Una celebración que explica muchas cosas

Almería/Pedro Emanuel salvó su segunda bola de partido gracias a la victoria ante el Extremadura, que sirvió para cortar una mala racha que duraba ya seis jornadas sin ganar en las que se sumaron 4 puntos de 18 posibles cuando en las seis precedentes el luso había firmado la friolera de 16 sobre 18. La cuestión es que el entrenador rojiblanco tuvo pie y medio fuera del banquillo tras el 2-2 en Alcorcón y solo la reacción del equipo tras el descanso frente al cuadro extremeño ha evitado males mayores.

Hay fuentes que apuntan a que, temiéndose lo peor, el presidente Turki Al-Sheikh tenía incluso buscado un sucesor, el preparador argentino Pablo Guede, exjugador del Málaga CF o Polideportivo Ejido, entre otros, que como entrenador en el curso 2018-2019 dirigió al Al-Ahli saudí y actualmente está al frente del Morelia mexicano. La situación no deja de resultar llamativa, dado que con el luso el equipo nunca ha salido de la zona de play-off y, sin ir más lejos, alineó hasta ocho jugadores sub-23 con el Extremadura, dato que reivindicó en su análisis postpartido.

Lo que sí resulta incuestionable por la reacción de todo el plantel corriendo a abrazarse con el portugués tras el tanto de penalti de Darwin Núñez que abría la lata en el duelo ante el cuadro azulgrana es que sobre Emanuel pesaba un ultimátum en toda regla.

Lo bueno de toda esta crisis es que el entrenador parece salir de ella reforzado al tener al vestuario de su parte y también que corta el bache de resultados, pero en el lado negativo sigue pesando la pobre imagen que dieron los rojiblancos ante un rival que ha entrado en descenso y que en el tiempo de prolongación le endosó dos goles.

Está por ver si ese bache de juego es también coyuntural o se convierte en algo estructural. Una vez retomada la senda del triunfo, para recuperar el buen juego exhibido en las primeras jornadas parece condición indispensable que Sergio Aguza reaparezca tras su lesión. Visto lo visto en el rígido esquema de Pedro Emanuel, el centrocampista catalán es el único capaz de interpretar el rol de conectar la media con el ataque.

De la Hoz y Petrovic son mediocentros posicionales. El cántabro sirve para un descosido en caso de necesidad ejerciendo el papel de centrocampista más adelantado con llegada al área, pero sin las condiciones para el pase del catalán, mientras que Vada, pese a ponerle pundonor cuando le ha tocado actuar ahí, tampoco logra interpretar ese guión.

El argentino, junto con Coric o Chema, es más bien un trescuartista, ese mediapunta que se mueve bien entre líneas en busca de filtrar el pase final para el delantero, pero no un cerebro capaz de convertirse en generador de juego. Al menos por lo visto hasta la fecha, todo sea que conforme avancen las jornadas mejore su acoplamiento.

La otra solución pasaría por cambiar el dibujo táctico, algo que Pedro Emanuel no termina de contemplar, fiel a su particular interpretación del 1-4-2-3-1, con escasa fluidez del balón en la media y abusando últimamente del juego directo. Ante el Extremadura al menos pudo atisbarse una esperanzadora futura conexión entre Coric y Darwin, un dúo que puede darle al Almería muchas tardes de gloria.