No creas a la televisión
la consulta del especialista
No es real todo lo que se cuenta en las modernas series de médicos
Las series de televisión que ahora están tan de moda con plataformas como Netflix, siempre han sido, o al menos lo han intentando, ser un reflejo de la vida misma. Hay profesiones que tienen más éxito que otras en la ficción como es el caso de los policías, abogados o los médicos. No sé muy bien los motivos, quizás el ser un poco como héroes o tipos duros luchando contra los malos o contra la enfermedad. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce ni es real todo lo que se cuenta, hablo en cuanto a las series de médicos.
Recuerdo una vez durante mi período de especialidad en Madrid, tuve una experiencia que va un poco relacionada con todo esto. Una mujer joven acude al hospital por un esguince de tobillo sin mayor importancia. Tras explicarle el diagnóstico, tratamiento y alguna duda que le surgió, la paciente suspiró, mirando a su alrededor con aire nostálgico y dijo: "Ainss, yo que soy muy fan de Anatomía de Grey, con esos médicos, esos hospitales…y vengo aquí…la verdad es que no tiene nada que ver". Me quedo mirándola sin dar crédito puesto que eran las tres de la mañana y la señora acudió recién salida de un pub cercano porque le molestaba el tobillo con los tacones, debido a un esguince de dos semanas de evolución. Le respondí: "yo también soy fan de Anatomía de Grey…con esos médicos y también con pacientes que acuden con problemas serios, enfermedades de verdad y no con una porquería de esguince de tres semanas de evolución". Se quedó en silencio unos segundos y respondió: "pues es verdad".
Hay y ha habido infinidad de series de televisión relacionadas con médicos y ambientes hospitalarios. Mi madre siempre me ha recordado una serie que ella solía ver, Centro Médico donde salía su personaje favorito, el doctor Gannon. Desde que tengo uso de razón y al querer ser médico desde muy pequeño, me aficioné a series como MASH, Urgencias o Anatomía de Grey y más adelante doctor House u Hospital Central. Hay muchos aspectos de la ficción que no se parecen en absoluto a la realidad sino todo lo contrario por más que tengas consejeros médicos que indiquen si las situaciones propuestas por los guionistas tienen una base real o no.
¿Qué cosas no son reales?
-En toda serie o película en la que hay un hospital, ya sea una sala de urgencias, una habitación o un quirófano, hay una radiografía o un escáner colocado en el negatoscopio que es la pantalla en la que vemos las radiografías. En la vida real, nunca se dejan las pruebas en el aparato durante horas por una sencilla razón, se pierden. Cuando hay una prueba que ver, se coloca en la pantalla, se observa y se guarda. Únicamente cuando estamos en quirófano sí es frecuente dejar puestas las radiografías o resonancias por si tenemos que cotejar algún detalle intraoperatorio con las pruebas de imagen. Nunc se dejan puestos en las habitaciones o en urgencias. Es frecuente en la ficción encontrar estudios completos colgados permanentemente y en ocasiones, al revés.
-En la ficción, cuando hay una urgencia, los médicos casi desde la puerta comienzan a escupir como ametralladoras, las dosis, la medicación y las cincuenta pruebas que quiere que se le hagan, como si estuvieran recitando el artículo 1 del Código Civil en una oposición a Notaría. Además de la velocidad de ejecución, todo en 0.2 segundos. Todo se acelera como si no hubiera un mañana. En la vida real, se es mucho más cauto que no más lento. Incluso en urgencias vitales como puede ser un infarto o un disparo, no se pierde la calma. Hay un responsable encargado de manejar al equipo dando las órdenes directas en cuanto al procedimiento a seguir pero sin perder el control de la situación.
-En la ficción, un médico es capaz de operar un tumor cerebral complejo del que solo hay tres casos en el mundo, y al día siguiente tiene la habilidad de realizar un trasplante de hígado o reimplantar una mano. Es decir, polivalencia absoluta. La medicina real está mucho más especializada y sectorizada para que sean los casos más complejos sean tratados en centros concretos. No todo el mundo hace de todo, en lo que a situaciones poco frecuentes se refiere.
-En la ficción, las enfermedades que aparecen son extremadamente raras y excepcionales pero aparatosas. No he visto en House, Urgencias o en Anatomía de Grey tratar una gastroenteritis o un esguince de tobillo. Suele ser más bien un glioblastoma multiforme, una esclerosis lateral amiotrófica o una yersiniosis. Todo es especialmente dramático, al límite hasta que a alguien se le "enciende la bombilla" y da con la tecla por una casualidad más que por capacidad.
-En la ficción, la vida social del personal médico también es de traca. Suelen ser jóvenes apuestos, algunos con pasados turbulentos pero casi siempre gente hecha a sí misma que ha tenido que tragar carros y carretas para poder llegar a donde están, en un ambiente tremendamente competitivo, con traiciones, abusos, relaciones entre unos y otros al más puro estilo culebrón venezolano, siguiendo el patrón que le gusta a los americanos donde la medicina está tremendamente idealizada. En la realidad no es para tanto y como en cualquier colectivo se forjan relaciones quizás por las situaciones de estrés y tensión que se viven dentro, así como por la cantidad de horas que se comparten con desconocidos fuera de casa.
No todo lo que aparece la tele es como la vida misma, aunque siempre se ha dicho que la realidad supera a la ficción, no siempre es así.
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