Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Política decente
LA vida es lo más valioso que tiene una persona. La felicidad no te la da el dinero, ni un coche, ni tan siquiera el fútbol. Despertarte por la mañana, ver que el sol ha salido, que tu familia está ahí y que puedes disfrutar de todo lo que te rodea es el porqué diario de una persona. Por eso ayer el Mediterráneo enmudeció. Cuando mucha gente estaba entrando todavía al estadio, un fiel aficionado almeriense que había acudido como cada fin de semana al Mediterráneo, vio truncada su rutina. Con tan sólo 59 años y en el sitio que menos esperaba, el Mediterráneo, su casa de los fines de semana, su corazón dijo basta. Ya no importaban las faltas, ni los goles. Los nervios no se debían al marcador, sino a la situación de un huercalense que luchaba angustiosamente por su vida. Las asistencias sanitarias hicieron todo lo posible por reanimarlo. Una hora realizándole un masaje cardíaco que tampoco sirvió. Al final, tras tantas tardes de alegrías y sufrimientos, lo último que vio este buen aficionado fue a su equipo, a su Almería. Para él para toda su familia va dedicada la goleada de ayer.
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