Un chasco para la afición
UD ALMERÍA
Los seguidores rojiblancos muestran más desencanto que esperanza tras la imagen ofrecida por el equipo de Gomes en Montilivi frente al Girona
Almería/"Estamos igual que con Alfonso García, solamente que ahora no somos unos muertos de hambre", "no hay alma, no hay entrenador que trabaje el equipo", "el problema es la desgana y pasotismo de los jugadores, aunque estén primados", "los únicos salvables fueron Balliu, Maras, Callejón y Appiah. Los demás no deberían jugar el domingo", "ya podéis ir anunciando cosas para la próxima temporada en 2ªA"... Estos son unos pocos ejemplos de los numerosos comentarios que sirvieron como contestación a las publicaciones de la Unión Deportiva Almería en su perfil oficial de Twitter posteriores a la derrota de los rojiblancos en Montilivi ante el Girona por 1-0. La decepción es evidente en gran parte de la hinchada almeriense.
Para una afición ilusionada con el posible retorno a Primera División siempre es muy difícil evitar crearse las expectativas más altas posibles, teniendo en cuenta además el impulso económico que significó la llegada del jeque Turki Al-Sheikh, que desde el primer minuto a las riendas de la entidad dejó claras sus ambiciosas intenciones. Y como suele ocurrir, cuando la expectación es alta, el golpe suele ser mucho mayor.
Los seguidores de la Unión Deportiva Almería, como no podía ser de otra forma, deseaban con todas sus ganas que diese comienzo el play off de ascenso, sobre todo tras vivir una temporada atípica que se ha visto envuelta en un escenario de total incertidumbre por culpa de la pandemia de coronavirus. Pese a todo, la UDA trató de centrarse en preparar a conciencia una fase final en la que se juega muchísimo y que ha comenzado con mal pie.
Samu Sáiz (Girona)
"El 1-0 no nos vale, hay que salir a ganar en Almería desde el primer minuto"
El 1-0 en Montilivi no deja sentenciada ni mucho menos una eliminatoria que aún, a falta del partido de vuelta en el Mediterráneo el domingo (19:00), está muy abierta, pero no cabe duda de que la imagen que ofreció el equipo de José Gomes sobre el césped del cuadro catalán fue más que preocupante. Esto ha provocado que las sensaciones, por lo menos justo en el día de después de dicho tropiezo, sean más de desencanto que de ilusión entre los fieles unionistas. Pero quedan noventa minutos para luchar por mantener vivo el sueño del ascenso y la esperanza es lo último que debe perderse.
Francisco G. Luque
“Estamos igual que con Alfonso García, solamente que ahora no somos unos muertos de hambre”, “no hay alma, no hay entrenador que trabaje el equipo”, “el problema es la desgana y pasotismo de los jugadores, aunque estén primados”, “los únicos salvables fueron Balliu, Maras, Callejón y Appiah. Los demás no deberían jugar el domingo”, “ya podéis ir anunciando cosas para la próxima temporada en 2ªA”... Estos son unos pocos ejemplos de los numerosos comentarios que sirvieron como contestación a las publicaciones de la Unión Deportiva Almería en su perfil oficial de Twitter posteriores a la derrota de los rojiblancos en Montilivi ante el Girona por 1-0. La decepción es evidente en gran parte de la hinchada almeriense.
Para una afición ilusionada con el posible retorno a Primera División siempre es muy difícil evitar crearse las expectativas más altas posibles, teniendo en cuenta además el impulso económico que significó la llegada del jeque Turki Al-Sheikh, que desde el primer minuto a las riendas de la entidad dejó claras sus ambiciosas intenciones. Y como suele ocurrir, cuando la expectación es alta, el golpe suele ser mucho mayor.
Los seguidores de la Unión Deportiva Almería, como no podía ser de otra forma, deseaban con todas sus ganas que diese comienzo el play off de ascenso, sobre todo tras vivir una temporada atípica que se ha visto envuelta en un escenario de total incertidumbre por culpa de la pandemia de coronavirus. Pese a todo, la UDA trató de centrarse en preparar a conciencia una fase final en la que se juega muchísimo y que ha comenzado con mal pie. El 1-0 en Montilivi no deja sentenciada ni mucho menos una eliminatoria que aún, a falta del partido de vuelta en el Mediterráneo el domingo (19:00), está muy abierta, pero no cabe duda de que la imagen que ofreció el equipo de José Gomes sobre el césped del cuadro catalán fue más que preocupante. Esto ha provocado que las sensaciones, por lo menos justo en el día de después de dicho tropiezo, sean más de desencanto que de ilusión entre los fieles unionistas. Pero quedan noventa minutos para luchar por mantener vivo el sueño del ascenso y la esperanza es lo último que debe perderse.
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