La venta clave de El Bilal

El acta de Vivancos

La gran diferencia con respecto a épocas anteriores en la UDA son los millones recaudados, pues antaño los escasos sueldos recibidos por los jugadores obligaban a fijar unas cláusulas ridículas

Puede marcar el presente y futuro de un club que, en meses, va a cambiar definitivamente la fisonomía del fútbol almeriense con la construcción de la cuidad deportiva y de la segunda fase del Power Horse Stadium

La nueva filosofía de Vicente Moreno

El Bilal se ejercita durante su vuelta a los entrenamientos el pasado viernes.
El Bilal se ejercita durante su vuelta a los entrenamientos el pasado viernes. / Javier Alonso
Ramón Gómez-Vivancos García

16 de julio 2023 - 20:45

Almería/En primer lugar, un mensaje de ánimo a Turki en el difícil trance que lleva pasando desde hace tiempo. La salud es un bien preciado, de infinito valor. Desde estas líneas, hago votos por la pronta y definitiva recuperación de nuestro mandatario. De momento, parece que se está más pendiente de las posibles salidas y del montante que dejarán, que de las entradas. Es normal, no es solo por aquello del "dejen salir antes de entrar", sino por pura estrategia de crecimiento del club y de su plantilla, pues conforme las propuestas recibidas por El Bilal sean mayores, el club dispondrá de más margen para conformar la plantilla deseada.

Si se consigue el plan A de cada operación que se tiene en mente, la posibilidades de consolidación en Primera aumentan exponencialmente. Otros comentarán que se podrían quedar ciertos jugadores como el propio delantero maliense, pero como ejecutan la gran mayoría de clubes de Europa, hay que vender con pingües beneficios para seguir creciendo. La gran diferencia con respecto a épocas anteriores en la UDA son los millones recaudados, pues antaño los escasos sueldos recibidos por los jugadores (sobre todo en los últimos años de Alfonso García) obligaban a fijar unas cláusulas ridículas, como la que en su día se recibió por Álvaro Giménez, a la sazón máximo goleador de Segunda en aquella campaña.

Comentaba Vicente Moreno que iban a llegar pocos pero buenos; precisamente eso huele a poder atrapar a las referidas primeras opciones de deseo. Ramazani y Samú también podrían abandonar el club que les revalorizó sobremanera, o si no conviene recordar con el marchamo que vinieron los dos futbolistas, de futuro, pero siendo ambos una auténtica incógnita. En el caso del belga, todo lo que se ingrese será bienvenido, por llegar en su momento a coste cero. 50 millones de euros, aproximadamente, es la cifra de la que se querría disponer para completar un plantel que, a primera vista, va a necesitar dos delanteros centros que acompañen en la plantilla a Suárez, felizmente ya en propiedad. Y digo dos porque a la partida de El Bilal se le debería unir la de Sousa, que ya ha cumplido su ciclo en la UDA, precisamente en las dos temporadas clave de la entidad, las más complicadas de cara al avance del proyecto rojiblanco.

El lateral derecho y la portería también deberían de ser puestos a reforzar. Incluso, un jugador que realice las funciones de Melero, dado el historial de contratiempos musculares del buen centrocampista madrileño. Aparte, han sonado varios pretendientes para reforzar la medular, jugadores con músculo, que quizá nos puedan dar una pista de lo que va buscando Vicente Moreno en su afán por encontrar el ansiado equilibrio del que tanto se refirió en su presentación. Un servidor está de acuerdo con la idea del flamante técnico rojiblanco, o sea, no a la revolución pero sí a la llegada de efectivos valiosos que mejoren con creces lo actual. La clave se centra en esa venta de El Bilal que puede marcar el presente y futuro de un club que, en meses, va a cambiar definitivamente la fisonomía del fútbol almeriense con la construcción de la cuidad deportiva y de la segunda fase del Power Horse Stadium. Ojalá que todo ello, incluyendo la salud de Turki, pueda tener un final más que feliz.

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