Samu Corral pide disculpas a la afición del CD El Ejido
FÚTBOL | SEGUNDA B
El delantero del CD El Ejido reconoce en 'Twitter' sentirse "avergonzado" por el innecesario codazo con el que se ganó su expulsión en Jumilla cuando su equipo más necesitaba su presencia en el campo
El Ejido/Corría el minuto 70 en el Uva Monastrell, con un 1-0 en contra de un Club Deportivo El Ejido que tenía todavía tiempo para tratar de remontar el duelo, el mismo en el que solamente le valía la victoria para llegar a las dos últimas jornadas dependiendo de sí mismo para tratar de salvar la categoría. Sus opciones de dar la vuelta al marcador se vieron prácticamente esfumadas cuando Samu Corral soltó un codazo inexplicable, dada la repercusión que podría tener y finalmente tuvo. Fue expulsado, dejando a los suyos, cuando más lo necesitaban, con diez hombres y sin su pichichi.
Consciente de su error, y de lo que pudo perjudicar al cuadro celeste su acción en un tramo delicadísimo de la campaña en la que los celestes se están jugando la supervivencia en la categoría de bronce, el de Alicún de Ortega quiso sincerarse, como hace habitualmente, en redes sociales ante los aficionados ejidenses. Lo hizo con una captura de pantalla de un escrito en el que pedía disculpas a todos los seguidores y explicaba que “son milésimas de segundos en las que cometes un error. Tengo mi conciencia tranquila de la expulsión en Granada, pero de esta me avergüenzo. Sé que lo que toca ahora son críticas e insultos, pero de lo que estoy tranquilo es que en los tres años y medio que llevo aquí no me he guardado nada y lo he dicho todo”.
El ariete granadino cree que “no os va a valer de nada mi perdón a muchos, pero sentía que debía hacerlo. Esta roja es vergonzosa y ha manchado mis casi cuatro años que llevo aquí, así que solo necesitaba pedir perdón”. Desde que lo publicó la noche del domingo, los mensajes de compañeros y aficionados celestes le han llegado sin cesar, siendo la gran mayoria de apoyo para un jugador cuya implicación y aportación en el CD El Ejido es más que incuestionable, pese a que no es la primera vez que su temperamento le hace cometer un error.
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