...y Raúl García mientras de goleador

La lesión de Adri Castellano trastocó todos los planes de Sergi. Al míster le había gustado el rendimiento del canterano en Copa y en Lugo, y tenía pensado confiar en él mientras Dubarbier se centraba en el comienzo liguero. Sin embargo, en el entrenamiento del sábado se rompió y al míster no le quedó otra que darle la titularidad al argentino, que no había ido ni convocado a Lugo.

Su vuelta al equipo no fue ni mucho menos esperanzadora. Dubarbier estuvo nervioso, acelerado y más fallón que habitualmente. No tanto en el marcaje defensivo, como a la hora de subir la banda sin el apoyo de compañeros. Intentó varios pases relativamente fáciles a Eldin y Quique, pero no le salió ni uno. Mientras, en la banda contraria, regresaba al Mediterráneo el gallego que tuvo que salir del equipo precisamente tras la llegada del argentino para Primera.

Raúl García cumplió, como lo hacía cuando vestía de rojiblanco en el filial y en el primer equipo. Es un buen lateral, sobrio en defensa y con un golpeo de balón magnífico como lo volvió a demostrar en el 0-1. Lo que se le pide a un defensor. Sin sitio en el Almería, aunque más de uno se preguntaba ayer porqué el club rojiblanco lo dejó marchar sin reforzar en condiciones esa posición, en el Alavés se ha tomado su particular venganza, muy respetuosa eso sí.

Raúl estuvo mejor que Dubarbier, aunque ninguno de los dos acabó el partido. El gallego se lesionó al poco de tirar la falta, la excitación que tenía el argentino le jugó una mala pasada y realizó una muy dura entrada nada más comenzar la segunda parte, que dejó al Almería con diez y sin opciones. No fue éste el cambio que buscaba Sergi de Dubarbier.