El balón parado es una condena para el Almería
UD ALMERÍA
Casi un tercio de los goles que han encajado los rojiblancos han llegado en este tipo de jugadas
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Almería/La Unión Deportiva Almería suma 35 goles en contra en las trece jornadas ligueras que ha disputado. El cuadro rojiblanco supera los 2,5 tantos de media encajados por encuentro, una estadística que aleja a los rojiblancos de la victoria en cada enfrentamiento. En esta racha tan negativa, el balón parado ha tenido un dramático protagonismo. Especialmente si tenemos en cuenta que en más de la mitad de los partidos (7), el primer tanto del rival ha llegado en este tipo de jugadas.
Si no tenemos en cuenta los penaltis, el Almería es el equipo que más goles ha recibido a balón parado de la competición (6), superando al Sevilla (5). Además, el plantel de Gaizka Garitano ha recibido 52 disparos cuando el rival ha ejecutado estas acciones. Solo el Rayo Vallecano supera a los indálicos (53) en este parámetro.
Si metemos en la ecuación las penas máximas, el equipo almeriense ha encajado diez tantos a balón parado, lo que supone casi un tercio de los goles que han encajado este curso los unionistas. El Almería es el equipo con más penas máximas en contra en LaLiga EA Sports (6) y el que más goles desde los once metros ha recibido, junto con Alavés y Mallorca (4).
El partido contra la Real Sociedad fue la mejor representación de un problema que, paradójicamente, está ocurriendo en un año en el que la llegada de Dani Pendín, mano derecha de Vicente Moreno, iba a solucionar la mayoría de problemas a balón parado. Sin embargo, el equipo sigue arrastrando muchos de los males que se generaron con el anterior cuerpo técnico con una pretemporada deficiente en todos los niveles.
El próximo rival de los rojiblancos será el Getafe. El plantel de José Bordalás es el tercer mejor cuadro en esta faceta, en la que ha marcado cuatro tantos a balón parado en solo 38 disparos (un gol cada 9,5 tiros). En el Coliseum, los indálicos tienen la primera oportunidad para cesar una sangría que comienza a coger tintes de mortandad.
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