La fractura de cadera del Rey
La consulta del especialista
En España se intervienen más de 60.000 personas al año con dicha dolencia · Es muy importane que el paciente sea operado antes de las 48 horas tras la fractura, esto reduce un 40% el riesgo de mortalidad
LA fractura de cadera es la causa más común de hospitalización en la planta de traumatología. En los países desarrollados, el tratamiento de la fractura de cadera requiere un trabajo multidisciplinario, desde el servicio de anestesia, cirugía ortopédica, medicina interna o geriatría y rehabilitación. Y cuando el paciente abandona el hospital, es probable que se necesiten los servicios médicos y sociales, ya que cuando una persona es intervenida por una fractura, tiene 2.6 veces más de ser dependiente y necesitar ayuda para las actividades de la vida de diaria; más del 10% de las personas fracturadas no estará en condiciones de retornar a su domicilio. La mayor parte del resto de los pacientes quedará con dolor o discapacidad residual.
En España, se intervienen más de 60.000 personas al año con fractura de cadera.
Se estima que los costes directos de atención de una fractura de cadera en España varían entre 3.500 y 5.200 euros, según hospitales y autonomías, con cifras globales que alcanzan entre los 300-860 millones de euros, sin contar los gastos indirectos que representan facturas adicionales como las de cuidadores, residencias y rehabilitación. Las fracturas de cadera son un reto importante, ya que suponen una ocupación de entre el 20 y el 23% de las camas de traumatología, con unos pacientes de complejidad clínica elevada, que consumen recursos multidisciplinarios y con problemas sociales para el alta hospitalaria.
La mortalidad al mes de la fractura oscila entre el 5 y el 10%. Un año después de la fractura, un tercio de los pacientes ha muerto, comparado con la mortalidad anual esperada del 10% en el mismo grupo etario. Solo un tercio de las muertes está directamente relacionado con la fractura de cadera en sí, pero los pacientes y los familiares suelen creer que la fractura ha tenido un efecto importante sobre la enfermedad final.
La edad promedio de pacientes con fractura de cadera ronda los 80 años y cerca del 80% son mujeres. El riesgo anual de fractura de cadera está relacionado con la edad y alcanza el 4% en las mujeres mayores de 85 años.
La mayor parte de las fracturas de cadera son consecuencia de caídas o tropiezos. Sólo el 5% de los casos no presenta antecedente de lesiones. Las lesiones tienen un origen múltiple y reflejan el aumento de la tendencia a la caída, pérdida de reflejos de protección y mayor fragilidad ósea. Las tasas de fractura de cadera son tres veces superiores entre las personas que viven en residencias geriátricas, comparado con las de la misma edad que viven en la comunidad.
La posibilidad de caerse es mayor en las personas que sufren enfermedades cardiovasculares o problemas neurológicos. Estas personas se caen con mayor frecuencia.
La mayoría de las fracturas de cadera se diagnostica por el antecedente de caída seguida de dolor en la ingle, imposibilidad para la marcha, y es frecuente que la pierna fracturada se encuentre acortada y rotada. Se confirma mediante una radiografía. Cerca del 15% de las fracturas de cadera son sin desplazamiento; casi el 1% de los casos no es visible en las radiografías requiriéndose otro tipo de examen como un TAC.
El primer paso es decidir el tipo de tratamiento. La gran mayoría se operan. Unicamente se trata de forma conservadora a aquellas fracturas no desplazadas, en las que el paciente tiene un mal estado general y alto riesgo para la intervención. En estos casos el paciente permanece en cama alrededor de un mes hasta que la fractura deja de doler, comenzando entonces, el tratamiento recuperador.
En el resto de los casos, el enfermo es intervenido y el tipo de implante a colocar va a depender del tipo de fractura, pudiendo ser un clavo, placa y tornillos o una prótesis.
Es muy importante que el paciente sea operado antes de las 48 horas tras la fractura. Esto reduce el riesgo de mortalidad hasta un 40%, reduce el riesgo de aparición de escaras o úlceras, y evita la aparición de otras complicaciones como la neumonía. Una fractura de este tipo puede provocar un sangrado de hasta un litro, lo que, sin duda, va a descompensar al enfermo en las enfermedades que padece, como las cardiovasculares.
Se ha demostrado que la gran mayoría de pacientes tras la fractura de cadera, dejan de comer y esto conlleva la aparición de desnutrición. Esto es una va a provoca una alteración en el proceso de cicatrización y de consolidación de la fractura. Es importante que se asocien suplementos nutricionales en estos casos que pueden combatir esta ausencia de ingesta.
Es relativamente frecuente que el pacientes presente anemia como consecuencia del sangrado debido a la fractura y/o a la cirugía. Además, tras producirse la fractura de cadera, se produce una respuesta inflamatoria muy importante a nivel general en el paciente, que puede llegar a provocar una malabsorción del hierro que el paciente ingiere con la alimentación. Algunos hospitales instauran un tratamiento con hierro intravenoso al ingreso o, una vez operado y tras el alta, se puede comenzar con tratamiento mediante hierro oral.
En cuanto se pueda, se debe invitar al paciente a ponerse en pie e intentar caminar. Hay 4 veces más de sufrir un síndrome de inmovilidad y no volver a caminar nunca más y esto empeora cuanto mayor es el paciente fracturado. En los que son menores de 75 años, volverán a caminar alrededor del 70%; pero si la edad es >80 años, sólo volverán a andar el 30%.
¿Podemos prevenir la aparición de fractura de cadera?
Por supuesto que sí.
Debemos:
-Caminar entre 30-60 minutos al día.
-Tomar una dieta rica en calcio y vitamina D. Hay suplementos disponibles muy eficaces.
-Medicación muy eficaz, ya sea una pastilla semanal, mensual, una inyección cada 6 meses o anual, que, sin duda, va a reducir la posibilidad de fracturarse la cadera.
"Venimos al mundo a través de la pelvis... y lo dejamos por el cuello del fémur".
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