El bisoño Schuster, el veterano Juanma

La desaparición del Alquián lleva a su capitán al Vélez CF Es un trotamundos del fútbol provincial

El bisoño Schuster, el veterano Juanma
Pablo Laynez

21 de enero 2016 - 05:02

Ni se llama Bernd ni nunca ha jugado un Mundial con Alemania. Su jovial melena frondosa y su posición en el centro del campo en sus inicios en el Español del Alquián le sirvió para ganarse el futbolero mote de Schuster. Pelo no le queda tanto dos décadas después, pero la ilusión, la garra, el coraje y el toque que sólo tienen los amantes del balón, las conserva como cuando galopaba sobre el albero del campo de Los Pinos, escenario sobre el que ha mostrado su mejor fútbol y que ha tenido que abandonar con todo el dolor de su alma.

Juanma fue un chaval de barrio, de ésos que usaba su cartera al salir del colegio para simular un palo de una portería y que si no tenía un balón a mano, disfrutaba pegándole patadas a una lata. Miraba su reloj constantemente, con el deseo de que fuera ya la hora de coger el petate y marcharse al entrenamiento vespertino. Ese afán le llevó a triunfar en el fútbol provincial, a convertirse en el capitán del equipo de su barrio, que ha vivido los mejores años de su historia con el sobre el campo, e incluso a formar parte de grandes vestuarios como el de Almería y Poli Ejido en Segunda, o el del Rayo Vallecano en Segunda B.

A sus 33 años, Juanma hacía enorgullecía y hacía disfrutar a un barrio con la Tercera División. Sin embargo, como nada ha sido fácil en su carrera deportiva, en noviembre todo se iba al traste y su brazo quedába huérfano de un brazalete que tanto le gustaba portar. "Se ha luchado mucho por estar en Tercera, es una pena perder la categoría de esta forma después de estos años tan bonitos, pero ha sido lo mejor para el club. Duele bastante y más cuando consigues el sueño de subir con el equipo de toda tu vida a Tercera. Ha sido duro para todos los que hemos luchado por el Español del Alquian", reconoce tan triste por el suceso como orgulloso de recordar que los ha estado en los mejores partidos de fútbol que se han visto en el campo de Los Pinos.

A su móvil todavía llegaban mensajes apesadumbrados por la desaparición del equipo, cuando Lucas Cazorla, técnico que le dirigió en el Poli Ejido B, le llamó para decirle que le faltaba un central en el Vélez y que lo quería para buscar el ascenso a Segunda B con el equipo malagueño. Ni corto ni perezoso, cogió sus botas, hizo su petate y en el GPS puso dirección al Vivar Tello. "Era una oportunidad que no podía pasar, Cazorla me conoce muy bien y confía en mí. Jugar el play off sería lo máximo. Hay mucha ilusión aquí por ascender", la misma que él tiene por seguir pisando cada día el césped recién regado de un estadio.

A sus 33 años, aunque sabe que ya es casi imposible regresar a una Segunda en la que estuvo defendiendo los colores de Unión Deportiva Almería y Poli Ejido, sigue enamorado de un deporte que le hace feliz. "Me encuentro muy bien todavía, no pasa por mi mente el retirarme. Mientras tenga ilusión, que la tengo, seguiré dando guerra" y defendiendo con gallardía la camiseta de su equipo de turno como ha hecho en los nueve clubes en los que ha estado, en unos con más suerte que en otros: "Tengo recuerdos buenísimos de tantos años. Con el Almería debuté en Segunda y recuerdo con mucho cariño aquel gol en Las Palmas. También fue un orgullo pertenecer a un club historico de la Liga Española como el Rayo Vallecano". Años después, sin las melenas que lo bautizaron, pero con más cicatrices en las espinillas, Schuster quiere regresar al fútbol de bronce.

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