La condición física, asunto de Estado
El Acta de Vivancos
La magia sigue sustentando al físico, pero es el momento de tomar medidas porque el actual no es el camino a seguir hasta el 24 de mayo
Almería/Nadie más que un servidor hubiese deseado errar en el diagnóstico emitido desde estas líneas hace una semana sobre el deficiente estado físico de los rojiblancos. Sigue siendo subjetivo un dictamen sobre la condición física sin las pertinentes pruebas numéricas, pero por lo visto ante el Numancia resultaría complicado defender el estado de una plantilla que ha ido perdiendo fuelle físico desde los albores de la temporada.
Se puede pensar que durante la primera mitad se volvió a rememorar la presión de antaño, pero no fue así porque la decisiva ventaja que se obtuvo se basó en un brillante juego ofensivo, más que en ahogar al rival, sobre todo en la parcela central. Y es que el Numancia llegó con demasiado peligro a las inmediaciones de Fernando en esos primeros 45 minutos, y el conjunto soriano no es precisamente el Barça de Guardiola.
Si durante la segunda mitad los rojiblancos pidieron oxígeno sin haber realizado un esfuerzo extra en defensa, debería preocupar sobremanera lo que ya parece evidente, un físico bajo mínimos. ¿Cuántas lesiones sobrevinieron durante la temporada pasada en unos jugadores que no paraban de asfixiar al rival durante todo un encuentro? Muy pocas o casi ninguna.
En el presente curso ya se están comprobando las típicas dolencias que se suceden, incluso durante el partido, cuando no se está en un estado óptimo. Al menos Guti ya es consciente, por lo que espero y deseo que ese problema se subsane porque en cuanto se haga, este equipo arrasará. Sí, literalmente. Es estando a medio gas y no se pierde, incluso se gana de vez en cuando porque la calidad de varios jugadores es tan superior a la de sus rivales, que con ciertos detalles se continúa en posiciones de privilegio.
Habrá que permanecer en espera de ese día en el que el fondo necesario para competir como la pasada campaña, se funda con la actual brillantez ofensiva. Alguno, como Darwin, trae innato su marchamo físico. Contemplar su carrera que finalizó en penalti, fue como acudir a una final olímpica de los 100 metros. Creo que esa pugna en velocidad permanecerá de por vida entre mis recuerdos futbolísticos. De alabar fueron las decisiones de Guti a la hora de confeccionar el once inicial.
Atreverse a sentar a Maras y a René tiene su mérito, como también su lógica. No pretendo ahora hacer ver que el central serbio merece ser suplente, pero el técnico madrileño quiso facilitar la salida de balón desde la defensa ante la presión rival, que como era de suponer la hubo. En el caso de René, quizá el juego con el pie de Fernando le hizo a Guti decantarse por el guardameta murciano. Desde las primeras jornadas he reivindicado la figura de Fernando por encima de la de René.
Sí, el meta gaditano le ha dado bastante a la UDA, pero que yo sepa sus anteriores paradas no computan en los siguientes partidos. A día de hoy, Fernando está un escalón por encima. De hecho su actuación fue, una vez más, colosal. Son ya cinco los partidos oficiales consecutivos en los que Fernando lleva sin encajar un tanto. La magia sigue sustentando al físico, pero es el momento de tomar medidas, porque el actual no es el camino a seguir de hoy hasta, mínimo, el 24 mayo.
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