La inolvidable experiencia de una almeriense en la maratón de Nueva York
Atletismo
Ana Belén Sánchez Acosta consigue completar la prueba, en compañía de su pareja, entre las veinte primeras españolas en poco más de tres horas y media
Así de espectacular fue la Maratón de Nueva York para 'runners' almerienses
Almería/Cada año son miles y miles de personas las que se dan cita en Nueva York para correr la que es una de las maratones más importantes a nivel mundial y que en esta ocasión batió un récord mundial después de que 55.646 de sus participantes lograran cruzar la línea de meta. Y entre ellos estuvo presente la almeriense Ana Belén Sánchez Acosta, quien a sus 46 años logró completar la prueba, junto a su pareja (Juan José Sánchez), entre las veinte primeras españolas con un tiempo de 3:34:06 en una experiencia que difícilmente podrá olvidar demostrando que la edad ni mucho menos supone un límite. Y algo que difícilmente podía a llegar a imaginar años atrás cuando se inició el mundo del deporte como muestra de apoyo a su hermana, quien se estaba preparando unas oposiciones.
Un 3 de noviembre de 2024 que permanecerá para siempre en su recuerdo. Y no es para menos, la primera vez nunca se olvida. De participar en medias maratones a dar el salto recorriendo más de 42 kilómetros por las calles neoyorquinas con el objetivo de "llevar el cuerpo un poco más allá y ver de lo que eres capaz". "Decidimos venir aquí por si hacíamos la primera y ya no hacíamos más, por lo menos hacer la que es considerada la mejor maratón del mundo", no duda en señalar la almeriense como uno de los principales motivos para elegir Nueva York para la tan ansiada primera vez.
Acostumbrada a los veintiún kilómetros de una media maratón, la cita en Estados Unidos al otro lado del charco requería de una preparación especial. "Las planificaciones son totalmente diferentes, cómo se entrena, la cantidad de kilómetros semanales que se entrenan. No es lo mismo lo que entrenas también a falta de dos mes que una semana antes de la carrera", reconoce Ana. Todo ello sin olvidarse de las pautas marcadas por aquellos quienes la han guiado durante este largo camino, en el que ha contado con la ayuda de su entrenador Tommy.
Nueva York, volcada con su maratón
Aunque no son pocos los que te pueden hablar de su experiencia, no es lo mismo que te lo cuenten a vivirlo en primera persona, por lo que no repara en afirmar que "nunca te haces a la idea de lo que realmente hay en Nueva York". Una ciudad que año tras año se acaba volcando con el que es uno de sus días grandes con la celebración de su maratón para que todos guarden un gran recuerdo de ese día haciéndoles sentir "como un deportista de élite" a su paso por cada uno de sus cinco distritos (Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y Staten Island).
Una experiencia que ha superado con creces las expectativas que tenía puestas. "No me esperaba para nada la ambientación tan exagerada", comenta. "Hay muchísimos voluntarios, mucha seguridad, incluso los mismos ciudadanos te están ofreciendo comida todo el rato, te ofrecen bebidas. Ellos no forman parte de la organización de la carrera, pero están tan volcados con que su carrera salga bien que hacen todo lo posible para que tú te lleves un buen recuerdo de la carrera", va explicando sobre su propia experiencia en las calles neoyorquinas.
Es tal el ambiente de apoyo que se genera que Ana atestigua que "no sufres en ningún momento porque la gente te lleva hacia la carrera". "A mí se me pasó muy rápido porque la gente me llevaba en volandas", menciona. No obstante, la prueba también presenta sus propias dificultades. "Es de las maratones más duras que hay en asfalto por la cantidad de desnivel positivo que hay, el asfalto aquí es muy duro porque Manhattan tiene un territorio rocoso y el asfalto es muy duro y es bastante irregular. No encuentras un asfalto liso como a lo mejor lo puedes encontrar en otras carreras como Valencia, que el asfalto es más uniforme", señala al respecto.
Aunque lo que difícilmente se iba a poder imaginar antes de poner pie en Nueva York era que le iba a ir tan bien, quedando entre las veinte primeras españolas que se dieron cita en la ciudad norteamericana. "A nivel personal me siento orgullosa de haber recogido los frutos del trabajo previo que hay a una maratón, hay mucho trabajo de esfuerzo personal", destaca. Todo ello al mismo tiempo que asegura estar "muy feliz por mí, por la gente que me quiere, por la gente que me apoya y por haber conseguido esto con 46 años". Muestra de que el deporte no conoce de edades ni límites.
"Si a mí cuando yo tenía 20 años alguien me cuenta esto, no me lo hubiera creído"
Un logro que le lleva a recordar cómo fueron sus inicios en el mundo del deporte. "Yo soy una deportista de calle, amateur, empecé a hacer deporte hace como 15 años. Si a mí cuando yo tenía 20 años alguien me cuenta esto, no me lo hubiera creído. No me lo hubiera creído porque yo no era una persona que hacía deporte. El deporte entró en mi vida un poco de rebote", va contando al respecto. "Empecé a hacer deporte porque mi hermana se estaba preparando unas oposiciones en las cuales había unas pruebas físicas y para darle un poco de apoyo moral me iba a las pistas deportivas y de verla correr yo empecé a hacer un camina-corre. Así, poco a poco al final empecé a correr más que a caminar", explica sobre sus comienzos en lo que supuso todo un cambio en su vida hasta el punto de afirmar que "el deporte hoy en día es mi válvula de escape, es mi medicina".
Asimismo, con tantísimos kilómetros separando la provincia almeriense de la ciudad estodunidense, el viaje era necesario afrontarlo con cierto tiempo para minimizar las consecuencia del largo trayecto. "El viaje tuvimos que venir unos días antes para aclimatarnos al horario que hay aquí, intentamos siempre coger la hora local. Aunque tú llegas a lo mejor a mediodía, intentamos no acostarnos", comenta al respecto. Así, menciona que "el día que llegamos intentamos no acostarnos, que realmente con hora española era prácticamente nuestra hora de ir a dormir, aguantamos toda la tarde en la calle, haciendo cosas, para intentar coger el horario de Nueva York para que el día que llegue la prueba el jet lag sea lo menos posible por el tema de que necesitas llevar tus horas de descanso para que no te afecte a nivel deportivo".
A pesar de estar todavía muy reciente su participación en Nueva York, ella y su marido, Juan José Sánchez, ya se encuentran pensando en la siguiente ocasión. "Esta maratón nos ha despertado un poco el gusanillo de intentar correr otra maratón, ahora mismo estamos barajando diferentes opciones para intentar volver a vivir la experiencia que hemos tenido". Y entre las distintas opciones aparece la de la maratón de Sydney, que recientemente anunciaba que se unía a la lista de las Abbot World MarathonMajors que hasta entonces conformaban las de Tokio, Boston, Londres, Berlín, Chicago y la propia Nueva York.
Y aunque no han sido pocas las personas que le han apoyado en su camino de conseguir el reto de completar la maratón de Nueva York, no duda en resaltar la figura de su marido. "Él ha sacrificado un poco esta carrera, iba mejor preparado que yo, iba más fuerte que yo para poder hacer esta carrera en mejor tiempo y decidió acompañarme, decidió hacerme de liebre durante toda la carrera para que yo llegara a meta de la manera que he llegado y para vivir la experiencia que hemos vivido juntos", explica visiblemente emocionada después de vivir esta experiencia que recordará para siempre.
Aunque a miles y miles de kilómetros, Ana Belén Sánchez Acosta no se olvida de su tierra y de su club, el CD Cuellar Stone de la localidad almeriense de Macael. Así, quiere recordar que en poco más de una semana, el próximo domingo 17 de noviembre, Macael acogerá una importante cita en el mundo del atletismo con la disputa de la última prueba de la Copa de España de Carreras por Montaña donde se darán cita los mejores corredores por montaña en busca de llevarse a sus vitrinas el títula nacional.
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