Cinco años del último ascenso de una UDA muy diferente

La noche y el día. Así de radical es el cambio experimentado por la Unión Deportiva Almería que consiguió su último ascenso a Primera División. Un 22 de junio de 2013, los rojiblancos regresaban a la máxima categoría de la mano de Javi Gracia y con un equipo plagado de talentos, caso del experimentado meta Esteban, del capitán Corona que movía él solo al equipo, del rapidísimo Aleix Vidal, de un Iago Falque que vino cedido de la Premier o de un Charles que fue el máximo artillero de la categoría. Un plantel que costó dinero confeccionar y rindió como se esperaba de él.

A diferencia de las últimas temporadas en las que la inversión es mínima y los fichajes de calidad brillan por su ausencia, aquel Almería era respetado en todos los campos de la categoría de plata. A punto estuvo de subir en Villarreal en la última jornada, pero finalmente tuvo que jugar la promoción de ascenso y eliminar a Las Palmas y Girona para vivir el segundo ascenso a la máxima categoría de la entidad.

Desde entonces, la austeridad ha desprestigiado a un club que ahora mismo no podría asumir ni las fichas de los suplentes de aquella temporada. Entonces, el objetivo era estar lo más arriba posible; ahora, estar más arriba del cuarto por la cola.