El fondo sur y los Iglesias Villanueva

Ignacio pitó un penalti para el Cádiz 6 metros fuera del área y Javier se comió un claro fuera de juego de Real

Pablo Laynez

15 de octubre 2018 - 02:31

Los hermanos Iglesia Villanueva tiemblan cada vez que les toca pitar en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. El fondo sur del recinto rojiblanco, y más concretamente el área de dicho lugar, está maldito para los árbitro de la preciosa localidad ferrolana de Pontedeume.

Doce años después de que Ignacio tuviera uno de los errores más graves del fútbol mundial, su hermano Javier se comió el pasado sábado un fuera de juego de varios metros de Juan Carlos Real. El costado izquierdo del equipo que atacaba del fondo norte hacia el sur fue el carril donde se produjeron ambas jugadas. Para ser certeros, fueron los jueces de línea de ambos hermanos los que la pifiaron en ambas jugadas, que en 2006 sacaron de sus casillas a los rojiblancos y, por contra, hace dos días le beneficiaron.

La trayectoria de Ignacio ha sido similar a la de la UDA, puesto que le ha pitado en muchas ocasiones tanto en Primera como en Segunda. La primera vez que visitó el Mediterráneo fue en la cuarta jornada de la temporada 2006-07. Los rojiblancos habían perdido las tres primeras y Unai Emery estaba en la cuerda floja. Se la jugaba ante el Cádiz y el marcador era un 2-0 claro para los rojiblancos, hasta que Mané agarraba a Enrique seis metros fuera del área. El línier del mayor de los Iglesia Villanueva levantó el banderín y todo el mundo pensaba que era para señalar una falta, peligrosa, pero falta lejana al fin y al cabo.

Sin embargo, Ignacio se fue hacia el punto de penalti ante la mirada atónita de todo el Mediterráneo,que pedía gafas para el trío arbitral. La pena máxima la aprovecó el Cádiz para acortar distancias, pero el 2-1 no se iba a mover y Emery conseguía escribir una de las páginas más importantes de los almerienses.

Una década y dos años después, en la novena jornada de la misma categoría, su hermano Javier también tuvo el sábado un error garrafal, de varios metros en las cercanías del área. En este caso fue un fuera de juego no señalado de Juan Carlos Real ante Las Palmas. El línier estaba bien situado, pero en las repeticiones se le ve con la mirada hacia atrás, por lo que el futbolista gallego pudo aprovecharse de una situación irregular para hacer el 1-0. Los amarillos se quejaron amargamente, mientras que los rojiblancos se decían para sí mismos, que ya era hora de que un error tan importante les beneficiara.

Si bien el fallo fue del árbitro asistente, en tres acciones de gol canario sí que acertaron de forma milimétrica. Tres goles anulado al equipo canario, los tres bien anulados pues había posición adelantada por milímetros.

La sombra de los hermanos Iglesias Villanueva es alargada en el Mediterráneos, difícil parece explicar cómo se pueden explicar fallos tan groseros. Si acaso, por ser de la Galicia profumda, se puede culpar a las meigas de ello. O al oculista de sus árbitros asistente.

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