Samú Costa y Manu Morlanes, el 'dúo de las medias caídas'
UD ALMERÍA | Reportaje
Luso y maño, exultantes de juventud, forman la pareja de moda en la Liga Smartbank por su buena compenetración en la medular rojiblanca
Almería/Manuel Morlanes Ariño (12-1-1999, Zaragoza) y Samuel Almeida Costa (27-11-2000, Aveiro, Portugal) forman la pareja de moda en la Liga Smartbank. El ‘dúo de las medias caídas’, como ya lo han definido colaboradores de este medio como Txabi Ferrero o Aarón Martínez por su peculiar forma de lucir la calceta sobre una minúscula espinillera, pertenece a esa nueva hornada de futbolistas nacidos en los albores del nuevo siglo y que empiezan a despuntar con descaro en el fútbol profesional.
En la medular de la UD Almería han formado una sociedad que empieza a ser la envidia de la categoría de plata por lo bien que se complementan ambos sobre el terreno de juego: “Todo es fruto de nuestro trabajo en los entrenamientos. Manu tuvo una lesión al inicio y demoró su entrada en el equipo, pero cuando entró, ambos nos ayudamos mutuamente. Nos complementamos porque queremos ayudar al equipo y continuar ganando. Nos entendemos bien porque yo soy algo más defensivo, de recuperación, y Manu más ofensivo, de último pase. Pero lo más importante no somos nosotros, sino el equipo”, apunta el ‘menino’ llegado desde Setúbal.
Morlanes, forjado futbolística y culturalmente en la cantera del Villarreal, donde aterrizó en juveniles procedente del Real Zaragoza, agradece los piropos pero rehúye de la debilidad del halago: “Esos calificativos son de agradecer porque es una recompensa al trabajo que estamos realizando tanto nosotros como todo el equipo, pero particularmente no me fijo mucho en los halagos personales. Tanto Samú como yo intentamos hacer lo que sabemos, ayudar al equipo en lo que nos pide el míster y, a partir de ahí, intentar que lleguen los buenos resultados”.
En su buena conexión sobre el verde tiene mucho que ver la confianza que ha depositado en ellos José Gomes por delante de jugadores experimentados como De la Hoz o Petrovic y pese a que el estreno de la dupla en Las Palmas no marchó como esperaban: “Siempre cuesta apostar por la gente joven, hay entrenadores a los que les cuesta un poco más, pero el míster está demostrando que no se fija en la edad. Tanto Samú como yo somos dos jugadores con mucho hambre que empiezan en esto del fútbol, donde la edad es un número, e intentamos competir contra gente con mucha experiencia en la categoría. Hasta el momento se están dando bastante bien las cosas”.
Cedidos los dos con opción de compra, ninguno piensa más allá del partido ante el Mallorca y Samú demuestra saber convivir con la presión del ascenso pese a su juventud: “Sabemos que existe, pero como jóvenes prima nuestro hambre por ascender porque va a revalorizar a muchos jugadores. Sabemos jugar con la presión porque para mí es algo bueno. Si tenemos un buen equipo, la tendremos”.
En ese sentido Morlanes apunta que le ha sorprendido gratamente el buen ambiente que reina en el vestuario: “Cuando hay mucha gente joven todo es más fácil porque prácticamente todos estamos en la misma situación. Hay varios jugadores experimentados como De la Hoz, Fernando o Petrovic que dan ese toque de experiencia, y luego gente que venimos desde abajo con ganas de hacer cosas bonitas para lograr el objetivo”.
De la ciudad destacan su tranquilidad y lamentan no haber podido conocerla aún en profundidad por las limitaciones derivadas de la pandemia, y esperan tener pronto el calor de la afición en las gradas: “Es una ciudad tranquila, los aficionados son muy apasionados y lo siento en la calle, estoy encantado con este club” -apunta Samú-. “El fútbol se mueve por la masa social y es triste ver los campos vacíos y no disfrutar del calor de la gente, pero tenemos que suplirlo con otras cosas y seguir trabajando” -añade Morlanes.
Mientras el maño trabaja por asistir a Sadiq (“genera mucho peligro en los centrales”, dice), el portugués admite trabajar en reducir el número de amonestaciones (ya va por seis amarillas): “El míster nunca me ha dicho que levante el pie del acelerador, solo que vaya a veces más tranquilo porque en esta categoría los árbitros son muy rígidos y para un jugador agresivo como yo es malo, pero estoy mejorando y creciendo, trabajando para evitar las amarillas”.
Al hablar de sus referentes Costa recuerda la figura de José María, su padre, que jugó en el Farense luso: “Era un extremo diestro bajito y rápido, no sé cómo soy yo así. Me llevaba a los campos y se ponía en mi contra para atacarme y defenderlo, era muy bueno”. Morlanes también rememora el papel decisivo de la familia y apunta en quienes se ha fijado: “En el Villarreal he tenido buenos ejemplos de mucho nivel como Bruno Soriano, Rodri, Trigueros o Cazorla. Intento con mi forma de jugar fijarme en ellos para mejorar”. Hambre y calidad, fórmula de la dupla de las medias caídas.
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