El hermano fuerte y el hermano más fuerte
Manuel y David Sánchez López llevan años en la Residencia Blume con la Selección Española Preparan el Europeo y buscan los Juegos de Río


En la zona sur de la Ciudad Universitaria, camuflado entre los Colegios Mayores de la Universidad Complutense de Madrid, se encuentra una residencia que es objeto de deseo de todos los deportistas españoles. Es la Joaquín Blume, un Centro de Alto Rendimiento en el que se encuentran entrenando y formándose como personas las promesas del deporte nacional. Entre sus paredes trabajan a diario todos aquellos que son la flor y la nata de su disciplina y que sueñan despiertos con la opción de representar a España en unos Juegos Olímpicos.
Las puertas del gimnasio de la Blume se abrieron hace algunos años para dos hermanos almerienses, que encarnan a la perfección la frase que pueden leer en la fotografía de la derecha. Es el lema de la residencia, la filosofía de vida sobre la que se curten los campeones. Manuel fue captado por los seleccionadores españoles en 2009 y su hermano David llegó tres años después. Desde entonces no han parado de crecer, ganar títulos y hacer méritos para estar en los Juegos de Río de Janeiro de dentro de unos meses. De hecho, la Selección Española tiene tres plazas aseguradas, que los hermanos Sánchez tratarán de conseguir en el próximo Campeonato de España. Su éxito sería el éxito de toda la provincia de Almería.
Con sus vitrinas llenas de títulos y con una musculatura que es la envidia de muchos, Manuel y David miran al pasado con cariño. El mayor de los hermanos, Manuel, comenzó en un pequeño gimnasio en Santa María de Águila con Ciro Ibáñez, un entrenador cubano que lo captó en el instituto. Sin embargo, la halterofilia no contó con el apoyo de los dirigentes en Almería y se tuvo que marchar a Melilla a competir. Ahí se unió su hermano David, el pequeño pero con una ilusión y una fuerza propia de los grandes campeones, y un ojeador los convocó para formar parte de la selección.
Desde entonces, horas y horas de entrenamiento diario en las magníficas instalaciones del Consejo Superior de Deportes, por las que suspiran todos los universitarios que cursan otras carreras, pero que de pequeños soñaban con el deporte profesional. Precisamente Manuel explica lo complicado que es traspasar esa barrera hacia el profesionalismo. "Tienes que vivir por y para el deporte si quieres obtener buenos resultados internacionales. La halterofilia es uno de los más sacrificados que existen y requiere de una gran concentración mental", por lo que el apoyo de la familia Sánchez López es fundamental, sobre todo en los primeros años en los que se requiere mucho esfuerzo y la recompensa tarda en llegar: "Ellos están muy orgullos de nosotros, nos apoyan en todo lo que pueden. Siempre nos mandan fuerza, en los malos y los buenos momentos. La familia es una gran motivacion para seguir adelante", dice David.
Los tres años que separan a ambos hermanos provocan que se vean competir, al estar en categorías diferentes. "Me pongo más nervioso que cuando compito yo. Vivo su competición al cien por cien, al ser una categoria inferior a la mía compite antes que yo. Cuando realiza el primer intento y lo veo bien, me tranquilizo. Es un competidor nato, aunque sea menor que yo aprendo mucho de él", afirma con cariño Manuel, palabras correspondidas como no podía ser de otra manera por la sangre de su sangre, David: "Cuando veo a mi hermano, normalmente ya he competido. Me pongo de los nervios animándole y mandándole todas mis fuerza. Alguna vez me he metido en la tarima de competición cuando él levantaba, celebrando algún movimiento válido".
Ambos coinciden en que el gran objetivo de la temporada es hacerse con una de esas tres plazas para estar en Río de Janeiro. De momento preparan el Campeonato de Europa y esperan estar como siempre, a tope, para superar al resto de la selección en el Campeonato de España. Ahí estará en juego su ansiado billete.
Los hermanos Sánchez López, Manuel y David, en el gimnasio de la Residencia Blume
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