El balón para olvidar un viaje inolvidable en patera
FÚTBOL
Los gemelos Ousseni y Hassan Ramadan abandonaron Camerún a los catorce años y sin familia recorrieron Nigeria, Benín, Níger y Argelia
A los 15 llegaron a Marruecos y a los 16 pagaron 200 euros para subirse en una patera rumbo a Algeciras, en una "noche desastrosa"
Acabaron en Almería, siendo el fútbol su válvula de escape saltando del Viator al Harnosand Football Club United, de Suecia, donde buscan una oportunidad para ser futbolistas profesionales
Almería/En diciembre de 2020 en Andalucía había 2.507 menores migrantes inscritos en el Registro de Menores Extranjeros No Acompañados (MENA), siendo, de largo la región española que más acogía, por delante de Canarias y Cataluña, destacando cifras como la de la Rioja, con apenas once. Los gemelos Ousseni y Hassan Ramadan son dos de esos 2.507. Cuestionados sobre si recuerdan el día en el que cruzaron por mar los más de 70 kilómetros que separan Algeciras de Tánger, responden rápidamente. "El 29 de septiembre de 2019". Se acuerdan perfectamente de la peor noche de sus vidas. Apenas tenían 16 años cuando vieron la muerte lo más cerca posible sin ser engullida por ella.
"Fue una noche desastrosa, no podemos olvidarla", explican sin rechazar la invitación para contar algo que cualquiera guardaría en lo más adentro de su ser. Junto con otras seis personas apostaron su vida para obtener el premio de Europa. "Era una pequeña patera pequeña sin motor. Llevábamos una pierna dentro del agua. Fue muy peligroso. Al menos de nuestra patera no murió nadie. Salimos a las once de la noche de Tánger y alcanzamos Algeciras a las diez de la mañana", relata Ousseni.
La historia se remonta mucho más atrás. El 23 de febrero de 2003 nacieron en Foumbot, una pequeña ciudad al oeste de Camerún. La vida de ambos es una superación constante, alejada de cualquier día a día de cualquier chico de esa edad que puede conocer el lector. A los 14 años abandonaron el colegio y se marcharon con tres amigos más del país para buscarse la vida. Sin familia (algunas cuestiones se quedan en el tintero por la dureza de la historia) y mochila al hombro. En apenas un año buscaron sobrevivir por Nigeria, Benín, Níger y Argelia, donde llegaron a ponerse un casco para trabajar como obreros en la construcción a pesar de contar con apenas quince primaveras. En busca de la felicidad, continuaron su trayecto rumbo a Marruecos, separándose en la frontera de sus amigos y continuando el camino solos.
En el país marroquí estuvieron en diversas ciudades. Comenzaron en Oudja hasta llegar a Tánger, donde pagaron 100 euros cada uno para montar en esa patera el 29 de septiembre de 2019. "Al llegar nos mandaron a un centro de recepción en Algeciras y después a un centro del SAMU en El Ejido", explica Hassan. Servicios de Asistencia Médica de Urgencias (SAMU) fue creada en 1981 por el doctor Álvarez Leiva, teniendo en la actualidad más de 40 centros por todo el territorio nacional, en los que se ofrece recursos y servicios tanto a menores como a jóvenes y mujeres en situación vulnerable. De El Ejido fueron enviados a otro centro de Serón para acabar finalmente en El Quemadero gracias a la ayuda de Almería Acoge.
"La gente de Almería es muy buena. Hemos conocido a mucha gente que nos ha dado grandes consejos", dice Oussine desde Suecia, donde el fútbol le ha dado una nueva oportunidad. En Almería fueron a probar al CD Viator, donde contaron con la ayuda de Juandi Sánchez, coordinador del club viatoreño y entrenador del conjunto sénior. "Le agradecemos todo. Si somos lo que somos hoy, es gracias a él. Es un hombre muy importante en nuestra vida, nunca podemos olvidarlo. También les damos las gracias a toda la dirección del Viator", continúan en un gran castellano, idioma que dominan a la perfección junto a las lenguas de Camerún, francés e inglés, aprendiendo ahora sueco.
El fútbol les ayudó a olvidar por unas horas su dura realidad, creando una rutina y teniendo un sueño por el que seguir luchando. "Pero la historia de la patera todavía está en nuestra memoria", avisa Oussine, que también agradece el apoyo de sus compañeros. Al cumplir 18 años la situación se complicó aún más y sus amigos del Viator les ayudaron a buscar trabajo en la agricultura y un piso. Llegaban a entrenarse dos veces (con el juvenil y el sénior), incluso en plena época de Ramadán, cuando oraban en el vestuario entre un entrenamiento y otro.
Educados a más no poder a pesar de la dureza de su historia, en verano viajaron a Harnosand (Suecia) para visitar a un amigo. "Salimos a pasear por la ciudad y vimos el equipo de allí, en cuarta división. Hablamos con los dirigentes y firmamos", cuentan los ahora jugadores del Harnosand Football Club United, equipo que disfruta de la potencia de estos dos delanteros. Hassan ha disputado ocho encuentros, anotando ocho dianas y dando cuatro asistencias, mientras que su hermano ha participado en nueve partidos, materializando cuatro goles y aportando siete asistencias.
"Estamos a gusto. Nos dan un piso para los dos y algo de dinero, aunque no es mucho. Pero nos gustaría volver a España para ver a las personas con las que vivíamos en el centro de acogida y a nuestros compañeros del fútbol. Queremos jugar en España", continúa Hassan. "Nuestros ídolos son el bicho y Samuel Eto'o. E Israel, es el veterano del Viator", dice, entre risas, ya ansioso de ver a Camerún en una cita mundialista ocho años después. "¿Si vamos a ganar? Choup-Moting, Aboubakar y Zambo Anguissa van a hacer lo que saben", finalizan con su habitual risa, esa que no le quita la vida a pesar de haberles golpeado desde que nacieron.
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