerto de Almería será la última de las citas del calendario de esta temporada de este evento.
El espectáculo que ofrecen estas embarcaciones está garantizado. La magnitud de las dimensiones de cada una de ellas, junto a las velocidades que alcanzan, hace que, en los giros, prácticamente vuelen sobre el agua, dejando a los tripulantes, en algunos casos, con la cabeza apuntando hacia el mar. Si a todo ello se le suma el hecho de que el título estará en juego, le da una dosis mayor de espectacularidad. Y eso lo tendrá Almería cinco años.
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