Un abderitano en la hazaña del Atzeneta
FÚTBOL | SEGUNDA B
Álex Chico, protagonista del histórico ascenso a bronce del equipo de un pequeño municipio valenciano de poco más de 1.100 habitantes
Almería/Desde hace varias semanas el Atzeneta UD puso en el mapa a la pequeña localidad valenciana que representa gracias a su histórico ascenso a Segunda División B. Dirigido por el exvalencianista David Albelda, ha dado por primera vez desde su fundación en 1975 el salto a la categoría de bronce, destacando que dicho pueblo podría ser, a falta de confirmación oficial, el más pequeño en alcanzar esta competición del balompié español hasta el momento. Ubicado en la comarca de La Vall D’Albaida y con una superficie de seis kilómetros cuadrados, el municipio tiene 1.165 habitantes censados que celebraron con orgullo la hazaña de un plantel en cuyas filas se encuentra un almeriense.
“Ha sido una temporada histórica. Tras solo dos años en competición nacional este club ha logrado meterse en Segunda B, que no es nada fácil”. comenta José Alejandro Sánchez Biedma, más conocido como Álex Chico, un currante del fútbol modesto de 30 años de edad y natural de Adra que se ha convertido en uno de los grandes protagonistas del ya conocido como el milagro del Atzeneta. “Hay algunas disputas con ese tema, en el norte también hay algunos municipios con cifras de habitantes similares que han estado en la categoría de bronce, pero lo importante es que todo el pueblo nos ha mostrado siempre su apoyo”, asegura el delantero abderitano.
Mientras todos celebraban en el pequeño municipio valenciano un ascenso para la historia, Chico llegaba a su tierra, “porque llevaba tiempo sin ver a la familia y al no saber cuanto tiempo íbamos a tener libre decidí bajar. El tiempo es oro con toda esta situación que ha provocado la pandemia”. El ariete es consciente de que su equipo se ha hecho viral en los medios de comunicación estas últimas semanas y comenta como anécdota que “yo recuerdo cuando me llamaron para venir a jugar aquí que pensaba, por el nombre, que era un equipo vasco”.
El polivalente atacante del Poniente almeriense se ha ganado a pulso el cariño de la afición, a la que se metió más aún en el bolsillo cuando firmó en el partido final del play off de ascenso, el pasado mes de julio, el gol de la victoria ante el CD Alcoyano (0-1). “No me gusta ser tan protagonista. El equipo llegó en el mejor momento y yo aporté, como el resto de mis compañeros, mi granito de arena”, admite el almeriense, que confiesa que “en el vestuario soy el que pone la música”. Su volea en dicho partido fue el broche de oro a una temporada que no ha sido precisamente un camino de rosas para el Atzeneta. Según Chico, “la clave principal de este éxito es que en las diez primeras jornadas el equipo no arrancaba, era una plantilla nueva y no llegaban los resultados. Tocamos fondo y nos unimos más que nunca”. Fundamental fue también la labor de Albelda, un técnico “con el que da gusto trabajar, a nivel de trato empatiza mucho con el futbolista, es cercano”.
LA ANÉCDOTA
"Cuando me dijeron de jugar aquí creía que era un equipo vasco, por el nombre. Ahora nos conoce todo el país"
Con la incertidumbre de saber cuando comenzará el próximo curso, Chico afirma que “en principio la idea es seguir allí”. Recalca que “siempre intento quedarme con lo positivo. Es mi segundo ascenso, ya lo logré con el Izarra, pero luego tuve varios traspiés. Con el Socuéllamos nos quedamos a las puertas y por eso ahora este logro lo valoro más”. Las personas que le conocen saben que es uno de esos jugadores que se dejan la piel, que han sacrificado mucho por cumplir su sueño de disfrutar y vivir por y para el fútbol, por lo que no es de extrañar que haya recibido cientos de mensajes tras el ascenso. “Cuando estás fuera de casa se agradece todo ese apoyo de tu gente. Ahora con las redes sociales es mucho más fácil”, dice este goleador con acento y sangre abderitana pero alma de aventurero del balompié con numerosos hogares a sus espaldas. “Siempre he dicho que para todo en la vida hay peajes. Ojalá todo lo malo fuese estar fuera de tu tierra. Es algo que asimilas. Hago lo que me gusta, eso es un privilegio aunque estés fuera de casa”, finaliza.
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